Las potencias occidentales tratan de forjar un acuerdo para la defensa de Gorazde

A lo mejor la comunidad internacional salva, en parte, la cara impidiendo la invasi¨®n serbia de la amenazada Gorazde. As¨ª parec¨ªa augurarlo ayer la intensa actividad diplom¨¢tica de las principales potencias militares occidentales. Los l¨ªderes de Francia, el Reino Unido y Estados Unidos conversaron telef¨®nicamente para forjar un acuerdo. El primer ministro franc¨¦s, Alain Jupp¨¦, llam¨® claramente a intervenir. Por su parte, el plenipotenciario de la ONU, Yasushi Akashi, confes¨® ayer en Bruselas la impotencia para proteger los enclaves.

La diplomacia francesa increment¨® su presi¨®n, esperando la alianza de la opini¨®n p¨²blica para forzar a Washington a poner a disposici¨®n los helic¨®pteros que necesita la Fuerza de Reacci¨®n R¨¢pida (FRR) para desplazarse. Con este objetivo ha acudido a Washington el titular del Foreign Office, Malcolm Rifkind. "No podemos aceptar de nuevo contemplar escenas como las que han sucedido en Srebrenica", declar¨® el primer ministro franc¨¦s, Alain Jupp¨¦, a la salida de un Consejo de ministros monogr¨¢fico dedicado al asunto.Por tanto, confirm¨® Jupp¨¦, "Francia propondr¨¢ a sus aliados una intervenci¨®n" que suponga ,"el refuerzo del dispositivo" existente sobre el terreno con mil hombres m¨¢s. "Las zonas de seguridad", record¨®, "deben ser garantizadas porque as¨ª lo dicta la legalidad internacional y la moral". De esta forma calentaba el clima para la reuni¨®n que mantendr¨¢n ma?ana en Londres los pa¨ªses del Grupo de Contacto y otros involucrados en la zona (en total, los tres citados, m¨¢s Rusia, Alemania, Canad¨¢, Ucrania, Holanda, Italia y Espa?a). Francia ha incrementado su apuesta insistiendo en los ¨²ltimos d¨ªas en que sino se toma la decisi¨®n de intervenir est¨¢ dispuesta a retirar sus cascos azules.

Mientras Jupp¨¦ hablaba en p¨²blico, su presidente, Jacques Chirac, y el primer ministro brit¨¢nico, John Major, manten¨ªan sendas conversaciones telef¨®nicas con el presidente norteamericano, .Bill Clinton, para tratar de "fraguar una posici¨®n com¨²n", anunci¨® la Casa Blanca. Clinton discuti¨® "varias opciones, incluida la idea francesa de un env¨ªo de tropas adicionales a Gorazde, as¨ª como la posibilidad de recurrir m¨¢s en¨¦rgicamente a la fuerza a¨¦rea", explic¨® su portavoz, Michael McCurry. El Departamento de Estado reconoci¨® que no hay a¨²n acuerdo entre las tres potencias sobre la t¨¢ctica a seguir.

Simult¨¢neamente a estos indicios de que la comunidad internacional se plantar¨¢ probablemente en Gorazde, aumentaban las seguridades de que el enclave de Zepa iba a ser dejado a su suerte. "Estoy triste por la ca¨ªda de Srebrenica y la inminente ca¨ªda de Zepa", acert¨® a decir ayer el enviado especial del secretario general de la ONU en Bosnia, Yasushi Akashi, antes de entrevistarse en Bruselas con el secretario general de la OTAN, Willy Claes.

Y para m¨¢s claridad, espet¨®: "No estamos en disposici¨®n de proteger f¨ªsicamente" los enclaves de seguridad, porque est¨¢n a merced de la artiller¨ªa serbia. Akashi explicit¨® a los 16 embajadores de la OTAN su acuerdo con los bombardeos a¨¦reos de la Alianza, aunque s¨®lo con el objetivo de proteger a las fuerzas humanitarias. Y a?adi¨® la vieja consigna que viene sirviendo como coartada a la ruindad moral internacional: "Debemos ser realistas".

El comandante de los cascos azules en Bosnia, Bernard Janvier, quien le acompa?aba en la visita, fue todav¨ªa mas pl¨¢stico. Anunci¨® que la ONU retirar¨¢ pr¨®ximamente a los soldados ucranios de Zepa, atenazados entre serbobosnios y bosnios. "Procederemos como con los holandeses en Srebrenica", precis¨®. En ese enclave s¨®lo se retiraron tras haber facilitado la evacuaci¨®n de buena parte de los civiles hacia Tuzla, aunque no pudieron impedir que las tropas serbobosnias hicieran prisioneros e infligieran severas vejaciones a otro gran n¨²mero de ciudadanos.