Tres contra uno
Un contable de Alcorc¨®n patenta un tablero de ajedrez para cuatro jugadores simult¨¢neos
Empez¨® a darle vueltas a la idea el verano pasado. ?Por qu¨¦ s¨®lo dos? se pregunt¨® Andr¨¦s Hern¨¢ndez, de 42 a?os, contable madrile?o afincado en Alcorc¨®n. ?Qu¨¦ barrera impide que juegue con mis dos hijos y con mi padre a la vez? Y, resuelto, puso manos a la obra. Se hizo un tablerillo arlequinado con cart¨®n y ampli¨® las casillas blancas y negras. Aument¨® tambi¨¦n las fichas. Comenz¨® entonces a barruntar jugadas para cuatro jugadores. Un aluvi¨®n de n¨²meros y combinaciones acudi¨® a su cabeza. La aritm¨¦tica le impon¨ªa su l¨®gica. Pero la ampliaci¨®n de las casillas abr¨ªa el despliegue de las fichas del tablero con nuevos y sorprendentes movimientos.En medio de tal marejada mental descubri¨®, sin embargo, que su idea era viable. Y divertida; a partir de ahora, el tablero de ajedrez por ¨¦l ideado permitir¨¢ disputar una misma partida a cuatro jugadores. Simult¨¢neamente. Andr¨¦s acababa de conseguir duplicar la combatividad dentro del juego de mesa m¨¢s apasionante y sublime que se conoce, el ajedrez, reivindicado por indios y tambi¨¦n por persas, extendido por los chinos, idolatrado por todos.
La innovaci¨®n ideada por Andr¨¦s Hern¨¢ndez presenta particularidades. De 32 fichas, el supertablero pasa a 64. De 64 casillas, sube hasta 160 escaques. Los cuatro reyes quedan conectados entre s¨ª en diagonal y ocupan siempre cuadro blanco. La reina pierde su color. Los caballos sufren el bloqueo de un movimiento y los peones cobran m¨¢s importancia, ya que promocionan de frente y de lado; pero no puede comer al paso. "Todo lo dem¨¢s es exactamente igual que en el ajedrez convencional de siempre", asegura Hern¨¢ndez.
Cada jugador pugna a cuerpo gentil contra tres rivales. Por ello, cada uno deber¨¢ derrochar recelo, imaginaci¨®n y astucia. El ataqu¨¦ puede sobrevenir de todas partes: hasta resulta imposible sufrir un triple jaque simult¨¢neo. La victoria aguarda s¨®lo a uno de los cuatro contendientes, que ocupan cuarteles de diferentes colores. "El desaf¨ªo resulta emocionante", dice Andr¨¦s Hern¨¢ndez.
Este administrativo nacido en Lavapi¨¦s aprendi¨® a jugar al ajedrez a los nueve a?os. Le ense?¨® su padre. Cuatro a?os despu¨¦s, ya le venc¨ªa. Andr¨¦s est¨¢ casado y es padre de dos var¨®nes, de, 13 y 10 a?os, respectivamente. No hace mucho, les aficion¨® al ajedrez. Desde entonces les disp¨²taba partidas cargadas de inter¨¦s. Pero el frenes¨ª de la contienda tropezaba con la imposibilidad de jugar una sola partida con Sergio y Daniel, sus hijos, y con Juan, su progenitor. Ahora, el tes¨®n de Andr¨¦s le ha permitido superar el reto. Paradoja: con su tablero, pierde ante uno de sus hijos. Es ley de vida.
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