Sueco, jud¨ªo y socialista

El director y guionista sueco Ake Sandgren parte de un conocido libro de Roland Sch¨¹tt sobre la vida de un chico de 12 a?os, con connotaciones autobiogr¨¢ficas.Ambientado en 1920 en Estocolmo, Locuras de muchacho narra la dur¨ªsima vida cotidiana de un ni?o, hijo de un padre socialista sueco y de una madre jud¨ªa, emigrada de Rusia y combativa feminista. Las ideas de su padre y la religi¨®n de su madre est¨¢n mal vistas en el ambiente en que se mueve, todos los peque?os negocios que monta para conseguir unas monedas con las que poderse permitir alguna satisfacci¨®n son un completo desastre, pero no por su culpa, sino por el contexto en que se sit¨²an. Sin embargo, y ¨¦ste es uno de los puntos m¨¢s atractivos de la pel¨ªcula: el peque?o protagonista; jam¨¢s se desanima.

Narrada desde el punto de vista del jovenc¨ªsimo protagonista, el realizador Ake Sandgren consigue hacer una perfecta fusi¨®n de su personalidad y el dibujo del mundo que transmite a trav¨¦s suyo, en gran parte gracias a la sensibilidad del joven actor Jesper Sal¨¦n. Desde una sociedad que considera un delito vender preservativos, tal como hacen sus padres en su estanco, hasta el dibujo de algunos personajes, especialmente el padre, un hombre extra?o, ferviente socialista, pero que posa como doble para un cuadro del rey de Suecia, v¨ªctima de una ci¨¢tica que le hace andar con muletas y ser adicto a la morfina; lo que permite al actor Stellan Skarsgard hacer una gran creaci¨®n.

Rodada con abundancia de medios, Locuras de muchacho desgraciadamente no pasa de ser una pel¨ªcula interesante de un prometedor realizador. En su calidad de guionista y director, Ake Sandgren no consigue que el conjunto tenga la suficiente fuerza para que lo particular se convierta en general, lo cotidiano en universal y su atractiva historia trascienda sus l¨ªmites.