Pe?¨®n bajo sospecha
EL CONTRABANDO de tabaco y el tr¨¢fico de drogas en Gibraltar se han convertido en una lacra tal que genera ya una preocupaci¨®n bastante mayor en Espa?a que la hist¨®rica por recuperar la soberan¨ªa del Pe?¨®n. El problema no ha hecho sino agravarse en los ¨²ltimos a?os, mientras las autoridades gibraltare?as, y tambi¨¦n las brit¨¢nicas, parecen decididas a seguir ignor¨¢ndolo. Tras dos reuniones tripartitas sin resultado alguno, Espa?a se ha inclinado por una medida contundente: la denuncia formal contra el Reino Unido ante la Comisi¨®n de Bruselas y el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (UE).El problema de fondo que plantea la creciente dependencia de la econom¨ªa gibraltare?a de lo que se denomina "tr¨¢ficos il¨ªcitos" es espinoso. Tras el cierre de las instalaciones de defensa brit¨¢nicas, Gibraltar ha optado por vivir del hecho de diferenciarse de Espa?a y de tolerar en la colonia actividades no permitidas al otro lado de la veda. El coste para Espa?a es del todo inaceptable: unos 84.0.00 millones de pesetas de p¨¦rdida de recaudaci¨®n fiscal entre 1989 y 1994 y otros 43.000 millones de reducci¨®n de ingresos para la industria tabaquera. A ello se une la pr¨¢ctica inexistencia de controles para regular el sistema financiero, lo que facilita el blanqueo de capitales de la delincuencia internacional, y especialmente del narcotr¨¢fico. Algo tiene que ver con esto que haya 53.000 sociedades registradas all¨ª.
Londres tiene que dar explicaciones y actuar. Espa?a y la UE no pueden tolerar que Gibraltar se convierta en un c¨¢ncer para la econom¨ªa espa?ola y en santuario del tr¨¢fico de estupefacientes. El contencioso sobre esta anacr¨®nica presencia colonial puede seguir el ritmo desesperantemente, lento que marca Londres. Pero Espa?a no puede permitirse ser paciente con la agresi¨®n permanente a su econom¨ªa y a sus leyes. En septiembre pasado, Londres comunic¨® a Joe Bossano, primer ministro del enclave que la no adopci¨®n de decenas de directivas comunitarias -que limitar¨ªan seriamente estos abusos- podr¨ªa forzar al Reino Unido a asumir el gobierno directo de la colonia. Desde entonces, nada. S¨®lo palabras. Insoportablemente poco ante la continua agresi¨®n desde el Pe?¨®n a los intereses de Espa?a.
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