Lo pr¨¢ctico gan¨® a lo bello
Los Springboks surafricanos frenaron en delantera a los All Blacks neozelandeses
Lo pr¨¢ctico gan¨® a lo bello. No ha sido ni ser¨¢ la ¨²nica vez que sucede en el mundo del deporte. Italia, antes de ganar el Mundial de f¨²tbol de Espa?a 82, ape¨® a Brasil en un partido memorable donde impuso la astucia a la est¨¦tica. Ayer, Sur¨¢frica s¨®lo ten¨ªa una opci¨®n para acabar en triunfo su regreso al concierto deportivo internacional y la aprovech¨®. Era una apuesta casi imposible, pero la ¨²nica: jugar con su fiera delantera mejor a¨²n que el primer d¨ªa ante Australia para que la temible l¨ªnea de tres cuartos neozelandesa, con su estrella Lomu a la cabeza, no recibiera balones. Y lo logr¨®, aunque por la m¨ªnima y en la pr¨®rroga.Especialmente en la primera parte, cuando sus reservas f¨ªsicas estaban intactas, los Springboks incluso salvaron la ¨²nica faceta, del juego, en la que fueron inferiores: los saques de lateral que domin¨® un impresionante Jones. Aunque los All Blacks iniciaron algunas aperturas, la defensa rival fue perfecta. Sin embargo, en los escasos momentos en que encontraron huecos, hasta que Lomu acababa cayendo una y otra vez entre tres y cuatro contrarios, el gusto por el asombro se dej¨® entrever una vez m¨¢s.
Pero el juego abierto ayer era demasiado dif¨ªcil con tanto bulldozer placando en cada salida de Ios agrupamientos cerrados (mel¨¦es o saques delateral) o abiertos (mauls).
El pr¨®logo de la final fue ya sintom¨¢tico. El presidente surafricano, Nelson Mandela, asisti¨® vestido con la camiseta n¨²mero 6, la del capit¨¢n y delantero de los Springboks, Fran?ois Pienaar. Le salud¨® en el mismo c¨¦sped, como al resto de jugadores, y le entreg¨® despu¨¦s la copa de vencedor. Fue un momento emocionante para la historia de la reconciliaci¨®n surafricana. Pienaar, afrikaaner puro, recib¨ªa el trofeo del hombre clave en el fin del apartheid. Todo un s¨ªmbolo, porque adem¨¢s, nadie como Pienaar, salvo el medio. apertura Stransky, el matador final con- tres golpes y dos drop (botepronto), mereci¨® tanto la victoria. Pienaar, director de una compa?¨ªa de acero, evidenci¨® las dos cosas en el c¨¦sped: liderazgo y potencia.
Los All Blacks, de todas formas, pese a no disponer del bal¨®n de la forma adecuada, pudieron ganar en la segunda parte cuando la presi¨®n de delantera surafricana cedi¨® algo. Pero el medio apertura Mehrtens, fall¨® dos drop, sobre todo uno a dos minutos del final del segundo tiempo, con 9-9 en el marcador, que hubiera supuesto la victoria casi sin remisi¨®n para su equipo. Pero la historia del gran rugby no quiso ayer ser bella, sino pr¨¢ctica. Y justa con los s¨ªmbolos m¨¢s all¨¢ del deporte. Por eso quiso honrar a Mandela.
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