Un concierto todo espa?ol
Para los asistent¨¦s al Congreso Internacional de Nefrolog¨ªa que se celebra en Madrid, toc¨® la Orquesta Sinf¨®nica, dirigida por Crist¨®bal Halffter, un programa de m¨²sica espa?ola.Tras la feliz y rossiniana obertura para El barbero d¨¦ Sevilla, de Ram¨®n Carnicer, Mar¨ªa Caro protagoniz¨®, con verdadero primor, Noches en los jardines de Espa?a, de Falla, partitura fuertemente entra?ada en el ¨¢nimo y el sentimiento de la solista, el maestro y la orquesta. Tuvimos una versi¨®n clara y po¨¦tica, racial y jonda, pero sin ning¨²n genero de excesos. En suma: puntual y comunicativa, c¨®mo lo demostr¨® la acogida de una . audiencia interesada y entusiasta.
La segunda parte ofrec¨ªa dos datos signjficativos: uno, esperado; otro, azaroso. El primero fue la misma partitura, Sinfonietta, de Ernesto Halffter (1905-1989), que en 1925 gan¨® el Premio Nacional de M¨²sica y dos a?os despu¨¦s se estren¨® por. la Sinf¨®nica bajo la direcci¨®n del compositor.
Orquesta Sinf¨®nica de Madrid
Director. C. Halffter. Solista: Mar¨ªa Caro de Halffier, piano. Obras de Carnicer, Falla, Ernesto y Crist¨®bal Halffter. Auditorio Nacional. Madrid, 6 de julio.
El nombre y el genio de Halffter, salt¨® al mundo impulsado por la gracia y originalidad de esta sinfon¨ªa (el diminutivo parece un tributo a la moda de la.¨¦poca), la m¨¢s valiosa y atractiva dada por la m¨²sica espa?ola, desde la de Juan Cris¨®stomo Arriaga. Crist¨®bal, que conoci¨® y vivi¨® desde los d¨ªas de su infancia tan sorprendentes pentagramas de su t¨ªo,, entiende la. obra desde sus valores espec¨ªficos y desde las variantes que imponen los gustos de hoy. Aligera alg¨²n tiempo, como el lento, quita hierro rom¨¢ntico a algunos momentos del discurso y precisa con exactitud la iron¨ªa del movimiento final o la ingenua belleza del minueto.
Batalla
El dato azaroso fue la presencia en la sala de la viuda de Ernesto Halffter, Alicia C¨¢mara Santos, pianista portuguesa notable y uno de los, escas¨ªsimos testirnonios vivos, de la generaci¨®n del 27. Cuenta 92 a?os pero guarda recuerdos de, toda su biograf¨ªa, desde que conoci¨® a Halffter, con el que colabor¨® al igual que con Manuel de Falla, como pianista y clavecinista.
1 El matrimonio fue celebrado en 1928 en la iglesia de Sao Joseph, en Lisboa, y estuvo apadrinado por don Manuel, a quien represent¨® el cr¨ªtico Adolfo Salazar y llev¨® a Ernesto Halffter a su residencia portuguesa, lo que dar¨ªa lugar a la extraordinaria Rapsodia, a?l ciclo de canciones, entre ellas el c¨¦lebre Fado, y a la m¨²sica para Dulcinea, de Carlos Selvagem.
El brillat¨ªsimo concierto se cerr¨® con el Tiento y batalla de Crist¨®bal Halffter, sobre Cabez¨®n y Cavanilles, transmigraci¨®n magistral y personal¨ªsima del ¨®rgano a la gran orquesta. Se renovar¨®n los aplausos tan insistentemente que fue necesario, como, tantas veces sucede, repetir la Batalla.
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