Los tenderos de Serrano creen que el nuevo centro comercial estimular¨¢ la 'acera maldita'

La gente pasea m¨¢s en la calle de Serrano por la acera de los pares; los comerciantes lo saben y abren all¨ª sus tiendas, con lo que a¨²n m¨¢s personas, a su vez, olvidan el lado impar de la v¨ªa, que tiene m¨¢s bancos y m¨¢s oficinas, pero menos escaparates. El centro comercial Abc Serrano, erigido en la antigua sede del peri¨®dico Abc, en el n¨²mero 61 de esta calle ambivalente, y cuya apertura est¨¢ prevista para el 10 octubre, pretende invertir esa ley no escrita.

El reclamo para atraer paseantes consiste en 14.000 metros cuadrados, cuatro plantas, 350 plazas de aparcamiento, 100 tiendas, dos restaurantes -uno de lujo- y una terraza. El esqueleto del futuro centro comercial ya est¨¢ acabado. Despu¨¦s de cuatro a?os de obras, la sede del diario Abc, construida por el arquitecto Jos¨¦ L¨®pez Salaverry en 1890, se ha transformado en un inmueble capaz de albergar un centenar de tiendas y de acoger a las 20.000 personas que, seg¨²n las previsiones, visitar¨¢n diariamente el lugar. Los obreros ultiman ahora los armazones de lo que ser¨¢n los comercios, todos bajo la consigna de abrir el pr¨®ximo 10 de octubre.El nuevo centro comercial aporta adem¨¢s una ventaja urban¨ªstica, ya que sirve de paso pedestre entre la Castellana y la calle de Serrano. La antigua sede del Abc ocupaba tres edificios: uno, con fachada en la calle de Serrano, albergaba la direcci¨®n y administraci¨®n del diario; las rotativas ocupaban el segundo de los edificios, que mira a la Castellana; el tercero, que une los anteriores, era el destinado a redacci¨®n y almac¨¦n.

La mayor¨ªa de los comerciantes de la zona no teme la competencia del centro Abc Serrano; al contrario: conf¨ªan en que el tir¨®n de gente, presumiblemente atra¨ªda por los nuevos comercios, beneficie a todos. Es lo que los americanos denominan el fen¨®meno ancor (ancla, en ingl¨¦s), que consiste en que un edificio emblem¨¢tico y con car¨¢cter (el edificio ancla) atraiga a un aluvi¨®n de compradores, lo que es aprovechado por las tiendas que florecen a su socaire. De esta manera, la acera maldita de los n¨²meros impares en Serrano pasar¨¢ a igualarse Con su hermana. En eso conf¨ªa Luis Ramos, ingeniero de Plataforma 61, empresa promotora del centro comercial. La estrategia comercial es aun m¨¢s refinada: seg¨²n cuentan, las dependientas de una tienda de ropa emplazada cerca del futuro centro, ¨¦ste puede conseguir que las personas que recorren Serrano desde la plaza de la Independencia con ¨¢nimo comprador "crucen Ortega y Gasset y sigan para arriba; la mayor¨ªa no lo hace ahora mismo". "Zara y Musgo [tiendas de ropa y regalos, repectivamente, que ocupar¨¢n un lugar privilegiado en el futuro centro comercial] atraer¨¢n compradores", vaticinan las dependientas.

Quienes no las tienen todas consigo son los comerciantes del centro Serrano, que acoge 30 tiendas y est¨¢ situado justo enfrente de la antigua sede de Abc: "Aqu¨ª hay un 50% a favor del nuevo centro, seg¨²n lo veo", dice Filippo Zaratin, propietario de una tienda de camiser¨ªa italiana.

Pablo Ramos, miembro de Larry Smith & Durco, empresa consultora encargada de gestionar el futuro centro, est¨¢ convencido de que el tal efecto ancla funcionar¨¢ en la zona; "Aqu¨ª no va a haber grandes superficies, no abrir¨¢n supermercados, sino muchas tiendas que atraer¨¢n m¨¢s gente; cuando se abra El Corte Ingl¨¦s de Serrano [en la antigua sucursal de Galer¨ªas Preciados, en la acera maldita de los impares], ser¨¢ todav¨ªa mejor". El alquiler de un metro cuadrado en este futuro centro comercial, seg¨²n Ramos, oscila entre las 6.000 y las 12.000 pesetas al mes.

Despacho restaurante

Mientras tanto ajenos a la t¨¢ctica de atracci¨®n de clientela, los obreros terminan de convertir la sede de un peri¨®dico en un moderno zoco: el elegante y antiguo despacho del fundador y primer director del Abc, Torcuato Luca de Tena, ser¨¢ parte de un restaurante de lujo; id¨¦ntica funci¨®n desempe?ar¨¢n la sala de baile y el patio andaluz, lugares que acogieron en su tiempo -principios de siglo- la primera redacci¨®n del peri¨®dico y que, como su propio nombre da a entender, conservan rincones y detalles preciosistas.Ramos ense?a el gran tejado del centro comercial, con fenomenales vistas a la Castellana: "Aqu¨ª habr¨¢ una terraza para tomarse una cerveza; ser¨¢ la ¨²nica aut¨¦ntica terraza de la Castellana, porque est¨¢ en alto". ?Y los redactores del peri¨®dico? Ramos, que los ha invitado a ver su antiguo lugar de trabajo, comenta, con algo de iron¨ªa: "Siempre buscan su mesa, o donde estaba".