Frente Nacional, la amenaza

"El problema no es ya Le Pen; son los lepenistas". ( ... ) Esta confidencia de un nuevo ministro ( ... ) dice mucho sobre el sentimiento de impotencia de los partidos de la mayor¨ªa ante los progresos del Frente Nacional. La extrema derecha se vuelve a encontrar en situaci¨®n de ¨¢rbitro en muchas ciudades. Varios de sus candidatos est¨¢n en condiciones de conquistar importantes ayuntamientos.Una d¨¦cada de esfuerzos denodados, mientras otros partidos se desmovilizaban, ha permitido al Frente Nacional formar un ej¨¦rcito de militantes despu¨¦s ganar feudos en una serie de zonas populares y grandes ciudades. Nada hay de extra?o en que el FN obtenga sus mejores resultados en torno, a Lille, Par¨ªs, Ly¨®n o Marsella; esto es, las cuatro megal¨®polis del pa¨ªs. Lo inhumano s el caldo de cultivo del FN, y la fuerza, la adhesi¨®n que suscita. All¨ª reclutan simpatizantes y electores. El partido les suministra el apoyo necesario: periodistas, cintas y v¨ªdeos siguiendo los m¨¦todos de una mercadotecnia directa; un proceso lento, pero robusto. Los electores extremistas, m¨¢s motivados, son relativamente m¨¢s numerosos cuando la participaci¨®n es meodiocre, pero son poco a poco relegados a segundo plano cuando ¨¦sta crece. ( ... ) El Frente Nacional tiene que movilizar a los suyos sin alertar a sus adversarios. Para ¨¦l, Ia mejor campa?a es aquella que no se ve.

17 de junio