Rostrop¨®vich resalta la criba de talentos musicales en la Rusia actual
"En la antigua URSS hab¨ªa varios miles de compositores -aunque yo no conoc¨ªa m¨¢s que a 100- y viv¨ªan todos del dinero que recib¨ªan del Gobierno. Escrib¨ªan obras propagand¨ªsticas del comunismo pero muy malas, sin calidad. Con el nuevo sistema, si tienes talento, sales adelante y muchos ahora han tenido que buscarse otra profesi¨®n". As¨ª explic¨® ayer en San Sebasti¨¢n Mstislav Rostrop¨®vich la nueva situaci¨®n cultural en la antigua' Uni¨®n Sovi¨¦tica, que est¨¢ llena de cambios que son dif¨ªciles, pero necesarios para que haya una buena sociedad", en opini¨®n del maestro del violoncello.Expulsado de Rusia en 1974, el cellista vive de concierto en concierto y divide su profesi¨®n entre sus f¨¢cetas de solista y director de orquesta. Ayer ofreci¨® un ¨²nico concierto de cello dentro de la Quincena Musical de la capital guipuzcoana. "He hecho much¨ªsimo m¨¢s por la m¨²sica en Rusia estando en el exilio", asegur¨® Rostrop¨®vich, que impuls¨® a numerosos m¨²sicos sovi¨¦ticos durante su etapa al frente de la Orquesta Sinf¨®nica Nacional de Washington. "Fui uno de los primeros directores que llev¨® composiciones rusas a Estados Unidos", record¨® el m¨²sico, que dej¨® caer los nombres de nuevos talentos musicales de su pa¨ªs como el del joven violinista Maxim Vengerov.
Rostrop¨®vich lament¨®, sin embargo, el esplendor perdido de la Escuela rusa de violoncello donde estudi¨®. "La calidad de los actuales profesores no lIega con mucho al nivel que ten¨ªan cuando yo estudiaba pero ¨¦stos se han ido muriendo", indic¨®. "M¨ª gran sue?o es que existan en todas las partes del mundo, como en Rusia, escuelas para detectar el talento musical de los ni?os", asegur¨® en la capital guipuzcoana, donde actu¨® junto con la Orquesta de C¨¢mara del Festival Brescia y B¨¦rgamo.
A la pregunta de cu¨¢l es su lugar de descanso, Rostrop¨®vich fue tajante. "Nunca estoy relajado ni cojo vacaciones. Una vez fui con mi familia a Grecia a descansar invitados por el Gobierno pero al segundo d¨ªa ya estaba aburrido", relat¨®.
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