Una jornada hist¨®rica
No les cuento la de horas que ayer pas¨¦ en recogimiento, ajena a todo: a la vida social, a las andanzas de la jeta-set, a la preocupaci¨®n por la sequ¨ªa, a la inquietud que emana del hecho de que hoy el Supremo decide su competencia en los GAL por las imputaciones contra el presidente del Gobierno, a la urticaria que me produjo el intento de regicidio en Mallorca, al suspense por el convenio pesquero con Marruecos, a los 100 d¨ªas de secuestro de Aldaya, a las limpiezas ¨¦tnicas, a la algo tard¨ªa -?qui¨¦n me devuelve a m¨ª a William Holden, qui¨¦n?- reconciliaci¨®n de aliados y japoneses en el puente sobre el r¨ªo Kwai, y hasta a la curiosidad por el nivel intelectual del preg¨®n de Manolo Santana en la inauguraci¨®n de las fiestas de Estepona, cuyo Ayuntamiento preside, como ustedes saben, La Cosa jr.Todo ello resbal¨® ayer como aceite bronceador sobre mi conciencia, ante la angustia parida- que atenazaba mi diafragma -el biol¨®gico: el otro fue definitivamente arrojado al r¨ªo Grande en v¨ªsperas del V Centenario, pendiente como estaba de la sublime decisi¨®n que El F¨²tbol ten¨ªa que tomar en relaci¨®n con lo que ustedes ya saben. Cielos, ese c¨®nclave de directivos: qu¨¦ gran tema para una pel¨ªcula de la saga de Bruce Willis, o qu¨¦ homenaje, seg¨²n como lo miren, a la segunda parte de El padrino, cuando llega Al Pacino a Miami y se produce un desenlace que propicia tremenda subida en el escalaf¨®n.
El caso es que ?c¨®mo pod¨ªa yo entretenerme en frusler¨ªas? Ni siquiera me daba el cuero para salir a cazar a Ana Garc¨ªa Obreg¨®n, que ha venido con Jorge Juste y andan metidos, al parecer, en una calculada estrategia, consistente en: 1) previamente hicieron como que romp¨ªan; y 2) ahora, aqu¨ª, pactan fotos borrosas que parecen robadas. ?Que con qu¨¦ objeto? Ustedes y yo, que somos relativamente normales -creo que de un 96 en coeficiente mental, pero no me hagan caso, que tengo ya un inicio de Alkaseltzer: a lo mejor me confundo con el a?o en que me midieron las tetas-, no podemos percibir el alcance de semejantes a?agazas, pero un experto en comportamientos como el que nos ocupa me ha adelantado que es posible que las argucias publicitarias a las que Miss Silicone Brain y su novio se entregan no tienen otro objetivo que encarecer el precio del reportaje que, finalmente, se decidir¨¢n a conceder cuando se reconcilien a bombo y platillo.
Apasionante, lo s¨¦, pero mi coraz¨®n estaba en la movida de los equipos, y sobre todo junto al Sevilla, desde que he sabido que sus directivos terminan los oficios que mandan a la superioridad institucional con esta frase que hac¨ªa muchos a?os y varios novios que no me hab¨ªa sido dado escuchar o leer: "Es gracia que espero merecer de VE (aqu¨ª el tratamiento adecuado al personaj¨®n), cuya vida guarde Dios muchos a?os". Me mata lo cl¨¢sico.
De modo que no me puse a peregrinar con la instamatic por el camino de Obreg¨®n, y ni siquiera -observen la magnitud de mi sacrificio, que, por otra parte, les confieso con natural sencillez- quise unirme a la veintena de coches de diferentes nacionalidades, repletos de paparazzi, que rondan la residencia de Sarah Ferguson y el pr¨ªncipe Andr¨¦s, en Sotogrande, para ver si les pillan chup¨¢ndose mutuamente el dedo gordo del pie. Esta inquieta cronista, por el contrario, imposibilitada corno estaba de unirse a las masas sevillistas, en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, para disfrutar a 45 grados del m¨¢s grande ejemplo de solidaridad que hemos presenciado en los ¨²ltimos a?os, hizo lo ¨²nico que pod¨ªa hacer. Me encerr¨¦ en el water y rec¨¦. Rec¨¦ hasta que no pude m¨¢s, y luego tir¨¦ de la cadena.
Menos mal que hoy empieza en mi hotel un congreso de esoterismo que va a hacer de m¨ª un esp¨ªritu nuevo. Marbella ha sido elegida como sede porque "todos percibimos que es un lugar m¨¢gico", en palabras de la organizaci¨®n.
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