"No se puede permitir la muerte de Bosnia"
El modesto despacho de Tadeusz Mazowiecki en Varsovia sigue inundado de cartas y mensajes desde Bosnia a pesar de que renunci¨® al cargo de relator especial de la ONU en la antigua Yugoslavia. Son documentos o mensajes oficiales, pero tambi¨¦n cartas de gente corriente. El propio Mazowiecki, de 68 a?os, exprimer ministro de Polonia, asegura que seguir¨¢ luchando por Ilamar la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica internacional sobre un conflicto que en su opini¨®n constituye un peligro para toda Europa porque "destruye el orden internacional".En una entrevista concedida a EL PA?S tras su dimisi¨®n, Mazowiecki se pronuncia por ampliar la, presencia de las unidades de reacci¨®n r¨¢pida en Bosnia y critica la inoperancia de las Naciones Unidas y la impotencia de la Alianza Atl¨¢ntica para poner fin al conflicto.
Pregunta. Ha sido relator de la ONU durante tres a?os. ?Por qu¨¦ ha decidido renunciar precisamente ahora?
Respuesta. Ha habido otros momentos en que estuve a punto de hacerlo. He tomado la decisi¨®n ahora, tras mi reciente visita a Tuzla y las con versaciones con los refugiados. Esta gente, expulsada de Srebrenica tras la toma de esta ciudad por los serbios, se sien te traicionada y abandonada. Por otro lado, considero que los resultados de la conferencia de Londres fueron insuficientes porque no se decidi¨® defender Zepa por creer que ser¨ªa in¨²til. Luego, pese al pe simismo de los pol¨ªticos, Zepa logr¨® defenderse por s¨ª sola durante 10 d¨ªas. La conferencia de Londres, independientemente de las fuertes palabras que se pronunciaron en ella, se enmarc¨® en una t¨¢ctica cono Cida hasta ahora: hablar y no actuar.
P. Durante los pasados tres a?os ha mandado 18 informes al secretario general de la ONU. ?Ha visto cumplidos sus postulados?
R. Algunos s¨ª, pero demasiado tarde e ineficazmente. El mejor ejemplo fue el de las zonas de seguridad. Fueron finalmente constituidas, pero sobre el papel: no resultaron, en absoluto, seguras. En mi primer informe propuse la retirada de las armas pesadas de la zona de Sarajevo. Se hizo a?o y me dio m¨¢s tarde y de forma ineficaz, porque no se consigui¨® impedir que estas armas fue ran nuevamente arrebatadas a las fuerzas de la ONU.
P. Acaba de mencionar que su decepci¨®n fue tambi¨¦n fruto de las conversaciones con los expulsados musulmanes en Tuzla. ?Puede relatar alguna de ellas?
R. Las citar¨¦ en mi ¨²ltimo informe. Se me ha grabado en la memoria, por ejemplo, lo que me cont¨® una mujer que era evacuada en un autob¨²s desde Srebrenica a Tuzla. En un momento determinado en el autocar subieron unos soldados serbios. Uno de ellos cogi¨® por la cabeza a un ni?o de cinco a?os que viajaba con ella. Le cort¨® la garganta con una navaja y afirm¨® que iba a degollar al chico si las mujeres que viajaban en el autob¨²s no entregaban todo el dinero que llevaban consigo. Otro ejemplo: una enfermera que viajaba con un transporte de 70 heridos de Potocari relat¨® que los coches que transportaban a los enfermos fueron detenidos por unos soldados serbios. Hicieron bajar de los coches a todos los heridos. Luego se los llevaron y los fusilaron. S¨®lo dejaron en paz a aquellos de los heridos que ten¨ªan amputadas las piernas. Tambi¨¦n recuerdo relatos de aquellos que hab¨ªan visto a personas con la nariz y las orejas cortadas, as¨ª como cuerpos humanos mutilados sin cabeza ni extremidades. Ya antes me hab¨ªa encontrado con casos de extrema brutalidad, pero este ¨¦xodo fue de hecho masivo mientras a toda esta gente se la dej¨® sin ayuda.
P. Pretende con su decisi¨®n desacreditar a instituciones como la OTAN o la ONU?R. Considero que, por ejemplo, el malogrado ataque de la aviaci¨®n de la OTAN en defensa de Srebrenica exige que los ¨®rganos competentes de la ONU o de otros organismos investiguen el asunto para determinar qui¨¦n es responsable por ello. Tiene, realmente, enormes consecuencias pol¨ªticas el que una organizaci¨®n como la OTAN se comprometa con un ataque fracasado. La ONU, por su parte, depende de lo que decidan los pa¨ªses m¨¢s poderosos. Actualmente no existe ning¨²n pa¨ªs l¨ªder en la pol¨ªtica mundial. En la propia ONU no hay suficiente voluntad pol¨ªtica para obligar a los Estados donde se violan de forma flagrante los derechos humanos a cumplir con sus decisiones. Es una t¨¢ctica que se reduce a la aprobaci¨®n de los hechos con sumados.
P. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece la idea de levantar el embargo para los suministros de las armas para el Ej¨¦rcito bosnio?
R. Si no se ayuda a los bosnios, un Estado reconocido por la ONU, no hay derecho a negarle el derecho a la autodefensa. Desde el punto de vista de los principios, esto es para m¨ª evidente. Pero al mismo tiempo planteo la pregunta: ?estar¨¢ el levantamiento del embargo pensado para ayudar a los bosnios o s¨®lo servir¨¢ para que la comunidad internacional se retire por completo, del conflicto y se lave las manos?
P. Algunas medidas, como el despliegue de las fuerzas de reacci¨®n r¨¢pida cerca de Sarajevo, s¨ª que se han tomado.
R. Efectivamente, me gusta la concepci¨®n francesa, pero con una condici¨®n: este plan deber¨ªa verse ampliado; estas fuerzas deber¨ªan ser m¨¢s numerosas y deber¨ªan tener como misi¨®n no s¨®lo defender a los cascos azules, sino tambi¨¦n de fender, de forma real, las zonas de seguridad. Lo fundamental, sin embargo, es que los Estados occidentales m¨¢s importantes, como EE UU, el Reino Unido y Francia, adopten una postura un¨¢nime. La cacofon¨ªa de las posiciones, como la que pudo constatarse en la conferencia de Londres, conduce a la par¨¢lisis.
P. Se habla mucho de indecisi¨®n de Occidente, pero ?qu¨¦ opina sobre el papel de Rusia?
R. Creo que el que Occidente preste tanta atenci¨®n a las exigencias rusas sirve m¨¢s que nada para buscar excusas y no obedece a un peligro real por parte de Rusia Creo que la diplomacia rusa se sirve de una forma muy h¨¢bil del conflicto en la antigua Yugoslavia para impulsar su posici¨®n internacional.
P. Cuando los serbios atacaban Srebrenica no hubo, en la pr¨¢ctica, reacci¨®n. Ahora, cuando el Ej¨¦rcito croata emprende una ofensiva, varios pol¨ªticos afirman que no debe recurrise a la fuerza. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece esta postura?
R. Soy muy cr¨ªtico frente a esto. No se debe permitir s¨®lo a un bando el recurso a la fuerza. Creo que la defensa de Bosnia no s¨®lo es la defensa de un Estado reconocido por la ONU, sino la defensa del orden internacional cuya destrucci¨®n supone un gran peligro. No es para m¨ª un asunto ex¨®tico algo que est¨¦ ocurriendo lejos, sino algo que puede ocurrir en otros sitios si se permite la destrucci¨®n del orden internacional. Con mi renuncia quer¨ªa decir precisamente esto: no se puede permitir la muerte de Bosnia y la destrucci¨®n del orden internacional.
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