Ruiz-Gallard¨®n aboga en su toma de posesi¨®n por un Gobierno de progreso y con los mejores
El grado de cordialidad alcanzado en los ¨²ltimos tiempos entr¨¦ el presidente de la Comunidad de Madrid saliente, el socialista Joaqu¨ªn Leguina, y el entrante, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, del PP, lleg¨® ayer a un punto de conexi¨®n tal que sus discursos -preparados por separado- comenzaron pr¨¢cticamente de la misma manera. Luego, incluso, se intercambiaron piropos. Leguina habl¨® de lo importante que es "saludar con naturalidad" la alternancia de las fuerzas pol¨ªticas en las democracias. Y Ruiz-Gallard¨®n, en el acto de toma de posesi¨®n de su nuevo cargo, ense?¨® los trazos con los que ha dibujado su gobierno Me progreso, tolerante y con los mejores". Hoy se reunir¨¢ por primera vez.
Al acto asistieron m¨¢s de un centenar de invitados, entre ellos el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, quien no quiso hacer declaraciones sobre el reajuste del Gobierno, y el de Administraciones P¨²blicas, Jer¨®nimo Saavedra. ?ste s¨ª coment¨®, a mitad de recepci¨®n, que recibir¨ªa encantado a Ruiz-Gallard¨®n como interlocutor del Gobierno sobre sus anunciadas reivindicaciones tanto econ¨®micas como de competencias. M¨¢s tarde ya sali¨® de la sala como nuevo responsable del Ministerio de Educaci¨®n. De la direcci¨®n nacional del PP s¨®lo se present¨® un miembro, Mariano Rajoy. El PP justifica la ausencia de su presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, argumentando que jam¨¢s acude a actos de investidura o tomas de posesi¨®n.Leguina aprovech¨® su despedida institucional para alabar el comportamiento de Ruiz-Gallard¨®n tras su victoria en las urnas el pasado 28 de mayo: "En este ¨²ltimo mes, su partido y el m¨ªo, usted y yo, de consuno, hemos intentado estar a la altura de esas circunstancias. Quiero pensar que lo hemos conseguido. En todo caso, debo agradecerle p¨²blicamente la deferencia y caballerosidad de la que ha hecho gala. Saber ganar resulta con frecuencia harto dif¨ªcil, mas nadie podr¨¢ negarle, se?or Ruiz-Gallard¨®n, su bonhom¨ªa en esta hora de triunfo".
El ya ex presidente madrile?o finaliz¨® con un consejo de procedencia literaria. Leguina rescat¨® una frase de Cervantes, dedicada por "Alonso Quijano el Bueno" a su escudero antes de tomar ¨¦ste el camino de la ¨ªnsula de Barataria: "No te ciegue la pasi¨®n propia en causa ajena; que los yerros que en ¨¦sta hicieres, las m¨¢s veces ser¨¢n sin remedio".
Ruiz-Gallard¨®n, de 36 a?os, rememor¨® su biograf¨ªa pol¨ªtica, ligada a Madrid desde los 24, primero como concejal y luego como diputado auton¨®mico, para justificar su estado de ¨¢nimo: "Gobernar la Comunidad de Madrid es para m¨ª un honor de dimensiones explicables en el ba¨²l de mis emociones personales". En sus referencias a Leguina midi¨® sus palabras: "El talante intelectual, y por lo mismo abierto, y sus cualidades humanas tienen no poco que ver con los mimbres de esta Comunidad nuestra".
El nuevo presidente justific¨® el modelo de Ejecutivo que ha elegido: "Convocar¨¦ a mi lado a los mejores, sin preguntar de d¨®nde vienen, sino ad¨®nde se comprometen a ir". Luego lo defini¨® como un equipo "de progreso", tolerante y cercano a la calle.
Los siete consejeros de Ruiz-Gallard¨®n, incluidos los independientes Gustavo Villapalos (ex rector de la Universidad Complutense) y Luis Bl¨¢zquez (ex consejero delegado del Banco Central), se?alaron la personalidad de ¨¦ste como el factor desencadenante para aceptar el puesto. Hasta el premio Nobel Camilo Jos¨¦ Cela subray¨® ese atractivo.
Ruiz-Gallard¨®n, que no estaba ayer para declaraciones a los medios de comunicaci¨®n, s¨ª quiso cuidar con varios detalles a su familia. Uno, hacia la patria de sus padres: "Siento la ausencia del m¨ªo [de su padre] con el dolor profundo de no poder ver en sus ojos la esperanza del tiempo nuevo que hoy comienza". Otro, hacia su esposa, Mar¨ªa del Mar Utrera, permanentemente a su lado, a la que pidi¨® -tambi¨¦n lo hab¨ªa hecho Leguina- m¨¢s comprensi¨®n ante la cantidad de tiempo que presume le ocupar¨¢ su nuevo oficio. Ella no s¨®lo se la concedi¨® de antemano, sino que manifest¨®, abrumada en su tarea de consorte y acorralada por c¨¢maras y micr¨®fonos, que es imposible verle menos.
Al final de la sesi¨®n, Ruiz-Gallard¨®n abandon¨® el camarote en el que se hacinaron los invitados y traspas¨® el umbral del despacho por el que ha trabajado ocho a?os. Se llev¨® con ¨¦l a su esposa, las dos hermanas de ¨¦sta, su hermana y los respectivos cu?ados.
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