La ca¨ªda de Felipe

Felipe Gonz¨¢lez est¨¢ en el ojo del hurac¨¢n. Y est¨¢ habituado a ello. Desde principios de esta d¨¦cada, su Gobierno se ha visto salpicado por una cascada de esc¨¢ndalos. Y, sin embargo, esta vez el m¨¢s carism¨¢tico de los dirigentes socialistas europeos no parece en condiciones de enfrentarse a la tormenta. ( ... ) Por vez primera, Gonz¨¢lez se ve implicado personalmente en un esc¨¢ndalo. ( ... )Quiz¨¢ el presidente no corra ning¨²n riesgo desde el punto de vista penal, pero el caso GAL constituye una verdadera condena pol¨ªtica.

La popularidad de los vascos entre los antifranquistas era inmensa y en todos los m¨ªtines socialistas y comunistas la bandera vasca suscitaba entusiasmo. Todo habr¨ªa sido perfecto si ETA, tras la victoria de Felipe, ( ... ) hubiera renunciado a la lucha armada. Pero no fue as¨ª. (...)

Hoy, Espa?a est¨¢ conmocionada al saber que este Gobierno democr¨¢tico, dirigido por un socialista, eligi¨®, en 1983 m¨¦todos de lucha contra ETA que no eran muy distintos de los de la dictadura. ( ... )

Ahora, desde el seno de su propio partido se le invita a Gonz¨¢lez a irse para que las acusaciones que pesan sobre ¨¦l no recaigan sobre el PSOE en su conjunto, a tan s¨®lo unos meses de las urnas. (...) S¨®lo su dimisi¨®n podr¨ªa permitir al nuevo equipo, si no ganar las elecciones, s¨ª al menos evitar que la derecha obtuviera la mayor¨ªa absoluta.

2 de septiembre