El coste de ampliar al Este la UE, excluido de la reforma de Maastricht

Los Quince han decidido podar el frondoso ¨¢rbol de la reforma del Tratado de Maastricht de cuantas ramas obstaculicen su crecimiento. Los debates sobre las perspectivas financieras de la uni¨®n Europea (UE) para despu¨¦s de 1999 y sobre el impacto que la ampliaci¨®n al Este tendr¨¢ sobre el bolsillo de Bruselas y sobre las pol¨ªticas comunes (agr¨ªcola, fondos estructurales) han quedado aplazados hasta despu¨¦s de la Conferencia Intergubernamental (CIG) que en 1996 debe decidir la reforma.

La unanimidad en estas dos cuestiones fue tan expl¨ªcita y rotunda en la uni¨®n del Grupo de Reflexi¨®n preparatorio de la CIG que, en la pr¨¢ctica, aunque sus propuestas no sean ejecutivas, ambos temas quedar¨¢n descartados de la agenda hasta despu¨¦s de la reforma. As¨ª, la conferencia podr¨¢ concentrarse en tres asuntos; c¨®mo hacer m¨¢s com¨²n la pol¨ªtica exterior, c¨®mo integrar mejor las pol¨ªticas de justicia e interior (migraci¨®n, extranjer¨ªa, delincuencia, droga), -en qu¨¦ puntos y hasta qu¨¦ punto reformar las instituciones y los mecanismos de adopci¨®n de decisiones. La modificaci¨®n del sistema de recursos propios que nutren el presupuesto (el actual sistema rige hasta 1999), ser¨¢ pol¨¦mica. "Es de tal trascendencia, que su discusi¨®n cargar¨ªa excesivamente la conferencia", resumi¨® el presidente del Grupo de Reflexi¨®n, Carlos Westendorp. El asunto podr¨ªa tratarse "paralelo" aventur¨®.

Igualmente, aunque "ha habido unanimidad en que la ampliaci¨®n debe realizarse, por imperativos pol¨ªticos y ¨¦ticos", la CIG "no debe discutir sus condiciones concretas y su impacto sobre las pol¨ªticas c¨®munes", sostuvo Westendorp, porque su sola discusi¨®n "pondr¨ªa en peligro la ampliaci¨®n y la propia conferencia". El presidente del grupo se mostr¨® personalmente a favor de que las negociaciones de adhesi¨®n del Este empiecen en cuanto termine la conferencia.

Con la vista puesta en esta poda general de cuanto pueda distraer de pocos objetivos, pero sustanciosos, los representantes de los ministros de Exteriores se mostraron partidarios de no elevar a categor¨ªa de pol¨ªticas comunes las de energ¨ªa, turismo y protecci¨®n civil, contra la idea de la Comisi¨®n. "No necesitamos hacer m¨¢s, sino hacer mejor lo que a hacemos", reiter¨® Westendorp. Aunque algunos pa¨ªses s¨ª se mostraron dispuestos a ampliar la cooperaci¨®n en estas pol¨ªticas.

En cambio, la necesidad de impregnar todo el tratado de los objetivos de creaci¨®n de empleo y facilitar un desarrollo sostenido respetuoso del medio ambiente s¨ª alcanzaron la unanimidad. Lo que no est¨¢ maduro es c¨®mo hacerlo: algunos pretend¨ªan elevar el Comit¨¦ de Empleo al mismo rango que el Comit¨¦ Monetario, pero otros -entre ellos Espa?a, el pa¨ªs con mayor ¨ªndice de paro- recelan de esta propuesta, por temor a ser, tambi¨¦n en esto, castigados.

Tambi¨¦n hubo consenso en la necesidad de dejar las disposiciones sobre la uni¨®n, monetaria (calendario y requisitos de convergencia) tal como est¨¢n en el Tratado de la Uni¨®n; en no modificar sustancialmente el sistema legislativo (directivas y reglamentos); y en no otorgar al Comit¨¦. de las Regiones legitimaci¨®n activa para acudir directamente ante el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea.