Butros-Gali dice que la paz es irreversible en Angola tras ver a Savimbi y Dos Santos
El secretario general de las Naciones Unidas, Butros Butros-Gali, tuvo el s¨¢bado, en Bailundo, actual cuartel general de la Uni¨®n Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), la recepci¨®n m¨¢s entusiasta de su periplo africano. Delante de la muchedumbre, estrechamente vigilada por soldados de la guerrilla de UNITA, impecablemente uniformados y armados, Butros Gali se asom¨® al balc¨®n del palacio donde conferenci¨® durante 2,0 minutos, a solas, con el l¨ªder rebelde, con su "hermano y viejo amigo Jon¨¢s Savimbi" y, visiblemente emocionado, lanz¨® vivas a la paz, a la reconciliaci¨®n y a la reconstrucci¨®n de Angola. Tras entrevistarse por separado con el presidente angole?o, Jos¨¦ Eduardo dos Santos, Butros-Gali declar¨® que la paz es irreversible en Angola.El ambiente de fiesta que rode¨® la visita de Gali a Bailundo, al noreste de la martirizada ciudad de Huambo, que est¨¢ completamente destruida por los m¨¢s tremendos combates de la llamada tercera guerra de Angola -la que se libr¨® entre 1993 y 1995, despu¨¦s de que UNITA no aceptara su derrota electoral- llev¨® al secretario general de la ONU a minimizar las dificultades y los atrasos que se registran en la ejecuci¨®n del protocolo de paz de Lusaka, suscrito el pasado mes de noviembre. Los retrasos fueron criticados por Dos Santos el viernes en el discurso de recepci¨®n al secretario general de la ONU.
Dos Santos dijo que el retraso considerable en la realizaci¨®n de tareas vitales que dependen exclusivamente de la ONU tiene el peligro de hacer que "la desconfianza se instale de nuevo y comprometa el trabajo realizado hasta hoy". Una alusi¨®n clara a la lentitud del despliegue de los 7.600 cascos azules destinados a Angola, de los cuales el batall¨®n uruguayo, el primero en llegar s¨®lo empez¨® a instalarse en Huambo la v¨ªspera de la visita de Butros Gali. El secretario general de la ONU anunci¨® que con fiaba en que el contingente estuviera completamente desplegado a fines de agosto. Dos Santos tambi¨¦n se quej¨® de la falta de medios humanos y materiales para limpiar de minas y poder abrir las carreteras que obligan al Gobierno y a las tropas gubernamentales a un enorme y agotador esfuerzo para abastecer a las poblaciones y guarniciones del interior, s¨®lo accesibles por v¨ªa a¨¦rea.
Acuartelamiento y desarme
No s¨®lo no se vislumbra el d¨ªa en que podr¨¢ iniciarse el acuartelamiento y desarme de los combatientes de la UNITA, sino que ¨¦sta mantiene f¨¦rreamente e control sobre las ¨¢reas que ocupa militarmente en el norte y noreste del pa¨ªs, donde los propios observadores de la ONU no pueden circular libremente y sin previa autorizaci¨®n de los jefes locales de la guerrilla. En estas condiciones, los militares gubernamentales se quejan, con aparente raz¨®n, de que son los ¨²nicos sujetos a la vigilancia de la ONU, mientras que la UNITA aprovecha el tiempo para reorganizar y reequipar sus tropas, severamente golpeadas por la serie de derrotas que antecedieron a la firma del alto el fuego y del acuerdo de Lusaka.
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