"Es una verg¨¹enza que el presidente baje la cabeza ante bandidos"
Civiles y soldados rusos contemplaron ayer at¨®nitos e indignados c¨®mo sal¨ªa de Bu di¨®nnovsk la nutrida caravana de rehenes y secuestradores chechenos. La mayor¨ªa de los autobuses ten¨ªa las cortinas corridas, pero, en algunos, varios de los rehenes las hab¨ªan descorrido y agitaban la mano en se?al de despedida. En el tercero, junto al ch¨®fer, iba sentado con aspecto desafiante un checheno cuya barba negra contrastaba con el vendaje blanco que llevaba en la cabeza y en su brazo derecho.
"?Ser¨¢ posible que estos hijos de puta se vayan tan tranquilos?", o¨ª a mis espaldas. Me di la vuelta y vi a un hombre que ten¨ªa reflejada la ira y la impotencia en sus ojos humedecidos. Cerraba la caravana un gran cami¨®n frigor¨ªfico: llevaba los cad¨¢veres de los chechenos muertos en los enfrentamientos con los rusos para darles sepultura en su tierra.
Luego fue cuando se produjo la liberaci¨®n de los rehenes que hab¨ªan quedado en el hospital. Concluida su evacuaci¨®n, tambi¨¦n, llevada a cabo en autobuses, apareci¨®, caminando, el gobernador de la provincia de St¨¢vropol, Yevgueni Kuznetsov, que de inmediato fue rodeado por la poblaci¨®n. "?Para qu¨¦ cuatro d¨ªas de conversaciones, si al final se deja humilla de esta manera?", dijo Kuznetsov refiri¨¦ndose al primer ministro, V¨ªktor Chemomirdin. "Y es una verg¨¹enza cuando el presidente baja la cabeza ante bandidos", agrego.
"Te fusilar¨¦ personalmente"
Quienes le rodeaban eran gente enardecida que ped¨ªan que les dieran armas para poder defenderse, ya que temen que la situaci¨®n pueda repetirse. "A Sergu¨¦i Stepashin [el ministro de Seguridad] le dije: 'Si los guerrilleros escapan al castigo, te fusilar¨¦ personalmente", asegur¨® Kuznetsov a quienes le escuchaban, que reaccionaron positivamente a su discurso. No falt¨® quien echara pestes sobre Sergu¨¦i Kovaliov, a lo que Kuznetsov dijo que a este defensor de los derechos humanos le hab¨ªa declarado enemigo del pueblo de St¨¢vropol.La gente poco a poco se fue dispersando, y ac¨¢ y all¨¢ se o¨ªa c¨®mo algunos se organizaban para ir a comprar vodka y cerveza al bar m¨¢s cercano, ya abierto despu¨¦s de la pesadilla que cost¨® la vida a m¨¢s de cien convecinos y organizar la gran fiesta de la liberaci¨®n. Sobre la caravana con los guerrilleros y los voluntarios, s¨®lo se sab¨ªa que parti¨® rumbo a Chechenia, a la regi¨®n sure?a de Veden¨®. La mayor parte de la gente pensaba que no llegar¨ªan sanos y salvos a su destino, aunque no faltaban algunos optimistas que creen que todo terminar¨¢ bien.
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