El caleidoscopio de la paz

"Estamos dentro de un t¨²nel y no se ve la luz al final". La frase, pronunciada por el lehendakari, Jos¨¦ Antonio Ardanza, en una reciente comida de inicio del curso pol¨ªtico, define el estado del Pacto de Ajuria Enea y el des¨¢nimo de sus protagonistas despu¨¦s de dos a?os de continuo rifirrafe. El bloqueo de la Mesa por la Paz, convertida temporalmente en un foro de desacuerdo m¨¢s que de consenso, ha dado paso a un verano en el que se han multiplicado las m¨¢s variadas propuestas para conseguir la pacificaci¨®n. El relevo movilizador, durante el periodo estival, lo han cogido los grupos que trabajan por la paz y el di¨¢logo. Ellos han puesto la luz y han hecho aparecer las sombras con sus linternas.Mientras Gesto por la Paz y la Iniciativa Ciudadana de Hondarribia han movilizado a la sociedad contra el secuestro del industrial Jos¨¦ Mar¨ªa Aldaya, Elkarri ha invitado a todos a caf¨¦ irland¨¦s. La manifestaci¨®n celebrada en San Sebasti¨¢n para conmemorar el primer aniversario de un a?o sin violencia en el Ulster reuni¨®, bajo el lema Por un di¨¢logo sin exclusiones, a cargos y afiliados del PNV, EA, PSE, IU y HB. Puso de relieve "los deseos de paz, incluso a cambio de reconocer a ETA parte de raz¨®n, de una variada parte de la sociedad vasca", como reconocen miembros de estos partidos. Pero tambi¨¦n el desconcierto en el que est¨¢n sumidos los partidos democr¨¢ticos ante la estrategia de Elkarri.

La pr¨®xima reuni¨®n de Ajuria Enea, que el lehendakari ha retrasado hasta octubre, est¨¢, pues, llamada a poner en orden las relaciones entre partidos y a retomar el liderazgo del debate pol¨ªtico, o a desdibujar definitivamente ese foro como ¨®rgano de acuerdos. Todo ello despu¨¦s de un violento verano, como advertencia de que HB y ETA, en todo caso, avanzan.

En medio de este panorama emerge la posibilidad de que el Gobierno vasco (PNV, EA, PSE) tome las riendas del proceso de paz, siempre bajo la mirada, aunque desconfiada, del resto de los integrantes del Pacto de Ajuria Enea. La clave de ese nuevo esquema y el elemento desbloqueador de todo el proceso ser¨ªa lo que el PNV apunta cada vez con mayor nitidez como "un acuerdo sobre aspiraciones pol¨ªtica". Es decir, un pacto de partidos con HB en el que quede perfectamente dibujado el camino hacia la "soberan¨ªa del pueblo vasco", respetando siempre la voluntad popular, y por tanto las mayor¨ªas parlamentarias. PNV, EA y HB tienen en esta legislatura 41 de los 75 representantes de la C¨¢mara de Vitoria.

El Partido de Xabier Arzalluz ha repetido varias veces en los ¨²ltimos meses que est¨¢ dispuesto a iniciar ese camino de la soberan¨ªa si trae definitivamente la paz. El portavoz de la ejecutiva peneuvista, Joseba Egibar, ha subrayado que la paz exige la adopci¨®n de acuerdos "sobre aspiraciones pol¨ªticas", as¨ª como la "validaci¨®n de los medios a utilizar". Eusko Alkartasuna tambi¨¦n ha reclamado el "derecho de autodeterminaci¨®n" donde ha tenido la oportunidad.

En Irlanda un acuerdo secreto entre nacionalistas desencaden¨® el proceso de paz. S¨®lo que all¨ª el Sinn Fein (Nosotros Solos), brazo pol¨ªtico del IRA, es quien tiene el poder sobre los militares, mientras que aqu¨ª es ETA -que dej¨® de ser pol¨ªtico militar para convertirse exclusivamente en militar- quien controla la acci¨®n pol¨ªtica de HB. ETA exige el reconocimiento del derecho de autodeterminaci¨®n para anunciar una tregua.

Un acuerdo entre partidos de ese tipo es lo que Elkarri llama "el catalizador del proceso de paz". En ese hipot¨¦tico pacto vasco s¨®lo ser¨ªa necesario dise?ar el camino, puesto que el derecho de autodeterminaci¨®n ya est¨¢ en las instituciones auton¨®micas, aunque no tiene reflejo constitucional. El Parlamento vasco aprob¨® el 15 de febrero de 1990, tras un pol¨¦mico debate, una declaraci¨®n de cuatro puntos en la que proclama que "el pueblo vasco tiene derecho a la autodeterminaci¨®n", cita que el objetivo de ese derecho es "la construcci¨®n nacional de Euskadi", apuesta por el estatuto de autonom¨ªa, y conf¨ªa al Parlamento vasco el debate de cualquier idea expresada democr¨¢ticamente, as¨ª como la "incorporaci¨®n al ordenamiento jur¨ªdico de cualquier reivindicaci¨®n".

El Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra (PSE-EE) es el que m¨¢s est¨¢ sufriendo la incomodidad de tener que definirse. Los socialistas guipuzcoanos optan claramente por el di¨¢logo con los radicales. Son el puente entre Elkarri con sus bases y el resto de los socialistas, m¨¢s partidarios de recomponer la unidad de acci¨®n pol¨ªtica y actuar desde el pacto. El tel¨®n de fondo es el Ministerio del Interior, donde se bloquea cualquier posibilidad de di¨¢logo con HB o ETA y se condiciona, al igual que hace el PP, a que ETA abandone las armas.

Izquierda Unida es partidaria de iniciar conversaciones para poner fin a la violencia, pero siempre que ETA ofrezca alg¨²n gesto. El PP no se mueve, "y que nadie espere que lo vaya a hacer", ha declarado recientemente su presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

Ante semejante perspectiva, salvo que el lehendakari Ardanza utilice su maquinaria m¨¢s pesada, la luz seguir¨¢ sin iluminar, m¨¢s all¨¢ de la reuni¨®n de octubre, el otro lado del t¨²nel.