Homenaje a Friedrich Engels
GABRIEL JACKSONEl autor ensalza la personalidad del mecenas colaborador de Karl Marx, "un ser humano mucho m¨¢s c¨¢lido y perceptivo" que el principal ide¨®logo comunismo
El d¨ªa 5 se ha cumplido el primer centenario de la muerte de Friedrich Engels, colaborador, amigo y soporte financiero durante toda la vida de Karl Marx. En el diunvirato "Marx y Engels", Marx siempre ha recibido la parte del le¨®n de la atenci¨®n, como el m¨¢s erudito y m¨¢s audazmente original de los dos. Sin ¨¢nimo de minimizar la categor¨ªa de Marx como autor principal de El manifiesto comunista y como gran analista del capitalismo del siglo XIX, siempre he considerado a Engels como su igual intelectual y, en algunos sentidos, un ser humano mucho m¨¢s c¨¢lido y perceptivo.Engels, hijo de un acomodado hombre de negocios alem¨¢n, se traslad¨® a Manchester a principios de la d¨¦cada de los veinte para aprender A dirigir una f¨¢brica textil de la que su padre era uno de los, propietarios. Desde el principio se preocup¨® por las condiciones de vida de sus empleados, y su primer libro, La situaci¨®n de la clase trabajadora en Inglaterra,publicado en 1844, fue uno de los diversos estudios que llevaron al Parlamento a aprobar las primeras leyes que regularon la sanidad, la luz y la ventilaci¨®n y limitaron la explotaci¨®n de mujeres y ni?os en las f¨¢bricas brit¨¢nicas.
Tras la experiencia del fracaso pr¨¢ctico de las revoluciones de 1848 en Francia y Prusia, volvi¨® a Inglaterra en 1850 y, desde entonces, dedic¨® las ma?anas a dirigir su f¨¢brica de Manchester y el resto del d¨ªa a una asombrosa variedad de ocupaciones. Le gustaba cazar y montar a caballo. Estudiaba idiomas, le¨ªa mucha filosof¨ªa y ciencias sociales y escribi¨® pasables obras de antropolog¨ªa e, historia. Se escrib¨ªa con dirigentes sindicales y pol¨ªticos socialistas de toda Europa. Orgulloso y complacido de su habilidad ling¨¹¨ªstica, escrib¨ªa cartas no s¨®lo en alem¨¢n e ingl¨¦s, los dos idiomas que dominaba, sino tambi¨¦n en franc¨¦s, italiano, espa?ol y portugu¨¦s.
No cre¨ªa en la instituci¨®n burguesa del matrimonio, pero de hecho practic¨® la monogam¨ªa y la fidelidad en sus relaciones consecutivas con dos obreras irlandesas, las hermanas Mary y_Lizzy Burns. Mary fue su gu¨ªa y colaboradora par cial en sus estudios de la vida comunitaria real del proletaria do industrial. Tambi¨¦n adquiri¨® de su personalidad un pro fundo sentimiento emotivo por los irlandeses como pueblo oprimido, de car¨¢cter muy diferente al ingl¨¦s. Pero la consecuencia no fue tomar parte en una amarga confrontaci¨®n. nacionalista, sino m¨¢s bien trabajar por el socialismo como forma de emancipaci¨®n universal que pod¨ªa superar los agravios nacionales. . Tras la muerte de Mary, en 1863, vivi¨® con su hermana Lyzzy y tambi¨¦n prest¨® ayuda financiera a varios parientes de las hermanas. De viaje por Ir landa con Lizzy escribi¨® a un amigo: "El clima, como los ha bitantes, est¨¢ lleno de contras tes violentos; el cielo es como el semblante de una irlandesa; la lluvia y el sol se suceden repentina e inesperadamente, y el tedioso gris de Inglaterra no existe". Lizzy era moderadamente religiosa, y cuando se estaba muriendo, en 1878, Engels se cas¨® legalmente con ella.
Algunos a?os m¨¢s tarde, recordaba en una carta a la hija de su colega August Bedel: "Mi esposa era una verdadera hija del proletariado irland¨¦s y su apasionada devoci¨®n a la clase en la que naci¨® val¨ªa, mucho m¨¢s para mi y me sirvi¨® de mucho m¨¢s en momentos de tensi¨®n que toda la elegancia de una sabihonda clase media, educada y art¨ªstica".
La fuerza de ese sentimiento, manifestada a una colega socialista, reflejaba sin duda su resentimiento por la actitud de Marx. Aunque Marx y su familia depend¨ªan econ¨®micamente de Engels, y Marx hab¨ªa tenido un hijo ileg¨ªtimo con una de las se?oras de la limpieza de la familia, los Marx nunca recibieron socialmente a ninguna de las dos mujeres a las que Engels siempre se refiri¨® (consecutivamente) como "mi esposa".
Como pensador, Engels siempre tuvo cuidado de admitir las complejidades y las posibilidades abiertas. En lo que respecta a la mayor parte de Europa y Asia, estaba convencido de que s¨®lo la violencia revolucionaria pod¨ªa iniciar la revoluci¨®n socialista. Pero ante la libertad pol¨ªtica inglesa y una legislaci¨®n mejorada como la de las leyes para las f¨¢bricas, a partir aproximadamente de 1850 crey¨® que Inglaterra era el ¨²nico pa¨ªs que podr¨ªa llegar al socialismo sin una revoluci¨®n violenta. Y durante sus ¨²ltimos a?os, entre el final de la era de Bismarck y su propia muerte (1890-1895), crey¨® que en condiciones de libertad pol¨ªtica, y con elecciones limpias, el crecimiento del partido socialdem¨®crata podr¨ªa tambi¨¦n hacer posible la transformaci¨®n pol¨ªtica en Alemania.
Su Historia de la guerra campesina en Alemania interpreta la revoluci¨®n protestante en t¨¦rminos materialistas, pero no es, bajo, ning¨²n concepto, dogm¨¢tica o unidimensional. Ve el movimiento luterano como representante de la creciente burgues¨ªa; a la Iglesia cat¨®lica romana como representante de la aristocracia tradicional; a los anabaptist¨¢s campesinos como precursores tanto del anarquismo como del socialismo, y a los seguidores de Thomas M¨¹nzer como a los primeros en hablar conscientemente de una sociedad sin clases. Es una interpretaci¨®n materialista, basada en datos reales en lo que se refiere a las identidades econ¨®micas y de clase. Relaciona las afiliaciones religiosas con las fuerzas pol¨ªticas y econ¨®micas y dedica la misma cuidadosa atenci¨®n a l¨ªderes y seguidores, ¨¦lites y masas, idealistas y oportunistas.Si bien es cierto que su versi¨®n ha sido superada en muchos detalles, considero que es un ejemplo de interpretaci¨®n de lo m¨¢s admirable, que considera que las relaciones econ¨®micas y de clase son los factores m¨¢s fundamentales pero cuenta con la imaginaci¨®n y simpat¨ªa necesarias para reconocer la importancia de todo tipo de motivaciones no materialistas y el papel de personalidades clave como Lutero y M¨¹nzer.
Hay una gama bastante variada de temperatura emocional en sus escritos, pero tanto en sus ensayos eruditos como en sus pol¨¦micas recalca la necesidad de evitar la rigidez. ?l pensaba que el gran error de Hegel fue el deseo de resolver todas las contradicciones, ue construir un sistema completo. y, por tanto, est¨¢tico. Se burlaba de. la idea de que para el m¨¢s importante de los fil¨®sofos dial¨¦cticos la mayor s¨ªntesis de ideas conflictivas resultara ser la monarqu¨ªa prusiana tal como era en vida del c¨®modo funcionario y respetado profesor G. W. Hegel.
Por otra parte, prefer¨ªa al idealista Hegel a su colega materialista Feuerbach. Porque Feuerbach, dec¨ªa Engels, hac¨ªa abstracciones est¨¢ticas de los hombres y sus emociones, mientras que Hegel ense?aba a la gente a pensar en t¨¦rminos de proceso, cambio, sensibilidad y, por tanto, de una historia que pod¨ªa no tener l¨ªmites y responder a las necesidades de toda clase de gentes de todo el mundo (tantos de cuyos idiomas como pudo el entusiasta director de f¨¢brica Friedrich Engels encontr¨® tiempo para estudiar). Tambi¨¦n fue uno de los primeros intelectuales europeos en estudiar la ciencia de la antropolog¨ªa como forma de apreciar las formas de organizaci¨®n social y los valores morales y art¨ªsticos no occidentales.
En esta ¨¦poca de c¨ªnico arribismo, me gusta recordar la personalidad, as¨ª como el pensamiento pol¨ªtico y filos¨®fico, del generoso amigo y colaborador de Marx.
Babelia
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