"Hay que dar salida al proyecto pol¨ªtico de HB"
Tras afirmar que el proceso de pacificaci¨®n est¨¢ m¨¢s empantanado que nunca, el secretario general de los socialistas vascos sostiene que hay que darle una salida al proyecto pol¨ªtico de HB. Niega que el PSE ande a la deriva en este terreno, aunque argumenta en su descargo que en estos momentos en Euskadi "no hay nadie que navegue hacia alguna parte". Justifica la disposici¨®n de su partido a colaborar en los nuevos intentos de di¨¢logo con el entorno de ETA por la necesidad de evitar que cristalice una "v¨ªa nacionalista" que unir¨ªa al PNV, EA y HB en torno a los planteamientos de estos ¨²ltimos. Donostiarra, de 47 a?os, Ram¨®n J¨¢uregui, sustituto ideal de Felipe Gonz¨¢lez, seg¨²n Pasqual Maragall, se?ala que no est¨¢ preparado para reemplazar al actual presidente. Dice que si Gonz¨¢lez quiere seguir, todo el PSOE debe ir con ¨¦l.Pregunta. ?El PSOE debe pedir perd¨®n a la sociedad por sus responsabilidades en los GAL, como ha apuntado el alcalde de San Sebasti¨¢n, Od¨®n Elorza?
Respuesta. Pedir perd¨®n es asumir una responsabilidad que no tenemos. Los socialistas no somos culpables para tener que pedir perd¨®n por los GAL.
P. ?Y qu¨¦ se puede deducir a la vista de la relaci¨®n de cargos socialistas y responsables de Interior involucrados?
R. Que elementos de la polic¨ªa y alg¨²n pol¨ªtico se han atribuido autor¨ªas o responsabilidades, pero, desde luego, Ricardo Garc¨ªa Damborenea no puede representar al partido socialista. Estoy convencido de que el escrito de Garz¨®n contra los aforados quedar¨¢ resuelto con exoneraci¨®n de responsabilidades.
P. ?Los dirigentes del PSE nunca sospecharon qu¨¦ hac¨ªan sus compa?eros de Interior?
R. Yo jam¨¢s he concebido la lucha antiterrorista al margen de la ley, y me consta que ¨¦se es el pensamiento de personas con las que he convivido muy intensamente, como, por ejemplo, Txiki Benegas y el presidente. El respeto a la ley ha sido incluso bandera de nuestro comportamiento. Cuando me nombr¨® delegado del Gobierno, en 1982, Gonz¨¢lez no me dio otro consejo que ¨¦ste: "En Euskadi, el respeto a la ley es particularmente importante". He despachado con ¨¦l muchas veces, y todo lo que no fuera respeto a la ley no ha tenido jam¨¢s encaje en nuestras conversaciones.
P. ?As¨ª que no se sienten ustedes bajo el s¨ªndrome de la culpabilidad en estos momentos?
R. Como partido, no, y no puedo tolerar que se criminalice a un colectivo con 110 a?os de historia de glorias y sacrificios. Estoy convencido de que la justicia dejar¨¢ a cada uno en su sitio y que, despu¨¦s de una investigaci¨®n tan exhaustiva y de hechos tan rec¨®nditos, la reflexi¨®n de la sociedad vasca llevar¨¢ al fortalecimiento del Estado. Ahora, el Estado y la acci¨®n policial en Euskadi est¨¢n m¨¢s deslegitimados que ayer.
P. ?No andan ustedes a la deriva en la b¨²squeda de una soluci¨®n al problema de ETA?
R. Esa es una apreciaci¨®n despectiva que no se corresponde con la realidad, pero es verdad que aqu¨ª no hay nadie que navegue hacia alguna parte. El proceso de pacificaci¨®n est¨¢ bloqueado, m¨¢s empantanado que nunca. ETA cree que puede esperar al pr¨®ximo Gobierno del PP para hacerle hincar la rodilla, y mucho me temo que no se van a mover a medio plazo. Luego, el PP est¨¢ haciendo una pol¨ªtica antiterrorista muy partidista que busca un perfil de intransigencia e inflexibilidad, con evidentes pretensiones de r¨¦dito electoral.
P. ?Es el PP el que pone en serio peligro el Pacto de Ajuria Enea?
R. S¨ª, porque aunque no sea el ¨²nico culpable, est¨¢ haciendo muy inc¨®moda la permanencia del nacionalismo en el pacto y limitando el margen de maniobra del propio Gobierno en cuestiones como la reinserci¨®n. No olvidemos que en Ajuria Enea hab¨ªa una buena relaci¨®n porque el Ministerio del Interior se llevaba muy bien con el PNV y pactaban la pol¨ªtica de pacificaci¨®n.
P. Pero si esas relaciones han empeorado ser¨¢, en primer lugar, porque el ministerio y el PNV mantienen posiciones opuestas sobre la conveniencia o no de dialogar con ETA.
R. Ya digo que el PP ha limitado la capacidad de maniobra del ministerio. Hay tambi¨¦n otras circunstancias, claro est¨¢. Los partidos no lo hemos hecho nada bien en el secuestro de Aldaya, hemos dejado muy desasistidos a los trabajadores de Alditrans y al movimiento pacifista.
P. Si se ha entendido bien la resoluci¨®n adoptada esta semana por la ejecutiva de su partido, ustedes no son partidarios de hablar con HB mientras esta formaci¨®n siga ejerciendo el papel que ejerce, pero s¨ª est¨¢n dispuestos a colaborar en la v¨ªa de contactos con HB que est¨¢n ya dise?ando sus socios nacionalistas en el Gobierno vasco.
R. Ni siquiera s¨¦ si tienen una v¨ªa, pero admito que el nacionalismo tiene raz¨®n cuando dice que hay que conseguir que el entorno de la pol¨ªtica venza en el entorno de HB, tal y como ha pasado en Irlanda. Efectivamente, hay que dar salida al proyecto pol¨ªtico de HB y hay que estimular y favorecer la victoria de los pol¨ªticos sobre los violentos. S¨ª, todo es muy contradictorio y complejo, y adem¨¢s, lo que se impone ahora dentro de HB es justamente lo contrario, pero a nosotros nos preocupa extraordinariamente que, al sentirse inc¨®modo, el mundo nacionalista vaya d¨¢ndole la patada al pacto y busque una v¨ªa propia.
P. ?En qu¨¦ consiste la v¨ªa nacionalista?
R. En un acuerdo entre ellos, el PNV, EA y HB, para plantear conjuntamente las aspiraciones pol¨ªticas de los radicales. Eso rompe radicalmente el esp¨ªritu y el principio del pacto de Ajuria Enea. Rompe lo que es la conjunci¨®n de los dem¨®cratas sobre la regla b¨¢sica de que lo que nos une es la democracia y lo que nos separa de los otros es la violencia. Es peligroso tambi¨¦n por much¨ªsimas otras razones. Nosotros decimos que no hay una soluci¨®n nacionalista a la violencia, pero tampoco una soluci¨®n sin los nacionalistas. Adem¨¢s, estamos gobernado con el PNV y EA.
P. ?Hasta qu¨¦ punto la necesidad de no despegarse del PNV condiciona sus planteamientos? ?No resulta chocante que el PSE asuma un papel de bisagra en una cuesti¨®n como la violencia?
R. El rol pol¨ªtico se adecua a las circunstancias. Lo que quiero es que los ciudadanos nos conozcan como un partido que, gobernando con los nacionalistas, los modera, los coge del brazo y los integra en el sistema, los hace parte del Estado y los mantiene en el pacto. Queremos que se vea que el PSE define el proyecto pol¨ªtico de Euskadi sobre la base del autogobierno y que todo lo dem¨¢s es un despe?adero. Quiero adem¨¢s ser el partido de la izquierda de los desfavorecidos, el partido que predica y da trigo y defiende a los suyos.
P. Manifestaciones del estilo de "Espa?a me da m¨¢s miedo que ETA" no avalan la influencia de su partido en el PNV.
R. Creo que el propio portavoz del PNV, Joseba Egibar, ha matizado diciendo que part¨ªa de la idea de que ETA ha perdido la batalla y que tarde o temprano desaparecer¨¢. Pero la frase es una barbaridad, son las patas de banco que salen peri¨®dicamente del mundo nacionalista.
P. Llegado el caso, ?el PSE aceptar¨ªa la mediaci¨®n de la Fundaci¨®n Carter?
R. No, si fuera un problema de mediadores ya habr¨ªamos encontrado mil.
P. ?De qu¨¦ es sintom¨¢tico el que alcaldes socialistas planteen ahora el cierre del cuartel de Intxaurrondo o participen en manifestaciones de Elkarri?
R. De un partido plural.
P. S¨ª, pero, ?no traduce cierta impresi¨®n de que, al distanciarse de la ¨¦poca en la que nadie vio nada, nadie supo nada, algunos socialistas parecen ahora dispuestos a aceptar, incluso, la negociaci¨®n pol¨ªtica con ETA. ?No detecta prisas en desmarcarse?
R. ?De qui¨¦n, de qu¨¦?
P. Del pasado, de los GAL.
R. No, tiene que ser admisible que los representantes de un partido se expresen de manera diversa. Es significativo de que hay variedad de opiniones. Tambi¨¦n hay una sensibilidad guipuzcoana, entre otras cosas, porque el problema de la violencia es cada vez m¨¢s guipuzcoano.
P. ?El PSE est¨¢ ya resitu¨¢ndose en la perspectiva de pasar a la oposici¨®n?
R. No es un factor de influencia capital. En cuanto termine el verano saldremos de las trincheras y pasaremos a una fase m¨¢s ofensiva, y al PSOE le recomiendo la misma cosa. Nos hace falta definir el calendario y el candidato, introducir al partido en un discurso pol¨ªtico m¨¢s agresivo para superar que la cr¨®nica de tribunales inunde y solape cualquier tipo de discusi¨®n pol¨ªtica. Hay una obsesi¨®n macartista de criminalizar de antemano, de buscar polic¨ªas torturadores, guerra sucia, etc¨¦tera. Presentar a Intxaurrondo como una c¨¢mara de los horrores es una injusticia hist¨®rica para con los mil y pico guardias que all¨ª viven, cuando s¨®lo hay unos pocos acusados por los jueces. Conviene no olvidar que 96 guardias de ese cuartel han muerto a manos de ETA.
P. ?El intento de renovaci¨®n socialista, supuestamente vinculado a la depuraci¨®n, no est¨¢ empantanado por la defensa corporativa de implicados en los GAL, la fianza de Rafael Vera, las declaraciones exculpatorias?
P. Espero que no, hay opiniones diversas, pero el partido les defiende porque est¨¢ convencido de que son inocentes.
P. ?No tiene la impresi¨®n, de que se les agota el tiempo sin que hayan podido acreditar esa intenci¨®n renovadora?
R. Nadie como nosotros ha asumido tantas responsabilidades y autocr¨ªticas, aunque tambi¨¦n tengo la impresi¨®n de que, dado el acoso y la caza del hombre desatada contra Felipe Gonz¨¢lez, todo eso vale ya para muy poco. Pero si hablamos de renovaci¨®n, efectivamente, el partido tiene que salir de su par¨¢lisis.
P. Maragall le propone a usted como sustituto de Gonz¨¢lez...
R. Est¨¢ lleno de buena intenci¨®n, pero no hay posibilidad, porque yo no estoy para eso, no estoy preparado para semejante papel. Si Felipe no se presenta, hay que elegir entre los dos aut¨¦nticos candidatos existentes.
P. ?Cree que Gonz¨¢lez no deber¨ªa presentarse?
R. Primero hay que o¨ªrle a ¨¦l. Hay que darle ese derecho, porque se lo merece. Si ¨¦l quiere, todo el sentimiento corporativo tiene que ir como una moto con ¨¦l. Si no, tenemos que apostar por la innovaci¨®n, cristalizar la imagen del cambio.
P. ?Se imagina que Gonz¨¢lez se presente y gane?
R. Ja, ja, no, no puedo ni imaginarme qu¨¦ es lo que har¨ªan entonces. No nos han perdonado que les gan¨¢ramos en el 93.
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