?Qu¨¦ soluci¨®n para Bosnia?
La desaparici¨®n del Estado fantoche de Krajina significa una derrota capital para Milosevic y sus proyectos expansionistas. El mito de la invencibilidad del Ej¨¦rcito y las milicias de Belgrado pertenece ya al pasado. La relaci¨®n de fuerzas sobre el terreno ha cambiado radicalmente, de suerte que Milosevic est¨¢ perdiendo la guerra que ¨¦l mismo desencaden¨®.Desde hace dos a?os no ha ganado ninguna batalla (salvo contra las poblaciones civiles, puesto que, en lo que a Srevrenica y Zepa se refiere, le han sido graciosamente entregadas por Occidente y Rusia). Por el contrario, ha perdido sucesivamente las planicies estrat¨¦gicas de Kupres, Tresavica y VIasic en Bosnia. Despu¨¦s, la Eslavonia Occidental en Croacia, Glamoc y Grahovo en Bosnia y, finalmente, el conjunto de la Krajina con el enclave de Bihac. Hay que se?alar que el autoproclamado Estado de Krajina se desmoron¨® en tres d¨ªas y que la poblaci¨®n (serbia) no defendi¨® esa creaci¨®n de Mislosevic, lo que prueba la artificialidad, inviabilidad y podredumbre del proyecto. Lo mismo ocurrir¨ªa con el autoproclamado Estado de Pale si Bosnia dispusiera de un n¨²mero suficiente de armas y, si las grandes potencias retiraran su apoyo a Milosevic. No es menos cierto que ¨¦ste est¨¢ accorralado. Debe enfrentarse al derumbe de su peque?o imperio, a una profunda crisis general (causada por la guerra, no por las sanciones), al bumer¨¢n de los refugiados, etc¨¦tera. Y aunque Milosevic no entregar¨¢ nada si no se ve obligado a ello, como lo prueba la actual colonizaci¨®n acelerada de los territorios ocupados en Bosnia y Croacia, del Sandjak, de Kosovo y de la Voivodina, sin embargo abandonar¨¢ todo si considera que su poder en Serbia est¨¢ amenazado.En cuanto a los bosnios, no tienen elecci¨®n: si no quieren que su pa¨ªs sea borrado del mapa, deben luchar hasta el final para liberarlo. En Occidente se tiene tendencia a subestimar su determinaci¨®n y capacidad de hacerlo. Sin embargo, Bosnia est¨¢ mal armada (a igualdad de armas ganar¨ªa la guerra). En la actual situaci¨®n, en la que no parece que en los planes de las grandes potencias haya lugar para un Estado bosnio soberano y unido, los bosnios concluyen que la guerra va a durar todav¨ªa mucho.Los ¨²ltimos acontecimientos muestran tambi¨¦n el fracaso total de la idea occidental de la soluci¨®n de la crisis en la ex Yugoslavia y de su gesti¨®n. Esta idea se basaba en el despiece (?tambi¨¦n ¨¦tnico!) de Bosnia (lo que dejaba la puerta abierta al despiece del resto de pa¨ªses de la ex Yugoslavia, incluida Serbia), y sobre ella se ha entablado una serie de negociaciones que no han dado ning¨²n resultado. Por el contrario, las ofensivas croatas y bosnias s¨ª han dado resultados evidentes y han probado que toda, soluci¨®n negociada deb¨ªa ser preparada mediante acciones militares. En otros t¨¦rminos, de lo que se trata es de la servidumbre total de Bosnia a. Milosevic, o de la derrota militar de Milosevic.
En lo que a la Unprofor se refiere, las grandes potencias no las han enviado para mantener una paz inexistente, sino para eternizar el hecho consumado creado por la guerra impuesta a Bosnia por Belgrado. Y respecto a la Fuerza de Reacci¨®n R¨¢pida, los bosnios desconf¨ªan enormemente. La mayor¨ªa considera que esa fuerza est¨¢ all¨ª para impedir toda acci¨®n de envergadura del Ej¨¦rcito bosnio para liberar Sarajevo y que permanecer¨¢, como medio de presi¨®n militar, hasta que el Gobierno bosnio acepte formalmente el plan de partici¨®n del pa¨ªs y de su capital, Sarajevo.
A la luz del fracaso de la pol¨ªtica occidental y de sus tr¨¢gicas consecuencias en Bosnia, hubiera podido esperarse un cambio de pol¨ªtica, una vuelta a las propuestas avanzadas por los bosnios desde 1992: ayudar a ese pa¨ªs a poner fin a la agresi¨®n, la salida de las tropas de ocupaci¨®n, el control real de la frontera entre Bosnia y Serbia, el desmantelamiento de las milicias (Karadzic, etc¨¦tera), el retorno progresivo de los refugiados, el reconocimiento mutuo de los Estados surgidos de la ex Yugoslavia, una normalizaci¨®n gradual de sus relaciones y, para coronar todo, ello, una conferencia internacional en la que se tratara el conjunto de problemas de la ex Yugoslavia.
Pero, a juzgar por la acci¨®n diplom¨¢tica de Estados Unidos, nada ha cambiado. La idea matriz sigue siendo la partici¨®n de Bosnia. La novedad, el apoyo de Clinton al plan europeo, corregido de tal forma que. se dan m¨¢s concesiones a Milosevic. As¨ª, Estados Unidos invita abiertamente a Milosevic a apoderarse de Gorazde y se propone tambi¨¦n ampliar el "corredor serbio" al norte de Bosnia.
Si Occidente mantiene esa pol¨ªtica, la guerra ser¨¢ interminable y desmentir¨¢ la infantil tesis estadounidense seg¨²n la cual es posible confinar el fuego en Bosnia.
Pues un mal que naci¨® en Belgrado, con la instauraci¨®n de un r¨¦gimen fascista, debe ser enterrado en Belgrado.
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