"?sta ya no es una batalla de Greenpeace"
El fundador de la organizaci¨®n ecologista, David McTaggart, critica "los graves errores" cometidos
El mayor ¨¦xito de la flolilla para la paz ha consistido en sobrevivir al desastre de Greenpeace. La m¨¢s c¨¦lebre organizaci¨®n ecologista est¨¢ viviendoen aguas del Pac¨ªfico sur uno de sus peores momentos, aunque su causa, la antinuclear, gane apoyo d¨ªa a d¨ªa en todos los rincones del mundo. "?sta ya no es una batalla de Greenpeace", reconoci¨® ayer David McTaggart, fundador de la organizaci¨®n y presidente de honor vitalicio de la misma. "Ya s¨¦ que mis palabras pueden molestar, en Amsterdam [sede de Greenpeace Intemacional], pero me da lo n-iismo", sigui¨® el veterano activista, de 63 a?os y ya retirado, que participa en la flotilla con su yate particular. "Un pu?ado de gente diversa y sin recursos est¨¢ haciendo lo que Greenpeace no es capaz de hacer, porque se encuentra ausente. Y est¨¢ ausente", concluy¨®, "por haber cometido graves errores".Aunque Greenpeace no est¨¢ del todo ausente. Dispone del Manutea, una goleta estadounidense alquilada para la protesta de Mururoa; aporta el ?nico tel¨¦fono sat¨¦lite de la flotilla, y suya es la gente que, a bordo de un par de lanchas neum¨¢ticas, burl¨® el lunes de madrugada la vigilancia de las patrulleras francesas y se col ¨® en el atol¨®n de Mururoa, obligando a un aplazamiento. Pero la organizaci¨®n ecologista est¨¢ pagando un enorme pecado de soberbia. Quiso enfrentarse de igual a igual con la Marina de Francia, crey¨¦ndose todopoderosa, y fue desmantelada en un par de horas. La p¨¦rdida del Greenpeace y, en medida mucho menor, del Rainbow Warrior, hundi¨® todos los planes."Me resultaba d¨ªficil de comprender su arrogancia. Llegaron aqu¨ª con sus grandes barcos y empezaron a provocar a los franceses con su helic¨®ptero. ?Qu¨¦ esperaban? Cuando una potencia nuclear est¨¢ a punto de realizar ensayos con sus bombas ut¨®micas no se siente de humor para juegos. Creo que cometieron un enorme error estrat¨¦gico", opin¨® Alan Hoeneisen, de 47 a?os, un chileno que navega en solitario desde hace 15 a?os y que decidi¨® hace dos meses sumarse a la flotilla para la paz.McTaggart era de la misma opini¨®n. "Sobreestimamos nuestras fuerzas y, sobre todo, infravaloramos la seriedad de la situaci¨®n desde el punto de vista franc¨¦s", resumi¨® como diagn¨®stico.
Greenpeace acababa de arrollar ala compa?¨ªa petrolera Shell en la batalla de la plataforma petrolera Brent Star. Se sent¨ªa en plena forma y arropada por la opini¨®n p¨²blica internacional. La raz¨®n parec¨ªa claramente de su parte y en contra del Gobierno franc¨¦s. Con un viento tan favorable, Greenpeace crey¨® llegado el momento de llevar al l¨ªmite su cada vez m¨¢s obvio inter¨¦s por los despliegues tecnol¨®gicos y las campa?as con amplio reflejo en los medios de comunicaci¨®n.El Rainbow Warrior y el Greenpeace viajaban cargados de periodistas, cuya doble misi¨®n deb¨ªa ir en intimidar a las fuerzas consistir francesas con sus c¨¢maras, primero, y en difundir la humillaci¨®n de los buques de guerra, despu¨¦s. Un helic¨®ptero "mejor que los aparatos militares franceses y mejor pilotado", seg¨²n alarde¨® hace unas, semanas la portavoz del Rainbow Warrior, Stephanie Mills. Motocicletas acu¨¢ticas. Lanchas neum¨¢ticas ultrarr¨¢pidas . Los veh¨ªculos m¨¢s espectaculares para las mejores im¨¢genes televisivas, servidas en el acto a todo el planeta desde la sala de edici¨®n y transmi¨®n del Greenpeace. La audacia de lanzar el helic¨®ptero en el interior de la zona de exclusi¨®n alrededor de Mururoa, con el ¨²nico fin de proveer de im¨¢genes las siempre golosas televisiones, fue muy mal calculada.La Marina francesa decidi¨® zanjar el asunto de un zarpazo y, sin detenerse en cuestiones jur¨ªdicas, se hizo con el Rainbow Warrior, dentro de sus aguas territoriales, y con el Greenpeace, en aguas internacionales. Con esa acci¨®n, se acab¨® Greenpeace. El error de c¨¢lculo y el exceso de arrogancia se pagaron caros. "Despu¨¦s de ambos abordajes, estuvimos un par de d¨ªas completamente desorientados", cuenta el chileno Hoeneisen. "No hab¨ªa jefe, ni nave almirante, ni objetivos. Yo, como otros, pens¨¦ en irme. Por suerte, aparecieron el Manutea y David McTaggart, y la cosa se recuper¨® como por ensalmo". "Creo", se?al¨® el navegante suramericano, "que la actual estrategia de hostigamiento constante y prudencia es m¨¢s correcta".
Lo mismo piensa, obviamente, McTaggart, actual estratega de la flotilla para la paz: "Nuestra fuerza radica precisamente en ser d¨¦biles. Una fragata puede detener un barco, pero no una peque?a lancha. Y la gente nos querr¨¢ si nos identifica con el peque?o . David frente al gigante Goliat. ?Para qu¨¦ hostias, querr¨ªamos convertimos tambi¨¦n nosotros en otro Goliat?"
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Ecologismo
- Ecologistas
- Greenpeace
- Pruebas nucleares
- Organizaciones medioambientales
- Polinesia
- Armas nucleares
- Francia
- Pacifismo
- Armada
- Pol¨ªtica exterior
- Fuerzas armadas
- Europa occidental
- Ocean¨ªa
- Movimientos sociales
- Ideolog¨ªas
- Protecci¨®n ambiental
- Europa
- Armamento
- Relaciones exteriores
- Pol¨ªtica
- Defensa
- Medio ambiente
- Sociedad