Vacaciones supremas
El domingo de Ramos hab¨ªa sido de aclamaciones triunfales al entrar en Jerusal¨¦n pero la noche del jueves siguiente se presentaba llena de los m¨¢s negros presagios. Entonces, en aquel cen¨¢culo, se oy¨® al Nazareno dirigirse a qui¨¦n hab¨ªa de entregarle dici¨¦ndole aquello de "lo que vayas a hacer hazlo pronto". Prontitud tambi¨¦n es lo que ahora mismo se reclama de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, a la que compete decidir si solicita el suplicatorio de los aforados incursos en el sumario de los GAL que, hasta el viernes pasado, ha venido instruyendo el juez campeador, Baltasar Garz¨®n.Se impone con m¨¢xima prioridad despejar las incertidumbres. Las vacaciones supremas deber¨ªan quedar para mejor ocasi¨®n. Agosto debe ser laborable. En el ¨²ltimo pleno del Congreso dijo el presidente del Gobierno que no ser¨ªa Ricardo Garc¨ªa Damborenea quien convocara las elecciones generales. Todos conformes. Pero ahora esa decisi¨®n ha quedado en manos de la Sala Segunda del Supremo, como enseguida vamos a demostrar. En efecto, supongamos que esa sala acordara solicitar al Congreso de los Diputados el suplicatorio necesario para procesar al presidente Gonz¨¢lez. Entonces, como el jefe del Gobierno ha comprometido su palabra en el sentido de que ¨¦l mismo solicitar¨ªa a sus compa?eros del Grupo Parlamentario Socialista que votaran a favor de su concesi¨®n, el tr¨¢mite deber¨ªa darse por evacuado. Adem¨¢s, todos los observadores coinciden, en descartar, en cualquier caso, la hip¨®tesis de que el presidente fuera a continuar en su puesto si adquiriera la condici¨®n de procesado. De donde si la sala procesara, convocar¨ªa simult¨¢neamente los comicios.Mientras algunas responsabilidades pol¨ªticas siguen pendientes, llega el momento de sustanciar las responsabilidades penales. Aqu¨ª, al comenzar la transici¨®n, s¨®lo se reconocieron los servicios prestados a la dictadura. Los funcionarios, tambi¨¦n los de los cuerpos represivos y los del Movimiento, vieron reconocidos con toda generosidad sus trabajos, incluso los m¨¢s sucios, con respeto ¨ªntegro a sus gradaciones y a sus trienios, mientras que quienes se hab¨ªan comprometido en favor de las libertades quedaron amnistiados sin cargo alguno para los presupuestos generales del Estado. Brillaba la reconciliaci¨®n y la concordia y hab¨ªa una empresa com¨²n tan dif¨ªcil como atractiva. Pero los terroristas continuaron sembrando la muerte y los golpistas intentando la involuci¨®n. Ni la derecha m¨¢s recalcitrante acababa de romper con los primeros, ni la izquierda m¨¢s leg¨ªtima romp¨ªa irreversiblemente con los segundos. Fracas¨® la intentona del 23-F y se desarticularon otras y los etarras supieron tambi¨¦n enseguida que nunca ganar¨ªan la partida. Cundi¨® la prepotencia y los errores y estamos instalados en el ajuste de cuentas frente a las erosiones de la democracia.
Nubarrones de tormenta. En los hoteles del centro de Madrid es imposible encontrar habitaciones. Han vuelto en tromba los hispanistas porque barruntan desastres que luego saben convertir en prestigios acad¨¦micos y prosperidades editoriales. Espa?a, ejemplo Para otras transiciones a la democracia, prepara su regreso al paroxismo caracter¨ªstico que tanto echaba en falta Julio Cer¨®n. El caiga quien caiga se alterna con el compromiso de llegar hasta las ¨²ltimas consecuencias. Ans¨®n advirti¨® que "el fruto sano se zocatea enseguida si no se le separa a tiempo del que est¨¢ cedizo", pero todos andan "con el b¨¢lano embravecido". Cuando se acuesta el poder del lorenzo socialista no acaba de levantarse la catalina popular. Crece el desconcierto. Alg¨²n banquero en apuros prodiga el abrazo del oso al l¨ªder Aznar, quien, en lugar de crear confianza, esparce incertidumbres. C¨®mo estar¨¢n las cosas que, cargado de experiencia, Rodolfo Mart¨ªn Villa recomendaba a un buen amigo: ya sabes, ?cuerpo a tierra! que vienen los nuestros.
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