Donantes de ¨®rganos

El pasado 23 de mayo le transplantaron un ri?¨®n a mi hermana. Alguien, a quien nunca conocimos, hab¨ªa pensado en dejar un ¨²ltimo regalo a alguien a quien nunca conocer¨ªa, pero que sab¨ªa que lo necesitaba. Gracias, gracias tambi¨¦n a su familia, que aun en un momento de tanto dolor por la p¨¦rdida irreemplazable de un ser querido autoriz¨® esa ¨²ltima acci¨®n desinteresada.Es curioso que todos los pa¨ªses tengan monumentos a personas que dejaron sus vidas en guerras, personas an¨®nimas que no entregaron voluntariamente sus vidas -como quieren. hacer treer las leyendas de estos monumentos-, sino que las perdieron defendiendo unos ideales o naciones; y, sin embargo, en ning¨²n sitio se d¨¦ las gracias a esos miles de personas que hicieron algo que parece tan sencillo como rellenar unos papeles donando sus ¨®rganos; algo tan desinteresado y mucho m¨¢s efectivo que empu?ar las armas. Est¨¢ claro que una acci¨®n no puede sustituir a la otra, pero ?acaso no piensa m¨¢s en el futuro que nunca ver¨¢ una persona que dona sus ¨®rganos que la que se enzarza en luchas m¨¢s o menos justas? Somos el pa¨ªs con mayor n¨²mero de donaciones de ¨®rganos por habitante, tenemos unos hospitales donde se consiguen los mayores porcentajes de ¨¦xito y, sin embargo, ninguna plaza, ning¨²n jard¨ªn p¨²blico, ninguna fuente ni calle est¨¢n dedicados a esos miles de personas que donan an¨®nimamente, sin ning¨²n beneficio ni mayor recompensa que la propia satisfacci¨®n de saber que, aun despu¨¦s de dejar esta vida, tendr¨¢n la posibilidad de salvar la de otros. Pocos h¨¦roes de los que tienen avenidas han hecho tanto.-