Debe ser imposible
Debe ser muy dif¨ªcil mantener las formas. Debe ser extraordinariamente complicado mantener la elegancia y el decoro. Debe ser que el mundo profesional es as¨ª. Debe ser que 12 a?os, al fin y al cabo, no es toda una vida. Debe ser que todos los jugadores son iguales a los ojos del club. Debe ser que el entrenador manda y otros cumplen sus encargos, lo que le exime de dar la cara. Debe ser que los presidentes no est¨¢n obligados a llamar a una cl¨ªnica donde ha sido operado uno de sus jugadores para interesarse por su estado si ese hombre, aunque sea el capit¨¢n, ya no va a seguir en el club.Deben ser normales estas cosas y muchas m¨¢s, porque - si no lo son es para mandar a tu club al mismo sitio que env¨ªas a mucha gente a lo largo de tu existencia. A la porra. Biriukov no lo har¨¢ porque tiene bastante m¨¢s clase que los otros. Como tampoco lo hicieron en su d¨ªa Cristobal, Cabrera, Corbal¨¢n, Rull¨¢n, Brabender y otros muchos jugadores emblem¨¢ticos, que se vieron obligados a marcharse por la puerta de atr¨¢s, con un "ya no contamos contigo", o incluso enter¨¢ndose por la prensa. Debe ser la marca de la casa supuestamente m¨¢s caballerosa del planeta deporte.
Biriukov es el ¨²ltimo de la lista de damnificados. Y no lo es, ni lo fueron los anteriores, por cuestiones deportivas. El entrenador y el club es muy suyo para contar o no con el jugador que sea, lo que puede ser discutible pero no ¨¦ticamente censurable. El problema llega al dar forma a esa salida. Entonces llega el momento de la chapuza. Cuando se trata de un jugador con un mont¨®n de a?os en el equipo, y siendo una ruptura amistosa como ¨¦sta (Biriukov no ha puesto ning¨²n problema a la rescisi¨®n), lo educado hubiese sido una comunicaci¨®n oficial, una rueda de prensa donde estuviesen el presidente, el directivo encargado, el entrenador y el jugador, donde se produjese un agradecimiento p¨²blico y se cerrase la p¨¢gina con estilo.
Nada m¨¢s lejos de lo que en verdad ocurre una y otra vez, no importa el jugador y sus circunstancias. En el caso de Biriukov, el entrenador no ha dado la cara y manda emisarios. Y el presidente, el mismo que apareci¨® al lado de Sabonis (s¨®lo tres a?os en el club) cuando el lituano dijo que se marchaba, en esta ocasi¨®n si te he visto no me acuerdo. El ¨²nico consuelo que le puede quedar es saber que ni ha sido el primero, ni ser¨¢ el ¨²ltimo.
Lo dicho, debe ser dif¨ªcil hacer estas cosas bien. Por no decir imposible.
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