Breve elogio de la qu¨ªmica
De la misma forma que cada persona tiene su personalidad, cada disciplina cient¨ªfica tiene su aura especial¨ªsima, su particular prestigio entre la ciudadan¨ªa. La matem¨¢tica, por ejemplo, es compacta, l¨ªmpida, elegante, perfecta. La f¨ªsica es potente, seria, altiva, temerosamente respetable, La biolog¨ªa es densa, diversa, compleja, emotiva. La cosmolog¨ªa es ancha, antigua, alucin¨®gena, agorafilica. ?Y la qu¨ªmica? Pues algo pasa con ella porque, al parecer, resulta que la qu¨ªmica es colora¨ªna, fumiforme, lacrim¨®gena, artificial, tramposa... Mala.?Esto tiene qu¨ªmica! All¨¢ t¨² si te lo (la) comes. ?Aqu¨ª hay qu¨ªmica! T¨² ver¨¢s si te lo (la) bebes. Con la qu¨ªmica ocurre como con ciertos individuos, animales- o plantas: no tienen la reputaci¨®n que merecen. Con el ¨¢nimo de hacer justicia, representantes de los museos cient¨ªficos m¨¢s cre¨ªbles de Europa se han reunido en Barcelona. Sus conclusiones pueden resumirse en el siguiente manifiesto:
1. ?T¨² eres qu¨ªmica! Los seres vivos tienen entre otras cosas un cuerpo material, y la qu¨ªmica se ocupa, justamente, de la transformaci¨®n de la materia. No existe el vis vitalis. Wholer, por ejemplo, sintetiz¨® en 1828 la urea a partir del cianato de amonio.
2. i ... y tambi¨¦n lo es el resto del universo! La qu¨ªmica tiene que ver con todas las ciencias que, de una forma u otra, versan sobre la materia, es decir, la qu¨ªmica tiene que ver con todas las ciencias: f¨ªsica, biolog¨ªa, medicina, psiquiatr¨ªa, farmacia, arqueolog¨ªa, geolog¨ªa, paleontolog¨ªa, astronom¨ªa, astrof¨ªsica...
3. La qu¨ªmica inventa nuevos materiales a la carta. La historia de la civilizaci¨®n se puede escribir como la historia del dominio de la materia (Edad d¨¦Piedra, Edad de Hierro, Edad de Bronce ... ). En u? principio se trataba de elegir los materiales seg¨²n sus propiedades llamadas naturales. Hoy, la ciencia puede arrancar de una lista de (anheladas) propiedades y buscar luego un material, inexistente espont¨¢neamente en la naturaleza, que las luzca (pl¨¢sticos, materiales con memoria de forma, ferrofluidos, semiconductores, superconductores, plasmas...)4. No existen copias mejores o peores de las mol¨¦culas: is¨®lo existen ejemplares originales id¨¦nticos! No hay diferencia entre una mol¨¦cula de cloruro s¨®dico a la deriva en el oc¨¦ano Indico y otra vibrando en la l¨¢grima de un beb¨¦.
5. No existen sustancias t¨®xicas: ?s¨®lo existen dosis t¨®xicas! Much¨ªsima sal de mesa puede ser much¨ªsimo peor que poqu¨ªsimo cianuro. Los qu¨ªmicos pueden detectar cantidades inimaginablemente peque?as -de muchos compuestos. Eso es tranquilizador, aunque gracias a tal habilidad hoy sabemos, por ejemplo, que la contaminaci¨®n ha alcanzado ya los paisajes m¨¢s remotos del planeta.
6. La qu¨ªmica provee las soluciones a sus propios problemas. La presencia de una nueva sustancia repugnante o peligrosa en nuestro entorno acaso provenga d¨¦ una reacci¨®n qu¨ªmica. Es cierto pero ser¨¢ sin duda otra reacci¨®n qu¨ªmica la que nos libere de ella.
7. Beethoven, Dante, Vel¨¢zquez... ?Lavoisier! Los grandes triunfos de la qu¨ªmica, c¨®mo la s¨ªntesis o la teor¨ªa de la estructura, son comparables a los altos logros de la cultura.
8. Ni siquiera los qu¨ªmicos son perfectos. En cuanto a los beneficios: existen sustancias que la qu¨ªmica todav¨ªa no ha sabido reproducir, como la de los hilos de una tela de ara?a. En cuanto a los riesgos: tomar decisiones compete al ser humano que todo qu¨ªmico lleva dentro y, sobre todo, al qu¨ªmico que todo ciudadano moderno deber¨ªa ir cultivando en su interior. Por ello, entre otras cosas, hay que amar la qu¨ªmica.
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