"En el peor momento, en el peor lugar"
El general Garcia Esponera despeja las inc¨®gnitas que rodeaban su odisea antes de volvera la ex Yugoslavia
Paloma Romero, esposa del general Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Esponera, uno de los tres observadores espa?oles a los que se dio por muertos en Bosnia, se echa las manos. a la cabeza cuando su marido declara que la familia est¨¢ "encantada" de que regrese a la antigua Yugoslavia. "Quiero decir", se r¨ªe de su propia broma, "que est¨¢n contentos de tenerme en casa, pero entienden que mi misi¨®n est¨¢ all¨ª"A las 13.05 de ayer, apenas 40 horas despu¨¦s de su llegada a Espa?a, el general Garc¨ªa Esponera, el embajador Fernando S¨¢nchez Rau y el comandante Zen¨®n Luis Quintana tomaban el vuelo de Lufthansa Madrid-Francfort, Con destino a Zagreb (Croacia), sede del Cuartel General de la Misi¨®n de Observadores de la Uni¨®n Europea.
En el aeropuerto de Barajas, les despidieron. sus familiares m¨¢s ¨ªntimos. "Pero c¨®mo, ?Ya se vuelven"?, pregunta sorprendida una se?ora que les reconoce en el control d¨¦ pasaportes. "Regresamos porque ma?ana [mi¨¦rcoles] tenemos una conferencia que estaba organizada desde hace un mes. Ya se aplaz¨® una semana, pero es imposible aplazarla m¨¢s. Esperamps estar de vuelta, ya de permiso, el jueves", explica el general.
Garc¨ªa Esponera se muestra optimista sobre el desarrollo del conflicto: "Hay un proceso de paz seno, que lidera Estados Unidos, y estoy convencido de que antes de que acabe el a?o habr¨¢ alg¨²n tipo de acuerdo". No es tan entusiasta, sin embargo, con la eficacia de los ataques de la OTAN: "[Los serbobosnios] son gente que lucha por u nos ideales que consideran justos y no, creo que los bombardeos les haga nitinguna mella. Ahora, quiz¨¢, se eviten barbaridades, como la de Sarajevo, que ellos, por otra parte, insistieron mucho en que no hab¨ªan sido. No s¨¦. Si se trata de dar una respuesta a un acto perverso, supongo que hay que estar seguro de qui¨¦n lo ha hecho".
Las m¨²ltiples reuniones mantenidas durante su breve estancia en Madrid han servido para aclarar algunas inc¨®gnitas que rodeaban su odisea. Por ejemplo: por qu¨¦ nadie les avis¨¦ de los bombardeos. "Ahora sabemos que hubo una comunicaci¨®n de Unprofor [las Fuerzas de la ONU en la antigua Yugoslavia]. Fue el martes [29 de agosto] a las diez de la ma?ana [16 horas antes del primer ataque]. Pero se produce en circunstancias especiales. Nuestro oficial de enlace, que va a todas las reuniones.y ten¨ªa que haberlo conocido, se encuentra de vacaciones en Espa?a y lo sustituye un oficial irland¨¦s. Hubo falta de informaci¨®n. Nosotros hab¨ªamos dicho que nos avisar¨¢n a Podgorica , [capital de Montenegro] y esa comunicaci¨®n no lleg¨®".
No fue el ¨²nico telegrama perdido. El mi¨¦rcoles por la tarde, cuando ya estaban en poder de los serbobosnios, pero a¨²n no les hab¨ªan arrebatado sus veh¨ªculos, equipados con un sistema de transmisi¨®n v¨ªa sat¨¦lite, "mandamos varios mensajes, pero el principal de todos nunca lleg¨®", recuerda Garc¨ªa Esponera. "Era el mensaje en el que dec¨ªamos que est¨¢bamos en Pale y que, ya no podr¨ªamos seguir comunicando. Creemos que las acciones de guerra electr¨®nica que llevaban a cabo los aviones de la OTAN para impedir la actuaci¨®n de los radares antia¨¦reos [de los serbobosnios perjudicaron a nuestros equipos de comunicaci¨®n".
El general rechaza que su visita a Pale, capital de los serbios, de Bosnia, en v¨ªsperas del ataque de la OTAN, constituyera una imprudencia. "Yo no creo que fu¨¦ramos imprudentes. Ten¨ªamos una gran voluntad de mediar entre Dubrovnik [croata] y Trebinje [serbobosnia]. Las autoridades de Pale est¨¢n aisladas y pienso que es importante que puedan expresar a la comunidad internacional qu¨¦ es la que quieren, como forma de llegar a una soluci¨®n del conflicto. Era un objetivo del embajador. Cre¨ªamos firmemente que lo pod¨ªamos conseguir. Lo malo es que llegamos en el peor momento al peor lugar".
"Durante el cautiverio, tuve la impresi¨®n de que era un sue?o del que deseaba despertar. Pero ahora, a toro pasado, Pienso que cumplimos con nuestra misi¨®n y que mi mujer". a?ade despidi¨¦ndose ya de su esposa, "ha dado un ejemplo de serenidad en estos momentos de crispaci¨®n".
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