Humildad e imaginaci¨®n

He le¨ªdo con mucho inter¨¦s la carta de Marcelo Cohen, publicada el 1 de julio de 1995, en EL PA?S. Pero no estoy seguro de haberla entendido bien. El criterio de Vargas Llosa de "...enterrar el pasado a fin de poder construir el futuro" (Jugar con fuego) me parece tan discutible como dif¨ªcil de realizar. Sin embargo, Marcelo Cohen cita el caso de Espa?a ("...persuadir a los opositores al franquismo de que deber¨ªan sentarse a negociar la transici¨®n...") y nadie propone que se declaren criminales a Franco y a otros, ni siquiera que se borre su nombre de muchas calles y plazas de Espa?a, ni que se retiren las monedas con su efigie y la leyenda "Caudillo de Espa?a por la gracia de Dios". El tiempo debilita las pasiones, porque siempre aparecen nuevos problemas, a los que, m¨¢s all¨¢ de la ¨¦tica, damos prioridad sobre los antiguos.Me parece que Marcelo Cohen tiene raz¨®n al decir que Argentina est¨¢ en una "situaci¨®n endiablada" que necesita una salida pol¨ªtica, lo cual requiere "humildad e imaginaci¨®n". Pero, precisamente por estar de acuerdo con ¨¦l en estos principios fundamentales, no me parece que se pueda acusar a Vargas Llosa de "transmitir el virus letal del lugar com¨²n". Desde la ¨¦poca de la dictadura militar hasta hoy, muchos argentinos niegan los cr¨ªmenes o culpan a las v¨ªctimas (algo habr¨¢n hecho). Algunos se beneficiaron apropi¨¢ndose a precio de ganga de los bienes de los desaparecidos y de los exiliados. Muchos disfrutaron de la plata dulce. Y otros estaban aterrados por el terrorismo de ERP y Montoneros.

Vargas Llosa dice: "Desde luego, ser¨ªa magn¨ªfico que todos los responsables de esas inauditas crueldades fueran juzgados y sancionados. Pero ello es pr¨¢cticamente imposible porque aquella responsabilidad desborda largamente la esfera castrense e implica a un amplio espectro de la sociedad argentina..."

Por eso s¨®lo el 53% de la sociedad argentina aceptar¨ªa la reapertura de los juicios a los militares. Si no analizamos p¨²blicamente tambi¨¦n la responsabilidad de la sociedad civil en los cr¨ªmenes de los militares, no se podr¨¢ juzgar a ¨¦stos ni evitar la repetici¨®n de hechos similares. (Y recordemos que la Ley de Obediencia Debida fue aprobada en junio de 1987 por los representantes de la mayor¨ªa del pueblo argentino, y en Uruguay la Ley de Amnist¨ªa se aprob¨® en abril de 1989 por refer¨¦ndum).

Los asesinos militares y los asesinos terroristas manejaron la m¨¢quina de picar carne humana. Pero pudieron hacerlo porque amplios sectores civiles les impulsaron a ello y han contribuido luego a impedir su juicio. Y lo m¨¢s grave es que, si no abandonamos las actitudes maniqueas y analizamos hechos dolorosos y complejos que nos conciernen a todos, no ser¨¢ posible evitar que esta historia se repita. Tal es, a mi parecer, la "humildad e imaginaci¨®n" que tanto se necesita. Vargas, Llosa tuvo el m¨¦rito de iniciar esta discusi¨®n y debemos agradec¨¦rselo.-