H¨¦roes o asesinos

Poco a poco han ido cayendo los capos de las principales vertientes de la Mafia colombiana. En todos los casos, su captura o muerte se ha presentado como el fin "del hombre m¨¢s buscado del mundo". Registrados como avances del bien contra el mal en las memorias oficiales, los casos m¨¢s sonados de los n arco traficantes tienen una traducci¨®n libre en el imaginario popular: vidas de h¨¦roes a los que se les componen canciones y se les hacen altares.En diciembre de 1989, Gonzalo Rodr¨ªguez Gacha, El Mexicano, y su hijo de 18 a?os, Fredy, murieron en Tol¨², balneario del Caribe. Una operaci¨®n por tierra y aire puso fin a los d¨ªas de este campesino que lleg¨® a consolidar un ej¨¦rcito personal de 3.000 hombres y fue decisivo en la creaci¨®n de los grupos paramilitares.

Tambi¨¦n en diciembre, el d¨ªa 2, en 1993 qued¨® tendido sobre el tejado de una casa pr¨®xima al estadio de f¨²tbol de Medell¨ªn el cuerpo de Pablo Escobar, El Doctor, o Robin Hood, que hab¨ªa construido canchas deportivas en los barrios marginales y accedido al Parlamento por el Partido Liberal. Pero tambi¨¦n hubo secuestros de personalidades y atentados con coches bomba que dejaron centenares de v¨ªctimas con la firma del cartel de Medell¨ªn y su brazo Los Extraditables. Inauguraron as¨ª la ¨¦poca del narcoterrorismo.