Un toque de optimismo
Da lo mismo que sea el n¨²mero uno, el dos o el 20. A¨²n no era nadie y ya ten¨ªa los mejores contratos del circuito masculino. Andr¨¦ Agassi ha llevado al tenis actual buen humor y frescura. Algo similar a lo que ayer aport¨® el espa?ol Emilio ?lvarez durante su partido contra Sergi Bruguera. Son personajes peculiares, optimistas y sinceros, que desbordan carisma. Aunque, por ahora, s¨®lo se lo reconocen al estadounidense. El malague?o sigue sin hacer un pleno.Como en su primer encuentro, ?lvarez entr¨® en la pista con la chapela. Pero Sergi Bruguera no se impresion¨® por ello. Al contrario, tom¨® conciencia desde el primer minuto de que no deb¨ªa decentrarse por nada de lo que hiciera Emilio.
Durante el partido, el malague?o hizo el salto de la rana para pegar un smash, jug¨® a lanzarle globos a Sergi, acab¨® una carrera en medio de la grada y sirvi¨® la ¨²ltima bola del partido de cuchara, por abajo. "Sergi acababa de ganarme ocho puntos consecutivos e intent¨¦ sorprenderle. Pero no me sali¨® bien", confes¨® Emilio.
El resultado de todo eso fue que ?lvarez perdi¨®, pero divirti¨® al p¨²blico. La prueba m¨¢s evidente fue que al retirarse de la pista, tanto ¨¦l como Sergi estuvieron firmando aut¨®grafos durante unos cinco minutos. "Es un showman ", explica Bruguera. "Le gusta hacer todo eso, pero es buena gente, simp¨¢tico y agradable".
Para Sergi, la eliminatoria no result¨® f¨¢cil. Los dos tenistas entrenan juntos muchas veces en Barcelona, y se conocen a la perfecci¨®n. Sin embargo, en los momentos precisos, cuando el encuentro se estaba decidiendo, Bruguera sac¨® a relucir todo su potencial y constat¨® de nuevo la legitimidad de sus aspiraciones al tercer t¨ªtulo parisino.
Algunos piensan que ?lvarez est¨¢ un poco loco. Pero Philippe Bouin, jefe de r¨²brica de tenis en L'Equipe, coment¨®: "Este tipo de locura es lo que necesita el circuito". Y es que entre tanta seriedad, tanta presi¨®n, tantos entrenamientos, tantas caras largas, un toque de optimismo suele sentar bien.
"En Wimbledon la voy a armar", coment¨® Emilio Alvarez en su conferencia de prensa de ayer. "No me baja nadie del carro hasta los cuartos de final". Pero su principal problema ser¨¢ clasificarse para entrar en el cuadro principal.
Su andadura por Roland Garros dur¨® s¨®lo cuatro d¨ªas. Pero fue uno de los focos de atenci¨®n del p¨²blico y de los medios de comunicaci¨®n. Y eso no es f¨¢cil. Porque algunos de los grandes jugadores actuales son menos seguidos incluso que los ilustres veteranos que a¨²n no han echado el ancla, como Mats Wilander o Stefan Edberg.
S¨®lo hay un hombre que los eclipsa a todos, Agassi. Y lo consigue gracias a su vestimenta un poco estrafalaria, a su conducta hasta cierto punto irreflexiva y a su sinceridad. Eso es lo que le da credibilidad y carisma. Y lo que le ha reportado los mejores contratos publicitarios del circuito. Ser n¨²mero uno, en cambio, le ha llegado gracias a su excelente juego. Algo que, por ahora, est¨¢ lejos de conseguir el malague?o.
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