Una procesi¨®n de duelo y queja
El pelot¨®n neutraliza la carrera como homenaje al fallecido Casartelli y protesta contra la organizaci¨®n
Etapa de luto. Sin vencedores. Sin clasificaciones. Jornada de solidaridad, 119 corredores adscritos sentimentalmente al mismo equipo durante ocho horas y media. 237 kil¨®metros de ciclismo sin espect¨¢culo, sin ataques, formando todos parte del mismo relevo. Y llegada a Pau sin prisas, en procesi¨®n de duelo encabezada por los seis supervivientes del Motorola.Los ciclistas homenajearon a Casartefli a su estilo, sin mediar declaraciones ni comunicado, convirtiendo el pelot¨®n en una gran familia. Sin previo aviso, se g¨²n acuerdo en bicicleta. Neutralizaron la l6? etapa sin contar con la organizaci¨®n. Decidieron donar todos los premios del d¨ªa a la fa milia del fallecido. En el origen de esta actitud estaba el enfado de los corredores italianos porque la organizaci¨®n no suspendiera el d¨ªa anterior todo el protocolo del podio. Muchos corredores opinan que una muerte es motivo suficiente para que dejen de ser hombres anuncio por un d¨ªa. La obsesi¨®n por cumplir los compromisos publicitarios que rodea tantos actos del ciclismo colm¨® su paciencia.
La organizaci¨®n prepar¨® la ceremonia del minuto de silencio atendiendo al protocolo: los seis corredores del Motorola, un representante de cada equipo y los l¨ªderes de las tres clasificaciones, Virenque, Jalabert e Indur¨¢in, formados en la l¨ªnea de salida. Indura¨ªn rechaz¨® la propuesta y se coloc¨® en un discreto segundo plano. El pelot¨®n tom¨® la salida de la etapa m¨¢s larga. Ya en la carretera el protocolo les pertenec¨ªa por entero a ellos. Y organizaron su ceremonia. A su gusto, sin atender demandas publicitarias.
La organizaci¨®n tard¨® en interpretar lo que estaba viendo, un grupo compacto y solidario que circulaba a velocidad de paseo. Radio Tour guard¨® silencio, roto rutinariamente para dar cuenta de los pasos por las metas volantes y los primeros puertos de monta?a, hasta que varias horas despu¨¦s concluy¨® que, en realidad, los ciclistas no estaban disputando nada, que esos datos que estaba ofreciendo no ten¨ªan validez alguna. La televisi¨®n francesa tuvo un momento de duda, cuando el comentarista se atrevi¨® a decir que quiz¨¢s, los ciclistas estaban hurtando espect¨¢culo al p¨²blico. Hubo un vac¨ªo informativo evidente a pesar de que la retransmisi¨®n era extraordinariamente larga y, las condiciones de trabajo ideales por la escasa velocidad del pelot¨®n: ning¨²n periodista de la televisi¨®n entrevist¨® en carrera a un solo director deportivo. No hubo palabras hasta el final, cuando, a a vista de, la llegada de los hombres del Motorola en cabeza del pelot¨®n, la organizaci¨®n decidi¨® unirse sin recato al homenaje.
La voz corri¨® por la noche Davide Cassani, corredor del MG, visit¨® los hoteles con dos propuestas, ambas de tipo econ¨®mico: donar todos los premios de la jornada a la familia de Casartelli y reunir un segundo fondo, equivalente al 10% de todos los premios de la carrera. En algunos de los casos, estuvo acompa?ado por los viejos del pelot¨®n italiano, Bontempi y Bugno. La mayor¨ªa acept¨® la primera. propuesta, mientras el MG se mantuvo en solitario tambi¨¦n con la segunda. El enfado con la organizaci¨®n era evidente y con Virenque muy en particular, porque el corredor franc¨¦s celebr¨® sin complejos su victoria. "Si hubiera muerto un ciclista franc¨¦s la organizaci¨®n habr¨ªa suspendido los actos del final de la etapa" declar¨® un corredor.
Pero el acuerdo se hizo m¨¢s amplio en el pelot¨®n. Los italianos no deseaban una carrera bloqueada y argumentan que la propuesta vino del propio Virenque, en un deseo de lavar su imagen. Alguien propuso entonces que el pelot¨®n no atravesara la l¨ªnea de meta. Esta opci¨®n se consider¨® casi provocativa contra la organizaci¨®n. Definitivamente, la carrera quedar¨ªa bloqueada desde el principio hasta final Y as¨ª se hizo. No fue un desfile c¨®modo. El exceso de horas unido a los efectos del que fue el d¨ªa m¨¢s caluroso del mes provoc¨® m¨¢s problemas de los previstos. Barbero hubo de retirarse porque no soportaba el roce con el sill¨ªn. Eric Boyer puso pie en tierra por puro cansancio.
Las primeras declaraciones fueron un¨¢nimes. "Hacemos esto por Casartelli, para demostrar que el ciclismo no es un deporte de hombres fr¨ªos". Francesco Frattini, del Gewiss, amigo personal de Casartelli, reconoci¨® que ten¨ªa miedo porque no se hiciera nada. "Ha sido muy emocionante", dijo entre l¨¢grimas, "aunque tantas horas me han obligado a pensar demasiado". En los camerinos, la reacci¨®n fue algo menos rotunda. Quintarelli, director del Carrera, afirm¨® que Casartelli "habr¨ªa pedido que se disputara la etapa". El dan¨¦s Riis concluy¨® que la jornada hab¨ªa sido demasiado dura: "No es que est¨¦ en desacuerdo, pero han sido demasiadas horas sobre la bicicleta"
Algunos directores mostraron su preocupaci¨®n por una jornada que fue algo m¨¢s que un paseo. Dos d¨ªas despu¨¦s de una jornada de descanso, la precisa maquinaria que es el cuerpo de un ciclista puede absorber negativamente un esfuerzo largo a 30 kil¨®metros por hora cuando su organismo demanda un trabajo m¨¢s corto e intenso. Hoy puede comprobarse.
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