Vicente Aranda envuelve Barcelona en el sue?o heroico de la revoluci¨®n anarquista

?Viva la revoluci¨®n! El grito enardece a una muchedumbre que despide a un grupo de milicianos anarquistas en una plaza barcelonesa que arrastran un ca?¨®n hasta depositarlo en un cami¨®n protegido con viejos colchones. Pu?os en alto, gargantas sobrecogidas por la emoci¨®n y corazones exaltados despiden a los hombres y mujeres que se encaminan hacia el frente. Un impresionante A las barricadas, a las barricadas, interpretado por dos bandas de m¨²sica y coreado por el pueblo, fue capaz ayer en Barcelona de resucitar un p¨¢lpito que parec¨ªa perdido. El art¨ªfice de tal emoci¨®n fue el director Vicente Aranda con Libertarias, un filme con el que inicia su lucha contra el olvido de la guerra civil espa?ola.

Con una gotrilla azul y gafas oscuras, Vicente Aranda consigui¨® incluso ayer, en medio de un enloquecido rodaje, mantener su aspecto siembre relajado. Cerca de un millar de figurinistas, dos bandas de m¨²sica, seis camiones en marcha, cinco autom¨®viles, banderas ondeantes y ensordecedores c¨¢nticos revolucionariol no consiguieron alterar el ¨¢nimo de este di rector barcelon¨¦s que se enfrentaba ayer a unos planos harto complicados en el segundo d¨ªa de rodaje.A sus 68 a?os, Aranda est¨¢ haciendo realidad un sue?o que le rondaba desde hac¨ªa tiempo: realizar un filme ¨¦pico sobre la utop¨ªa revolucionaria anarquista que estall¨® y dur¨® apenas cuatro meses, entre el 20 de julio y el 30 de octubre de 1936. El sue?o se llama Libertarias, una hisoria con argumento de Jos¨¦ Luis Guarner y Vicente Aranda y gui¨®n definitivo del propio Aranda y de Antonio Rabinad, que narra las experiencias de seis milicianas anarquistas en el frente de Arag¨®n.

Producida por Sogetel y Lola Films, el filme cuenta con un reparto estelar y un presupuesto de 700 millones de pesetas. Tres actrices de peso en el panorama cinematogr¨¢fico espa?ol, Ariadna Gil, Victoria Abril y Ana Bel¨¦n, comparten el protagonismo femenino junto a Loles Le¨®n, Laura Ma?¨¢ y Blanca Apil¨¢nez. Sus oponentes masculinos ser¨¢n Jorge Sanz, Miguel Bos¨¦ y Alex Cox. Su director de fotograf¨ªa es Jos¨¦ Luis Alcaine y la m¨²sica correr¨¢ a cargo de Jos¨¦ Nieto, que muy temprano ensayaba ayer con los figurinistas esos c¨¢nticos anarquistas que no dudaba en calificar de m¨¢gicos.

En la Plaza Real de Barcelona era f¨¢cil percibir ayer esa emoci¨®n que transmiten los momentos revolucionarios de la historia, esos de los que uno intuye que pueden cambiar el mundo. Aranda tambi¨¦n lo sent¨ªa. "Ha habido una clara ocultaci¨®n de los sucesos y revoluciones que rodearon nuestra guerra civil., Es hora de que la gente descubra esos momentos heroicos que hab¨ªan, tildado de pecaminosos. Es envidiable sobre todo ahora que vivimos en esta situaci¨®n tan antiut¨®pica" dec¨ªa Aranda ayer rodeado de los milicianos figurinistas que quer¨ªan fotografiarse con ¨¦l. "Fueron quince d¨ªas en los que creyeron en el mundo y lucharon por cambiarIo", confesaba el director.

No muy lejos, Ana Bel¨¦n disfrutaba, fusil al hombro y cartuchera, de esa utop¨ªa que se toc¨® con los dedos. "Aunque no hayamos... vivido esos momentos, existe la memoria hist¨®rica, y hay un resorte que surge s¨®lo en situaciones como ¨¦sta", se?alaba Ana Bel¨¦n, que disfruta de su segunda pel¨ªcula con Aranda, tras La pasi¨®n turca. Victoria Abril, una miliciana mas femenina -un coqueto traje floteado contrastaba con el masculino vestuario de Ana Bel¨¦n-, intentaba concentrarse en su primer d¨ªa de rodaje. Abril no s¨®lo conoce bien a Aranda -juntos forman la pareja m¨¢s consolidada del cine espa?ol-, sino el gui¨®n de Libertarias. "En la larga historia de Libertarias he pasado por todos los, personajes. En este gui¨®n definitivo, Vicente [Aranda] me ha hecho una libertaria a medida, anarquista, espiritista y coja. ?Qu¨¦ m¨¢s se puede pedir?" se preguntaba divertida Victoria Abril.Cohibida, Ariadna Gil, la novicia que descubre la autenticidad de la verdad miliciana, se sub¨ªa al cami¨®n que la conducir¨ªa al frente de Arag¨®n. Era la ¨²nica entre sus compa?eras que no expresaba su alegr¨ªa cantando, pu?o en alto, los himnos de los anarquistas.