Los primeros 1.500 refugiados serbios de Krajina llegan a Kosovo
Sentado sobre la cama, delante de una ventana, en posici¨®n pensativa y con un cigarrillo colgando de sus labios, MIadic muestra la chaqueta de su uniforme de la que cuelga una insignia que reza: Milicia de Krajina. "Era polic¨ªa. Ahora, Dios dir¨¢, estoy en Kosovo... ". El MIadic refugiado no tiene nada que ver con el MIadic: general de Bosnia. S¨®lo el nombre. Una simple coincidencia que le hace sonre¨ªr. A ¨¦l, como a los 1.500 que acaban de llegar, le espera ahora una dura vida de desplazado. Un volver a empezar en una tierra hostil.Muchos de los refugiados serbios expulsados de sus casas de Krajina por el Ej¨¦rcito croata no quieren ir a Kosovo, pues temen que se transforme en regi¨®n de guerra. Razones hist¨®ricas y ¨¦tnicas avalan su miedo. Kosovo es para los serbios el coraz¨®n de su pa¨ªs. All¨ª perdieron su independencia en el siglo XVI a manos del imperio otomano. En Kosovo el 90% de la poblaci¨®n son musulmanes albaneses.
A pesar de todo, del miedo y las reticencias, en la noche del lunes llegaron los primeros 1300 refugiados, seg¨²n las cuentas de Aleksa Jovic, responsable de darles acogida, quien les cobij¨® en un internado vac¨ªo por las vacaciones.
El MIadic refugiado es el m¨¢s joven del colegio. En las aulas, trasformadas en dormitorios, hay listas pegadas en la pared en las que se detallan los nombres, edad, n¨²mero de ni?os de la familia. El objetivo es, seg¨²n Jovic, evitar que nadie quede aislado.
Hay dos centros de acogida. Uno, el de MIadic, en Prizren, al sur, y otro en Pec, al oeste. Entre los refugiados hay combatientes, todos ellos f¨¢cilmente identificables, que aspiran a poder batallar de nuevo. Es el caso de un joven alto, rubio, con barba amarilla y ojos claros, que se encontraba en Pristina, la capital de Kosovo. All¨ª hay unos 150 refugiados metidos en un hotel confiscado por las autoridades.
Civiles traumatizados
Muchos de los refugiados no est¨¢n en condiciones de so?ar. Viven traumatizados. Las mujeres se lanzan sobre el reci¨¦n llegado con un discurso incoherente sobre sus hijos o sobre su marido desaparecido. "?Sabe usted d¨®nde est¨¢n?", preguntan con los ojos abiertos. "?Puede ayudarme?". La mayor¨ªa ha arribado en tren, tras un largo viaje, directamente desde la frontera serbia, sin tiempo suficiente para poder negarse. Todos coinciden en que sus condiciones de acogida en Kosovo son buenas, est¨¢n contentos con el trato recibido.
Las autoridades serbias se empe?an en repetir que el traslado de refugiados procedentes de Krajina no esconde aviesas intenciones pol¨ªticas de desequilibrar ese 90% de albaneses y garantizarse el control ¨¦tnico de la provincia, cuya autonom¨ªa suprimida en 1989 desencaden¨® la partici¨®n de la antigua Yugoslavia e indirectamente las guerras de Croacia y Bosnia.
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