El canto gregoriano y el del Orfe¨®n Donostiarra
Del gregoriano al r¨¦quiem rom¨¢ntico; desde la expresiva serenidad de la Misa de la Virgen Mar¨ªa, capaz de abarrotar la hermosa iglesia de San Vicente -la m¨¢s antigua de la ciudad-, al dramatismo, entre sacro y profano, de Dvorak, que llen¨® el Teatro Victoria Eugenia.Ismael Fern¨¢ndez de la Cuesta, al que conocimos todos cuando dirig¨ªa el coro de monjes de Santo Domingo de Silos, gobierna ahora una formaci¨®n especializada con la que renueva, en medio de triunfos multitudinarios, los antiguos cantos eclesi¨¢sticos; los trata a la espa?ola, esto es, bas¨¢ndose en los bordones y discantos de los c¨®dices de las huelgas y calixtino. As¨ª, el viejo barrio de San Sebasti¨¢n vibr¨® con esta m¨²sica radical que precisamente en las versiones de Fern¨¢ndez de la Cuesta y de su sucesor en Silos, Francisco Lara, ha constituido uno de los m¨¢s grandes y sorprendentes triunfos de la discograf¨ªa internacional.
Dos horas despu¨¦s, volv¨ªa a la escena del Victoria Eugenia la filarm¨®nica checa con su maestro Gerd Albrecht; lo hac¨ªa en uni¨®n de esa crecida y aguerrida hueste musical que es el Orfe¨®n Donostiarra -el mejor coro de Europa- gobernado por Jos¨¦ Antonio Sainz. Cuando canta el Orfe¨®n, toda Donostia vibra, pues por sentimiento y adhesi¨®n, su poblaci¨®n entera es orfeonista, como lo somos los asiduos, desde ni?os, a su arte poderoso y sutil. Pienso que este segundo matiz ha sido trabajado con extraordinaria musicalidad y hondo saber por Sainz.
Qued¨® bien patente en este largo R¨¦quiem de Dvorak, fechado en 1890, que forma una suerte de c¨ªrculo m¨¢gico con los de Brahms (1869), Verdi (1873) y Faur¨¦ (1887), todos ellos hijos del sentimiento rom¨¢ntico en su extraversi¨®n o en su m¨¢s rec¨®ndita introversi¨®n. En Dvorak encontramos ambas aptitudes con una cima de la segunda en el bell¨ªsimo Hostias.
Cuatro solistas checos, bien prestigiados en el oratorio y la ¨®pera, en uni¨®n de los instrumentistas de Praga y los cantores donostiarras, trabajaron con formidable seguridad, c¨¢lido aliento y una comunicatividad entre severa y afectiva.
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