Rafi coge el tren
El local Rafi de la Vi?a, ausente aqu¨ª desde 1992 retornaba para sufrir el examen de sus paisanos dispuesto a volver a coger el tren que conduce al estrellato, ¨¦se que roz¨® en sus floridos tiempos de novillero puntero y que se le fue o dej¨® perder. El albacete?o, sin alcanzar la apoteosis, s¨ª que al menos sac¨® billete de primera clase y se mostr¨® como un torero recuperable, recuperado y, a veces, con una serenidad y relajo de los que estaba ayuno otrora.Bien es cierto, que tuvo como revisores-interventores a los dos morlacos m¨¢s manejables de la tarde, que le pidieron el billetecarn¨¦ de coletudo. Rafi se los ense?¨® a ambos, de similar catadura y flojera, con unas arom¨¢ticas formas en las que predomin¨® la distancia, el temple, la ligaz¨®n y el regusto, sobre todo en sus series de redondos. Su primero se vino arriba en el ¨²ltimo tercio porque el us¨ªa, en su af¨¢n de no devolverlo por su escasez de fuerzas, cambi¨® los tercios por su cuenta y riesgo tras un picotacito y tres banderillas, respectivamente. Ese punto de violencia final unido a su flojera inicial le llev¨® a defenderse pronto y entonces Rafi recurri¨® a sus atropellamientos de viejos tiempos. Con similar reposo se comport¨® frente al manejable quinto, hasta que se decidi¨® por el repertorio damasista de pendulazos y rodillazos, y la labor devino a menos. De cualquier manera, este nuevo Rafi, entregado y pausado, pide sitio.
Corte / Espl¨¢, De la Vi?a, Valderrama
Cuatro toros de Conde de la Corte y 1? y 6? de Mar¨ªa Olea, con trap¨ªo, bien armados, desiguales de juego y flojos.Luis Francisco Espl¨¢: pinchazo hondo, dos pinchazos y estocada tendida (divisi¨®n); pinchazo sin soltar, pinchazo y estocada (gran ovaci¨®n). Rafi de la Vi?a: dos pinchazos sin soltar, estocada corta, media desprendida y descabello (ovaci¨®n); pinchazo sin soltar y estocada trasera desprendida (oreja). Domingo Valderrama: pinchazo y estocada desprendida (palmas); pinchazo y media baja (ovaci¨®n). Plaza de Albacete, 9 de septiembre. Tercera de feria. M¨¢s de media entrada.
Y el sitio exacto supo concederle Espl¨¢ a las complicaciones del playero cuarto, de tremebundas defensas, en una labor de maestro con sentido y poderoso, magn¨ªficamente vendida. Frente al burraco y floj¨ªsimo inicial s¨®lo albore¨® su facilidad y conocimiento de querencias y terrenos como los rehiletes.
Otra sorpresa de la tarde fue el buen deb¨² por aqu¨ª del peque?o gran Valderrama, t¨¦cnico y poderoso con el percal y en los primeros compases de su faena de fl¨¢mula frente al noble que cerr¨® festejo y con el que baj¨® el nivel a la hora del toreo art¨ªstico. Igual comenz¨® con el tercero, gazap¨®n y molesto, hasta diluirse en frusler¨ªas t¨¢uricas.
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