Verbena africana

Manu Dibango organiz¨® una fiesta multitudinaria a orillas del Manzanares. Antes de que muchos artistas occidentales descubrieran las posibilidades de la m¨²sica africana, este pedazo de historia que es el camerun¨¦s pase¨® por medio mundo su Soul makossa. Aquel jovencito que lleg¨® a Francia a finales de los cuarenta, con una bolsa de tres kilos de caf¨¦ para pagar la pensi¨®n, probablemente empezarar¨¢ a incubar entonces su idea panafricanista. Tiene 15 a?os y descubre lejos de casa, entre las brumas del norte, los nexos que le unen con otros estudiantes de Costa de Marfil, Gab¨®n o Senegal. Ya sexagenario, Dibango ha logrado por fin realizar su sue?o de unir a m¨²sicos africanos en un proyecto com¨²n: Wakafrika (?frica en movimiento). Y, durante estos d¨ªas de verano, lo est¨¢ llevando en directo por algunas villas de Europa.El saxofonista, cantante y compositor no repar¨® en gastos. Vino con una nutrida banda de instrumentistas franceses, cubanos, cameruneses y australianos, y se trajo a varias figuras del subcontinente negro. Salvo en las grandes ocasiones, por ejemplo con fin de recaudar fondos para organizaciones como S.O.S Racismo en Par¨ªs, resulta harto dif¨ªcil reunir a tantos solistas de primera. A¨²n m¨¢s si se trata de una gira. Cada uno est¨¢ enfrascado en su propia carrera y conciliar disponibilidad y ganas se convierte en tarea tit¨¢nica. S¨®lo Dibango parec¨ªa en condiciones de intentarlo. Y lo ha conseguido.

El zaire?o Ray Lema, al que Manu Dibango introdujo como gran m¨²sico africano y luego matiz¨® que gran m¨²sico a secas, cant¨® el Homeless de ra¨ªces sudafricanas; la beninense Ang¨¦lique Kidjo hizo lo propio con Malaika una balada tradicional tanzana; Princess Erika, parisina de padres cameruneses, se encarg¨® de Lady de Fela; el angole?o Bonga le di¨® el punto de nostalgia lusa a la velada y el guineano Mory Kante puso a bailar a la parroquia con su kora. Manu Dibango ejerci¨® de maestro de ceremonias, con esa risa suya tan contagiosa y su peculiar jerga en la que todo vale con tal de comunicarse. Pero tamb¨ªen sopl¨® con ganas, dirigi¨® al grupo, e incluso carg¨® sobre su espalda a la peque?a Ang¨¦lique Kidjo mientras se marcaba unos pasos de baile. Siempre con el territorio musical africano como referencia esencial.