La leyenda continua
Santiago es el resultado de una invenci¨®n. Un cuento escrito sobre la secci¨®n ¨¢urea de un honorable sepulcro. Nada importa a estas alturas que en la tumba est¨¦ el Ap¨®stol, el hereje gallego Prisciliano, cuyo cuerpo decapitado desapareci¨® misteriosamente de Tr¨¦veris, o un extraterrestre, como sostienen algunos uf¨®logos bebedores de Albari?o. Como la rosa en el poema de Gertrude Stein, Santiago es Santiago es Santiago. Un bosque de granito que alimenta su leyenda y conserva su misterio en el coraz¨®n de una cripta. Una pel¨ªcula labrada por los canteros en celuloide de piedra, con un guionista coral que disfruta con esta historia interminable.Las grandes maquinarias del espect¨¢culo tienen que producir acontecimientos, factoides, para mantener el circo en candelero. Se dise?an castillos en el aire a precio de oro. Las f¨¢bricas de pirotecnica public¨ªstica funcionan a tope. Por eso, lo de Santiago tiene algo de milagroso, de ir¨®nico contrapunto.
Su mejor gu¨ªa est¨¢ impresa en el cielo: es la V¨ªa L¨¢ctea. Su pin inimitable, desde hace siglos en las pecheras de Europa, fue dise?ado por la naturaleza en las playas del Oeste: es la concha de la vieira. Ahora, que hasta los curas tocan las campanas por telefon¨ªa m¨®vil, el efecto especial, que deja pasmados a ni?os y reyes es el tradicional botafumeiro, el gigantesco incensario que se balancea en la nave de la catedral. Para que crezca el liquen dorado que cubre la fachada del Obradoiro, hay que esperar siglos, y eso ning¨²n escen¨®grafo se lo permite. En cuanto al orballo, es probable que en el siglo que viene se organicen vuelos charter s¨®lo para ver llover en Santiago.
Todo eso son t¨®picos, ya lo s¨¦. Benditos t¨®picos. Son el thalamos, los enseres ¨ªntimos de Santiago que han sobrevivido a la Historia escrita con may¨²scula. Como en los buenos cuentos, con Santiago ha ocurrido lo inesperado. Aquel viejo centro de la cristiandad, arma propagand¨ªstica en la guerra religiosa, se sali¨® del gui¨®n. La historia fue tomada por la leyenda. Y ¨¦sa es la atm¨®sfera en la que todo el mundo se siente a gusto. Los canteros del maestro Mateo trabajan hoy a las ¨®rdenes de ?lvaro Siza. Y si uno se sienta en las escaleras de la Quintana dos Mortos a medianoche, puede tener la fortuna de escuchar una conversaci¨®n entre Borges, Valle Incl¨¢n y el joven peregrino irland¨¦s Stephan Dedalus.
As¨ª que no es de extra?ar que Santiago de Compostela sea propuesta capital cultural europea en el a?o 2000. Saldr¨¢ bien, claro. Son mil a?os de experiencia y un milenlo de imaginaci¨®n.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Xacobeo
- Santiago de Compostela 2000
- Santiago Apostol
- Capital Europea Cultura
- Santiago de Compostela
- Monumentos
- Capital cultural
- Provincia A Coru?a
- Patrimonio hist¨®rico
- Galicia
- Agenda cultural
- Patrimonio cultural
- Comunidades aut¨®nomas
- Ayuntamientos
- Agenda
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Uni¨®n Europea
- Cultura
- Eventos
- Organizaciones internacionales
- Administraci¨®n local
- Espa?a
- Relaciones exteriores
- Administraci¨®n p¨²blica