La verdad del cante

Un nuevo recital de Jos¨¦ Menese, al hilo de la aparici¨®n de su ¨²ltimo disco, que fue grabado en directo hace cinco meses en esta misma sala. Como es habitual en el cantaor, ofreci¨® un concierto muy variado, con estilos que actualmente son casi rareza o¨ªrlos: la ronde?a la petenera, la nana, los caracoles... Incluso las sevillanas, una rareza en Menese. No debi¨® hacerlas, pues es un g¨¦nero que en su l¨ªnea de cante no encaja para nada, pero quer¨ªa complacer al p¨²blico que le ped¨ªa m¨¢s entusiasmado.Ello no empa?a en absoluto el nuevo ¨¦xito personal de Menese, un cantaor que desde hace bastante tiempo ya viene demostrando una regularidad que se agradece. No fue ciertamente una de sus noches memorables, pero cant¨® bien, aun cuando Enrique de Melchor apretara a veces en exceso el acelerador, sobre todo en los temas r¨ªtmicos. Cant¨® a veces incluso muy bien, con esa nobleza y esa dignidad que normalmente son consustanciales al quehacer de Menese.

Habl¨¦ Jos¨¦ Mar¨ªa Vel¨¢zquez de la soledad del cantaor por siguiriyas, palo en el que Menese brilla con luz propia y en el que brillar¨ªa esta noche. ?Y la soledad del cantaor por ton¨¢s, sin guitarra siquiera? La verdad del cante, ¨¦sa es la madre de todo. Menese la tiene, y nos la ofreci¨® con la grandeza que le es propia.