"Si la Shell nos diera un mill¨®n de marcos se los devolver¨ªamos"
Activo participante del movimiento estudiantil del 68 en M¨²nich, donde estudi¨® Sociolog¨ªa con el l¨ªder anarquista Teufel, Thilo Bode aifirma que ¨¦l no perteneci¨® a las filas del m¨ªtico Rudi Dutschke, l¨ªder del movimiento estudiantil alem¨¢n por esa ¨¦poca. Bode elude responder si era entonces un radical: "En ese tiempo todos ¨¦ramos radicales, pero hab¨ªa tambi¨¦n radicales organizados y no organizados". Sin embargo rechaza tajante que se haya convertido en "un ejecutivo sin piedad", aunque no niega que "no es imposible que vaya a despedir a gente de Greenpeace, porque hay que sanear las finanzas". El nuevo director de la organizaci¨®n ecologista m¨¢s poderosa del Tundo ha tomado parte en varias acciones, "pero normalmente me he mantenido a la sombra". En Canad¨¢ fue detenido en 1993: "Por ciertas razones, busqu¨¦ de. forma consciente la confrontaci¨®n", dice.Pregunta. Parece que su elecci¨®n est¨¢ relacionada con el ¨¦xito de haber impedido el hundimiento en el mar de la plataforma Brent Spar.
Respuesta. No, no hay ninguna relaci¨®n. La informaci¨®n de que yo iba a ser director internacional se supo por un error nuestro. En realidad se debi¨® publicar m¨¢s tarde, para que no se mezclara con Brent Spar. Desde marzo ya era bastante claro que yo iba a ser director y entonces todav¨ªa no estaba claro que Brent Spar iba a ser un ¨¦xito de tal naturaleza.
P. ?Usted fue elegido, designado o qu¨¦?
R. Bueno, decir que fui elegido no, es la expresi¨®n correcta. En realidad, la presidencia internacional de la organizaci¨®n, que tiene una funci¨®n de supervisi¨®n, me nombr¨® por unanimidad. Por eso hablar de elecci¨®n se presta a confusiones.
P. ?Por cu¨¢nto tiempo?
R. Cinco a?os.
P.?De hecho es usted nombrado como el presidente de la junta directiva de la Shell?
P. S¨ª.
P. ?Podr¨ªa decir cu¨¢les ser¨¢n los objetivos de su presidencia?
R. S¨ª. Voy a limitarme a tres campos. La detenci¨®n de la depredaci¨®n en los bosques, la detenci¨®n de la depredaci¨®n en los mares y disminuci¨®n del consumo de energ¨ªa, as¨ª como apoyo a la difusi¨®n de nuevas fuentes de energia, como la solar.
P. Eso suena bastante gris, si se compara con acciones como la de Brent Spar o la actual contra las pruebas at¨®micas en Polinesia.
R. He mencionado s¨®lo las grandes metas pol¨ªticas. Dentro del marco de esas metas hacemos nuestras campa?as en las que se llegan a acciones como la de Brent Spar. Eso no significa que nuestro trabajo sea gris. Esos son los campos en los que queremos y tenemos que tener ¨¦xito.
P. ?Cu¨¢l ser¨¢ la estrategia? ?Van a entrar en confrontaci¨®n con la industria o a buscar un di¨¢logo?
R. El elemento fundamental de nuestra estrategia es siempre confrontaci¨®n, porque somos la ¨²nica organizaci¨®n que detr¨¢s de los problemas desenmascaramos intereses y personas. S¨®lo a trav¨¦s de la confrontaci¨®n logramos la presi¨®n necesaria para llevar a cabo el di¨¢logo. El di¨¢logo con la industria y con los distintos grupos es un complemento indispensable, pero la gente s¨®lo nos escucha si presionamos.
P. ?Est¨¢ usted de acuerdo con asimilar a Greenpeace como una multinacional de la ecolog¨ªa?
P. No. Somos mucho m¨¢s peque?os. Trabajamos como una empresa internacional, pero no somos un consorcio internacional
P. Y tampoco una ONU...
R. ?Ojal¨¢ que no!
P. ?Porqu¨¦ no?
R. Porque all¨ª todo funciona m¨¢s lentamente, es poco flexible: y todo depende del consenso.
P. ?Tienen ustedes dificultades de financiaci¨®n?
R. Tenemos problemas de financiaci¨®n con Greenpeace Internacional, porque las finanzas de algunos pa¨ªses se han deteriorado en los ¨²ltimos a?os En otros tenemos una situaci¨®n financiera muy buena, como en Holanda y en Alemania.
P. ?No corre Greenpeace el peligro de una germanizaci¨®n por el hecho de que en Alemania se reciben m¨¢s donaciones?.
R. La influencia alemana es muy fuerte y tiene que ser reducida, pero s¨®lo puede ser reducida en. la medida en que los pa¨ªses se hagan m¨¢s fuertes. No se trata de debilitar a Alemania dentro de la organizaci¨®n.
P. ?Reciben ustedes donaciones de la industria?
R. No recibimos donaciones de la industria, porque eso dificultar¨ªa nuestra confrontaci¨®n con ella.
P. Si Shell dijera ahora aqu¨ª "tienen ustedes un mill¨®n de marcos...
R. Si Shell nos diera un mill¨®n de marcos, devolver¨ªamos el dinero.
P. Entonces, ?no se puede, comprar protecci¨®n?
R. No.
P. En algunos pa¨ªses, por ejemplo en Am¨¦rica Latina, se tiene la impresi¨®n de que la ecolog¨ªa es una cosa para ricos. ?Usted qu¨¦ opina de eso?
R. Hay algo de cierto en eso. Quienes apoyan a Greenpeace, al menos en Europa, vienen de un estrato determinado, un es trato culto y que tiene dinero. Pero naturalmente, desde el punto de vista de la amenaza de la destrucci¨®n ecol¨®gica, la protecci¨®n del medio ambiente no. es cosa de los ricos, sino de todos.
P. Pero ?qu¨¦ es amenazante? Yo comprendo que la selva amaz¨®nica debe ser protegida, pero alguien que vive junto a la selva y tiene hambre, o un pescador espa?ol que no tiene trabajo, no se puede exigir que no pesque o que no tale la selva.
R. S¨ª, es correcto. En pa¨ªses que tienen un ingreso bajo hay. una relaci¨®n entre la pobreza y la destrucci¨®n del medio ambiente. Por ejemplo, la destrucci¨®n de la costa en Filipinas. De hecho, estas naciones son responsables de la mayor parte de la destrucci¨®n. Una meta global debe ser subir el nivel de vida de las naciones pobres para terminar con esta destrucci¨®n del medio ambiente determinado por la pobreza,
P. ?No cree usted que en esta ecoideolog¨ªa hay una preocupaci¨®n mayor por la flora y la fauna y que por los seres humanos?
R. No creo que se pueda comparar. No hay alternativa. O la humanidad quiere sobrevivir con el planeta o no. Si la humanidad decide que eso no es muy importante, entonces tenemos que aceptarlo., Hasta ahora, en todos los acuerdos internacionales, la humanidad parece haber decidido que el planeta debe sobrevivir, y por lo tanto hay que buscar caminos, para lograrlo.
P. Con respecto a las pruebas at¨®micas, en Polinesia, tienen all¨ª el Rainbow Warrior. ?Hasta d¨®nde est¨¢n dispuestos a llegar?
R. Nos podemos imaginar todos las formas de confrontaci¨®n, pero siempre actuando de manera no violenta y con una transgresi¨®n controlada de normas, s¨®lo cuando no lesione mos derechos fundamentales de terceros. Bajo esos dos principios puede uno imaginarse al gunas variantes interesantes.
P. ?Se refiere a la violencia contra las personas o tambi¨¦n contra las cosas?
R. A las¨ª dos.
Ecofascismo
Pregunta. ?Qu¨¦ le dice a usted el concepto ecofascismo?Respuesta. Ecofascismo, e un concepto que no es com¨²n en Alemania, pero si usted alude al hecho de que en Alemania se di¨® el intento por parte de la extrema derecha de apropiarse de la idea ecol¨®gica, entonces el concepto ser¨ªa apropiado. En todo caso, la cosa no funcion¨®. Fue un fen¨®meno de hace unos cinco o seis a?os, pero que ya no existe.
P. Pero ahora, con el boicoteo a la Shell se hicieron ciertas asociaciones. En el nazismo se dec¨ªa "no compres a jud¨ªos" y ahora "no compres a Shell".
R. S¨ª, pero me parece una asociaci¨®n falsa, porque ¨¦l boicoteo no ten¨ªa ning¨²n car¨¢cter racista ni fascista, sino s¨®lo fue una forma a trav¨¦s de la cual los compradores pod¨ªan manifestar su descontento, como ocurre todos los d¨ªas en Estados Unidos.
P. ?Entonces usted no ye peligro alguno de que surja una ideolog¨ªa de denunciantes, en la que en un bloque de viviendas haya gente que vigile que nadie arroje una botella donde est¨¢ el papel?
R. No, ¨¦se peligro no lo veo. Lo que veo' es el hecho de que todav¨ªa no hay un comportamiento realmente ecol¨®gico. Durante el boicoteo, la gente sigui¨® comprando gasolina en Aral o en Esso, y de lo que se tratar¨ªa ser¨ªa de consumir menos gasolina.
P. Entonces, esta especie de frente popular en el que participaron desde la asociaci¨®n de comadronas hasta los democristianos de derecha b¨¢varos de la CSU, ?no les molest¨® a ustedes?
R. Eso fue bienvenido, porque la campa?a tuvo mucho ¨¦xito, pero, naturalmente, nos dimos cuenta de que alg¨²n que otro pol¨ªtico, que nunca nos. apoya, madrug¨® para apoyar esta campa?a, y eso fue tal vez oportunista. Pero lo tomamos la pala6ra a los pol¨ªticos, y la pr¨®xima vez se Ver¨¢ en qu¨¦ medida su comportamiento fue oportunista. Yo creo que lo fue s¨®lo en parte.
P. ?Qu¨¦ puede hacer Greenpeace, con tres problemas que son muy importantes en Espa?a: erosi¨®n, quema de bosques y escasez de agua?
R. Esos son tres campos en los que Greenpeace no tiene campa?as internacionales, y se tratar¨ªa de buscar soluciones para Espa?a en el marco de las campa?as internacionales. Pero es algo de lo que tiene que ocuparse Greenpeace Espa?a, que ya tiene ideas como por ejemplo, cambios en las tarifas del agua, o proyectos alternativos, como desalinizaci¨®n de agua de mar.
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