La televisi¨®n iraqu¨ª difunde el discurso del rey Hussein contra Sadam

La televisi¨®n estatal de Irak difundi¨® el mi¨¦rcoles por la noche el discurso del rey Hussein de Jordania en el que acusaba al r¨¦gimen iraqu¨ª de planear una nueva invasi¨®n de Kuwait. Aunque no ha habido reacciones oficiales a las palabras de Hussein, los peri¨®dicos de Bagdad acusaron ayer a Estados Unidos de intentar ahogar a Irak al presionar a Jordania para que no compre crudo a este pa¨ªs.Antes de la retransmisi¨®n, un presentador dijo a los telespectadores que ten¨ªan la "capacidad suficiente" como para escuchar todo el discurso y sacar sus propias conclusiones. Y despu¨¦s, la televisi¨®n ofreci¨® una canci¨®n patri¨®tica en apoyo de Sadam Husein: "Hasta la muerte estaremos contigo, donde quiera que vayas puedes llevarnos".

Sin mencionar ni una sola vez el nombre de Sadam Husein durante los 45 minutos en los que se dirigi¨® a su pueblo, el rey Hussein critic¨® duramente al r¨¦gimen iraqu¨ª. Insisti¨®, sin embargo, en que no ten¨ªa intenci¨®n de cerrar sus fronteras con el pa¨ªs vecino o de paralizar las relaciones comerciales. El monarca asegur¨® que se "escandaliz¨®" cuando Husein Kamel Hasan -n¨²mero dos del l¨ªder iraqu¨ª que con su deserci¨®n a Jordan¨ªa el 8 de agosto desencaden¨® una crisis interna en Bagdad- le explic¨® que Irak hab¨ªa planeado un ataque a Kuwait y a Arabia Saud¨ª.

Para Washington, sin embargo, la oportunidad de debilitar a Sadam parece estar alej¨¢ndose. Por una parte, el l¨ªder iraqu¨ª se ha apresurado a cerrar el hueco que dej¨® la deserci¨®n de Kamel Hassan y Ezzedine Mohamed Hassan al Majid, el jefe de su guardia personal: todos los que tuvieron alg¨²n contacto con ellos han sido detenidos. Y, por otra, la reacci¨®n del mundo ¨¢rabe a la campa?a que ha emprendido Washington ha sido bastante tibia. Ni las maniobras conjuntas con Kuwait ni la delegaci¨®n diplom¨¢tica que EE UU ha enviado a la zona para intentar que Arabia Saud¨ª, Jordania y Kuwait formen un frente com¨²n contra Irak han conseguido la respuesta deseada, seg¨²n informa Youssef M. Ibrahaim, de The New York Times.