Cuatro kil¨®metros antes del 'paraiso'
![Ram¨®n Lobo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F12940c80-6f03-48a7-bb70-f642eaefea15.png?auth=5044ccb4584723a2e07d68faf216fe275ff200fb9ea8f4bc60b49349b3964acf&width=100&height=100&smart=true)
Con el aeropuerto cerrado hace casi siete semanas y todas las rutas en control de los serbios bloqueadas, s¨®lo existe una v¨ªa para entrar en Sarajevo: Butmir. Para llegar a este barrio es necesario descender antes por el monte Igman, una serpentean te pista de arena repleta de baches, barro y barrancos. De frente y a la derecha est¨¢n las posiciones serbias. Desde ellas se dispara todo veh¨ªculo enemigo. Tiran con fusiles Kal¨¢shnikov. Nada para un buen blindado. Pero tambi¨¦n tiran con ametralladora y con antia¨¦reo. La bajada est¨¢ repleta de cad¨¢veres de hierro: camiones, coches, amasijos con matr¨ªcula y mala suerte. Son no m¨¢s de cuatro kil¨®metros. De noche se hacen sin luz, rezando para que el precipicio no le haga el trabajo al tirador. En Hrasnica, el primer barrio de Sarajevo que da la bienvenida, un laberinto de callejuelas y casas deshabitadas dificulta la orientaci¨®n. Un error en un giro es suficiente. No hay segunda oportunidad. Una patrulla de la Armija (el Ej¨¦rcito bosnio de mayor¨ªa musulmana) sirve de inesperada gu¨ªa hasta una comisar¨ªa. All¨ª no se distinguen los uniformes. Todos son rambos de dos metros de altura en busca de una batalla. Maldormir en el coche es la ¨²nica salida. Con el alba, que aqu¨ª en Bosnia se despereza a las 4.30, se acomete el ¨²ltimo tramo. En un control, un jefe de la Armija exige transporte para su gente. Son los nuevos gu¨ªas. Van armados hasta los dientes. Hablan ingl¨¦s. Son simp¨¢ticos. En la puerta de Butinir hay una barrera. Se abre. Otros cinco minutos de miedo. Un camino encharcado y con baches impide correr todo lo que pide la mente. La ruta est¨¢ protegida por taludes de arena, que da la impresi¨®n que se acaban en el cuello. Un control franc¨¦s. Carn¨¦. Papeles. Un cartel indica a la derecha: Lukavika, el barrio serbio. A la izquierda se va a Dobrinja. El puesto franc¨¦s est¨¢ en paralelo al t¨²nel que los civiles de Sarajevo usan para alimentarse. De ese control al segundo no hay m¨¢s de 300 metros. El peligro es m¨¢ximo. Los tiradores serbios, poco madrugadores, no disparan. Tras el ¨²ltimo control de Naciones Unidas se entra en Dobrinja. Es Sarajevo. ?El para¨ªso!
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