Los muertos de la paz
Tras la retirada de las tropas o la derrota, tras los acuerdos de paz o la victoria, las minas permanecen: son el legado de una guerra que se vuelve interminable. En Camboya, uno de los pa¨ªses m¨¢s afectados por la proliferaci¨®n de estos artefactos, uno de cada 236 habitantes est¨¢ mutilado, y el Gobierno ya ha dejado de contar los casos de ni?os que han perdido una extremidad.Seg¨²n los c¨¢lculos de Naciones Unidas, el Departamento de Estado de EE UU u organizaciones como Greenpeace, esta geograf¨ªa de los campos de la muerte comienza en Afganist¨¢n, donde a¨²n permanecen enterrados nueve millones de minas que han causado casi medio mill¨®n de v¨ªctimas. Le siguen Angola, tambi¨¦n con nueve millones y 40.000 heridos por esta raz¨®n, y Camboya, donde se estima que hay entre seis y 10 millones, m¨¢s de una mina por cada dos habitantes.
La lista contin¨²a con Kuwait, sembrado durante la guerra del Golfo con siete millones de minas; Kurdist¨¢n, con cinco millones, y Vietnam, con tres millones. Mozambique -donde han causado 10.000 muertos y 8.000 mutilados en los ¨²ltimos 30 a?os-, Sud¨¢n, Somalia y la ex Yugoslavia re¨²nen dos millones cada uno. En Etiop¨ªa y el S¨¢hara Occidental quedan un mill¨®n, muchas de ellas, en el ¨²ltimo caso, de fabricaci¨®n espa?ola.
Otros pa¨ªses afectados son Ruanda, Liberia, Zimbabue, Irak, Nicaragua y El Salvador. Pero la pesadilla no termina aqu¨ª. Actualmente se est¨¢n creando campos de minas en antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas como Georgia, Armenia, Azerbaly¨¢n y Tayikist¨¢n, y, seg¨²n la ONU, cada a?o se plantan entre dos y cinco millones de minas m¨¢s en el mundo.
Los pa¨ªses fabricantes -con EE UU, China, la antigua URSS e Italia a la cabeza- saben que es un buen negocio, pero olvidan que hoy, m¨¢s de cincuenta a?os despu¨¦s de la batalla del Alamein, los beduinos egipcios llaman a¨²n "campos del demonio" a los miles de kil¨®metros cuadrados donde se libr¨® el destino del norte de ?frica durante la Il Guerra Mundial y donde a¨²n quedan 22 millones de minas enterradas.
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