"Mis camaradas de armas me apoyan"
El general Contreras dice que no ha hablado con Pinochet tras la condena a siete a?os
Manuel Contreras, hombre de buen yantar y mala leche, gusta del pernil, la charcuter¨ªa alemana, el marisco fino y las pel¨ªculas de acci¨®n y espionaje. Al decir de su hijo, este general retirado es soldado que lleva en su sangre la herencia y la tradici¨®n de los invictos y ¨¦picos combatientes de la guerra del Pac¨ªfico.Entre sus m¨¦ritos patri¨®ticos destacan, sin embargo, el especial entusiasmo, habilidad y dedicaci¨®n demostrados en la persecuci¨®n de la ralea marxista. Ah¨ª es donde Contreras entr¨®, cum laude, en la orla nacional, y el asesinato del ex ministro de Exteriores Orlando Letelier fue, sin duda, su brillante trabajo de fin de carrera.
Su inclinaci¨®n a la resistencia y al hero¨ªsmo qued¨® demostrada en 1978, a?o en que el Gobierno solicit¨® su extradici¨®n, finalmente rechazada. Washington Carrasco, que fue su compa?ero de armas y grado, encargado de conducirle a prisi¨®n preventiva, encontr¨® al pr¨®cer atrincherado con una metralleta en su domicilio santiague?o y dispuesto a abrir fuego contra quien osara reducirle.
Escolar brillante en las academias militares estadounidenses, donde resolv¨ªa ecuaciones subversivas en un periquete, tiene 66 a?os, estuvo casado y ahora es compa?ero de su antigua secretaria, la buena moza N¨¦lida Guti¨¦rrez, con quien convive en su lejano aserradero sure?o. N¨¦lida admira la serenidad de Contreras en el trance, su porte cuando escuch¨® la sentencia de c¨¢rcel. "Es tranquilo el guat¨®n [gordo]", pirope¨®.
Tendencia al egocentrismo
Un informe de la Gendarmer¨ªa aport¨® otros trazos sobre el perfil de Contreras Sep¨²lveda: persona de inteligencia normal, dominante, tenaz, fr¨ªo en t¨¦rminos emocionales, con un alto concepto de s¨ª mismo y tendencia al egocentrismo.El documento subraya un aspecto que fue fundamental en su desempe?o como jefe de la polic¨ªa secreta: "Su falta de conciencia del delito". Rebelde a¨²n en su finca Viejo Roble, arremetiendo contra el contubernio y la ralea, fue entrevistado por el vespertino La Segunda y ofreci¨® la primera conferencia de prensa de su vida.
Pregunta. ?Y si llegara a ir a la c¨¢rcel aunque usted no quisiera...?
Respuesta. ?No voy a ir! ???No voy a ir!l!
P. No se enoje, pero lo m¨¢s probable es que tenga que ir.
R. Rep¨ªtamelo diez veces y le voy a decir lo mismo: ???no voy a ir!!! ?Est¨¢ claro?
P. ?Y qu¨¦ va a hacer?
R. Ese es mi problema.
P. ?Tiene todos los caminos pensados?
R. Por supuesto que s¨ª.
P. Entonces, ?cu¨¢l es el camino que va a tomar?
R. ?C¨®mo se lo voy a decir si ¨¦se es mi problema?
P. ?Se siente criminal?
R. He dicho que soy inocente.
P. Perdone la pregunta, general: ?piensa usted suicidarse?
R. En absoluto. Yo me quiero mucho a m¨ª mismo y a la vida. El suicidio es de cobardes.
P. ?Qu¨¦ actitud espera de sus camaradas de armas?
R. Mis camaradas de armas me apoyan absolutamente y se han solidarizado conmigo. En ese sentido estoy muy contento.
P. ?Cu¨¢ntas personas se ocupan de su seguridad personal?
R. Hay varias, las suficientes.
P. ?Se va a oponer usted al fallo?
R. Estoy efectuando acciones legales.
P. Si el general Pinochet le pide que acate el fallo, ?lo har¨¢?
R. Mi general Pinochet puede conversar conmigo lo que estime conveniente. No lo hemos hecho y vamos a ver qu¨¦ sucede en el futuro.
P. ?Qui¨¦nes son los que le llaman asesino?
R. Los marxistas. Yo pele¨¦ contra ellos. Nosostros estuvimos en la guerra subversiva. Me toc¨® actuar en ella.
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