El destino en 200.000 manos.

Ayer termin¨® El destino en sus manos. No obtuvo una audiencia millonaria como la de otros programas emitidos esta temporada en el horario estelar de la televisi¨®n, pero propuso un juego distinto a los espectadores- el de elegir el final de cada cap¨ªtulo- que muchos miles de personas se animaron a jugar. El programa, presentado por Gemma Nierga, se convirti¨® durante 12 semanas en un club de dos millones de espectadores. En ese espacio selecto, alrededor de 15.000 personas cog¨ªan el tel¨¦fono cada noche para optar ante los problemas morales que se les planteaban a los personajes de la serie Mar de dudas. Dif¨ªcil de creer. Si el rigor estad¨ªstico no impidiera extraer una conclusi¨®n sociol¨®gica de las respuestas de los espectadores, se podr¨ªa deducir que los espa?oles son progresistas, tolerantes y arriesgados. Por ejemplo, el 54% de las personas que llamaron se manifestaron en favor de que un hombre acepte la propuesta de una pareja de lesbianas para que ¨¦l se acueste con una de ellas y les d¨¦ un hijo.

La mayor¨ªa de los espectadores opinaron que una mujer debe preferir a un hombre soltero, que se puede romper un pacto de silencio si esto evita males mayores, que un periodista no debe utilizar una informaci¨®n obtenida bajo la promesa de no difundirla y que es posible la convivencia de una pareja de distintas culturas. Pero tambi¨¦n eligieron, "contar todo" a la pareja, intervenir en defensa de alguien que sufre una violaci¨®n y acceder a las peticiones sexuales de un secuestrador en un af¨¢n por salvar la vida.

Cada una de estas elecciones manten¨ªa en jaque al equipo de guionistas dirigido por Joaqu¨ªn Oristrell y a los actores. El cap¨ªtulo de la homosexualidad, concretamente, hizo perder algunas horas de grabaci¨®n. Oristrell se hab¨ªa arriesgado a dar luz verde a otro final, convencido de que los espectadores votar¨ªan en contra de que la pareja de lesbianas engendrara un hijo en esas condiciones. Resultado: el final se tuvo que grabar otra vez.

Serie poco amable

Joaqu¨ªn Oristrell est¨¢ conforme con el resultado. Opina que una media de dos millones de espectadores fieles es buena, en ese cial si se tiene en cuenta que la serie Mar de dudas era muy poco "amable". "En una ¨¦poca en que las series traen risas y buenos sentimientos, un centro de salud con violaciones, malos tratos, alcoholismo, homosexualidad o sida no era para pronosticar la panacea de la comercialidad", asegura. Aunque Oristrell admite que parte de esa dureza fue suavizada ante las sugerencias recibidas por un n¨²mero importante de espectadores. Concretamente, el papel de la protagonista, que gan¨® en humor y ternura. En El destino en sus manos jugaban todos. El guionista, que deb¨ª¨¢ seguir adelante de acuerdo con la elecci¨®n de los espectadores; el p¨²blico presente en el debate posterior a la serie, que tambi¨¦n votaba; los cuatro invitados, que tras la emisi¨®n de cada cap¨ªtulo debat¨ªan sobre el asunto planteado, y los propios actores de la serie. Estos ¨²ltimos, a veces, lo que pon¨ªan en juego era su temple. Porque deb¨ªan construir un personaje sobre la marcha. La elecci¨®n semanal de cada final obligaba a un ritmo intenso de grabaci¨®n, con historias que requer¨ªan interpretaci¨®n de cine en el ritmo intenso de la telivisi¨®n.

De todas maneras, los cuatro actores de la serie que participaron como invitados en el coloquio con el que se despidi¨® anoche el programa coinciden en que fue "emocionante". Para Ana Gracia -hermana de la protagonista- las decisiones de los espectadores fueron "correctas" llegando a veces incluso a "muy vanguardistas". La actriz, opina que respond¨ªan "con la conciencia de lo que se debe hacer".

Cristina Marcos, la actriz que dio vida a la ginec¨®loga protagonista cree que los espectadores se dejaron guiar "por un af¨¢n de aventura". Elena M¨ªnguez -la propietaria de un bar- tambi¨¦n opina en esa direcci¨®n. Le parece que este tipo de propuestas resultan ideales p¨¢ara que los espectadores apuesten por sus propias fantas¨ªas. "Como no eran ellos los que llevaban a cabo los actos, se aventuraban, pod¨ªan elegir libremente", seg¨²n M¨ªnguez.

Tony Cant¨®, el periodista que protagoniz¨® la serie -gracias a que en el primer episodio los espectadores eligieron al "hommbre soltero" para la ginec¨®loga-, recuerda que el ritmo de grabaci¨®n de Mar de dudas fue "hist¨¦rico", y que para construir los personajes tuvieron que dejarse llevar por los acontecimientos.