De viaje por el sistema solar
La nave 'Galileo' llega a J¨²piter y numerosos proyectos renuevan el inter¨¦s por la exploraci¨®n planetaria
Seis a?os ha tardado una nave lanzada desde un transbordador en alcanzar las cercan¨ªas de J¨²piter. La pasada semana, la Galileo iniciaba la etapa final de su viaje, con la separaci¨®n de una sonda que ser¨¢ la primera que se introduzca en la atm¨®sfera del planeta gigante, remedando lo que hizo e a?o pasado el cometa Shoemaker-Levy, con la ventaja de que contar¨¢ lo que siente. Mientras la sonda se dirige derecha a su objetivo, la nave lo hace hacia su ¨®rbita prevista, desde la que observar¨¢ el planeta y sus lunas durante ante dos a?os. Para entonces habr¨¢ recorrido 4.000 millones de kil¨®metros en su largo paseo por el sistema solar para obtener impulso del tir¨®n gravitatorio de otros planetas. Gracias al intenso trabajo de remodelaci¨®n inform¨¢tica a distancia llevado a cabo desde que se descubri¨® que no se hab¨ªa desplegado bien su antena principal, cumplir¨¢ gran parte de sus objetivos, aunque los datos llegar¨¢n a la Tierra con cuentagotas.La Galileo es la ¨²ltima nave de su generaci¨®n, un proyecto grande, complicado y muy caro, concebido hace ya mucho tiempo, similar a la Magallanes, que explor¨® concienzudamente Verus, y el Mars Observer, que se perdi¨® el a?o pasado cuando iba a llegar a Marte. Estas tres naves, junto a la Ulysses europea, que est¨¢ sobrevolando el Sol, han mantenido vivo el inter¨¦s por la exploraci¨®n del sistema solar, tras un par¨®n de m¨¢s de 10 a?os.A ellos se unir¨¢n pr¨®ximamente numerosas misiones estadounidenses y europeas, peque?as y tecnol¨®gicamente avanzadas, de los que se espera un gran salto en el conocimiento del espacio m¨¢s cercano a la Tierra.Bueno y barato
Bueno y barato es el lema reciente de la NASA, que ha puesto en marcha un programa de misiones peque?as en coste, tama?o y plazos, denominado Discovery (descubrimiento en ingl¨¦s) con el objetivo de salir de los engorrosos retrasos que han acompa?ado a sus ambiciosos y costosos proyectos de exploraci¨®n del sistema solar en los ¨²ltimos a?os por los fallos t¨¦cnicos y los recortes de presupuestos. De estas misiones, dirigidas por el Jet Propulsion Laboratory, dos ya est¨¢n en marcha, la cita con un asteroide cercano a la Tierra, el Eros, hacia el que se dirigir¨¢ una sonda en febrero de 1996, y la misi¨®n Pathfinder, la vuelta a Marte.
Entre los 28 presentados por la comunidad cient¨ªfica estadounidense se ha seleccionado recientemente el Lunar Prospector, que realizar¨¢, desde una ¨®rbita de la Luna, a partir de mediados de 1997, un mapa de la composici¨®n qu¨ªmica de la superficie lunar, as¨ª como de sus campos magn¨¦ticos y gravitatorios. Un atractivo a?adido es dilucidar si existen acumulaciones de hielo en los polos lunares, algo muy importante para la futura presencia del hombre en la Luna.
Otros tres proyectos han sido preseleccionados. Stardust atravesar¨ªa la cola del cometa P/Wild 2 para tomar, por prime ra vez, im¨¢genes y muestras que volver¨ªan a la Tierra. Una misi¨®n a Venus soltar¨ªa 16 peque?as sondas sobre ese planeta para es tudiar su circulaci¨®n atmosf¨¦rica. Y el proyecto Suess-Urey proporcionar¨ªa por primera vez a los cient¨ªficos muestras de las part¨ªculas emitidas por el Sol.El camino hacia Marte
Abrir el camino para un ambicioso programa de exploraci¨®n de Marte es el objetivo de dos misiones, la ya citada Pathfinder y el Mars Global Surveyor. Ambas se lanzar¨¢n con pocos d¨ªas de diferencia, en noviembre o di ciembre de 1996, para aprove char la situaci¨®n favorable del planeta rojo respecto a la Tierra. El Global Surveyor tardar¨¢ 10 meses en llegar a Marte. Su objetivo es realizar el primer mapa global del planeta, para lo cual se situara en orbita y transmitir¨¢ datos sobre la topograf¨ªa, la existencia de minerales y la circula ci¨®n, atmosf¨¦rica de Marte.
El otro proyecto, el Pathfinder, es original en varias cosas. En primer lugar, por primera vez una nave aterrizar¨¢ directamente sobre el planeta sin antes entrar en ¨®rbita alrededor de ¨¦l. Esto acorta el viaje, que se reduce a
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menos de siete meses. Cuando llegue, en julio de 1997, ayudado por paraca¨ªdas, bolsas de aire y retropopulsores, la nave desplegara sus paneles solares y su c¨¢mara mirar¨¢ alrededor.
Adem¨¢s llevar¨¢ un peque?o veh¨ªculo robotizado todoterreno (v¨¦ase recuadro) que permitir¨¢ ampliar el ¨¢rea explorada en un radio de unos 10 metros, aunque funcionar¨¢ durante s¨®lo algunas horas cada d¨ªa porque se alimenta b¨¢sicamente de energ¨ªa solar y la atm¨®sfera marciana tiene mucho polvo. La misi¨®n dise?ada para obtener los datos m¨¢s importantes en los tres primeros d¨ªas, antes de que puedan resultar da?ados los aparatos por las duras condiciones (entre 0 y - 100 grados cent¨ªgrados de temperatura). Si resisten, se puede prolongar el trabajo. A estas dos misiones seguir¨¢n previsiblemente otras, al menos cuatro en un decenio. Aumenta la flota
La flota de instrumentos cient¨ªficos en el espacio se ver¨¢ en los pr¨®ximos meses aumentada por nada menos que tres misiones de la Agencia Europea del Espacio (ESA). El estiramiento en el tiempo de los plazos de algunos de estos programas, por motivos t¨¦cnicos o presupuestarios, ha dado lugar a una acumulaci¨®n de lanzamientos entre septiembre y enero, que si tienen ¨¦xito van a dar una explosi¨®n de datos en los pr¨®ximos a?os.
En septiembre se producir¨¢ el largamente esperado lanzamiento del telescopio espacial de infrarrojos ISO, un instrumento muy complicado que durante un a?o y medio observar¨¢ las fuentes muy d¨¦biles de radiaci¨®n infrarroja (desde el sistema solar hasta los objetos situados fuera de nuestra galaxia), que s¨®lo se pueden observar desde fuera de la atm¨®sfera terrestre.
A finales de octubre llegar¨¢ al espacio el Soho, otro observatorio astron¨®mico, ¨¦ste dedicado al Sol. No permanecer¨¢ en ¨®rbita de la Tierra, sino que estudiar¨¢ la estrella desde un punto muy especial del cielo, denominado primer punto de equilibrio de Lagrange (L- 1), situado entre la Tierra y el Sol, a 1,5 millones de kil¨®metros de la primera.
Finalmente, est¨¢ la misi¨®n Cluster, que ten dr¨¢ el honor de ser lanzada por el primer cohete Ariane V, en ene ro de 1996. Es una mi si¨®n original, que consta de una flotilla de cuatro sat¨¦lites id¨¦nticos que permitir¨¢n obtener datos durante dos a?os sobre la magnetosfera terrestre y el viento so lar y hacer un mapa tridimensional.
En este conjunto de proyectos espaciales cient¨ªficos europeos, la participaci¨®n espa?ola es peque?a, inferior a la que le corresponder¨ªa por la aportaci¨®n de Es pa?a durante los a?os en que se gestaron. Es resal table la participaci¨®n de institutos espa?oles de investigaci¨®n en los instrumentos del Soho y del ISO; este ¨²ltimo ser¨¢ controlado por la esta ci¨®n de la ESA en Villa franca del Castillo (Madrid).
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