El Atl¨¦tico decepciona en C¨¢diz, pero pasa a la final del Carranza
La buena imagen que se hab¨ªa ganado el Atl¨¦tico en la pretemporada se hizo a?icos ayer en C¨¢diz. Con un juego rampl¨®n y deshilvanado contribuy¨® durante casi todo el partido a que la parroquia gaditana so?ara con el triunfo ante todo un Primera Divisi¨®n. Finalmente, los penaltis sentenciaron en favor de la experiencia, no de la superioridad.El Atl¨¦tico sali¨® con el 4-4-2 habitual, pero fue inoperante durante la mayor del partido. Conscientes de su te¨®rica superioridad frente a un Segunda B, los rojiblancos se lo tomaron con una calma que pronto se revelar¨ªa excesiva. Su centro del campo apenas trenzaba tres pases seguidos sin que el entusiasmo de los gaditanos desbaratara la jugada. El caso m¨¢s patente de desorientaci¨®n era el de Simeone. El argentino navegaba por la banda derecha. No era el ¨²nico: el equipo estaba a la deriva.
Volvi¨® a dar la impresi¨®n de que el Atl¨¦tico pierde mucho sin el excedente de motivaci¨®n que ha tenido hasta el momento. Por momentos record¨® al equipo triste y desafinado del pasado a?o, cuando la falta de sinton¨ªa y de ilusi¨®n le puso al borde del abismo. El m¨¦rito de Antic ha sido levantar el ¨¢nimo, afrontar los partidos con seriedad y optimismo y curar las viejas heridas con buenos resultados. Pero en C¨¢diz, el Atl¨¦tico volvi¨® a los viejos tiempos y s¨®lo se salv¨® del naufragio cuando tir¨® del orgullo en el peor momento: con nueve jugadores y el resultado en contra.
Por el contrario, el C¨¢diz, muy motivado ante su afici¨®n, se com¨ªa la hierba si hac¨ªa falta. Pero entre el trabajo a destajo de los cadistas sobresal¨ªa la figura de Ortiz, un zurdo que se propuso amargarle la tarde a L¨®pez y se llev¨® como premio un par de caricias del defensa colchonero, ayer reconvertido en lateral.
La primera parte fue la negaci¨®n del f¨²tbol como espect¨¢culo. Juego romo y falta de ambici¨®n fueron las constantes en los primeros compases del encuentro. Sin embargo, los andaluces llevaban m¨¢s peligro en sus t¨ªmidos ataques que los atl¨¦ticos, cuyo balance ofensivo en la primera mitad se redujo a cero.
En la reanudaci¨®n, Antic movi¨® sus peones y tambi¨¦n el banquillo, aunque sin resultado. La intermitencia de Caminero no era capaz de contagiar al equipo, que, presa de los nervios, encaj¨® el primer gol en un descuido defensivo y vio c¨®mo L¨®pez se iba a la ducha expulsado. El consiguiente cerco rojiblanco a la meta gaditana no hizo sino aumentar el desorden. En esas circunstancias, la efervescencia del C¨¢diz volvi¨® a sorprender al Atl¨¦tico con un gol de contraataque.
A partir de entonces, el choque fue un constante asedio al portal del C¨¢diz, en el que los colchoneros contaron con la desventaja a?adida de perder a Juan Carlos por lesi¨®n, ya que Antic hab¨ªa realizado ya los tres cambios permitidos. La mayor experiencia de los rojiblancos fue definitiva para dar la vuelta al partido con dos goles de Correa y Pantic, excelente su lanzamiento de falta.
Tuvo ocasiones el Atl¨¦tico en los ¨²ltimos minutos, pero ¨¦stas se debieron m¨¢s a la biso?ez de la zaga gaditana que a un verdadero dominio. La fortuna, al final, se ali¨® con los de Antic en forma de penalti marrado por Ram¨®n. Pero su juego desilusion¨®.
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