En Hyde Park
Este verano mi actual esposa y yo pasamos parte de nuestras vacaciones en Londres, donde tuve ocasi¨®n de visitar a diario el famoso Hyde Park. Este c¨¦ntrico recinto es uno de los grandes espacios para, el recreo en Londres, mas o menos equivalente a nuestro Retiro, aunque debe su mayor fama a que en un rinc¨®n, el Speaker's Comer, es tradici¨®n desde hace siglos que los domingos cualquier persona pueda dar un discurso sobre cualquier tema con entera libertad.El parque se utiliza a tope. Hay pistas para montar a caballo o en bicicleta, estas ¨²ltimas tambi¨¦n utilizadas por los patinadores. Los aficionados toman parte en partidos de f¨²tbol.. Tambi¨¦n de b¨¦isbol o, mejor dicho, de su variante, el softball, en donde se utiliza una pelota m¨¢s grande y blanda y que parece haber hecho furor entre los j¨®venes de ambos sexos, que juegan con verdadero entusiasmo, aunque no siempre conocen perfectamente las reglas del juego. Durante un partido que yo observaba se produjo un claro double play, que varios de los jugadores de un equipo protestaron. Tuve que se?alarles lo equivocado de su protesta y anunciarles que yo hab¨ªa sido enviado desde Estados Unidos para comprobar s¨ª los ingleses jugaban correctamente, lo que produjo cierto regocijo.
(Naturalmente, tambi¨¦n hay gente que hace foofing. Antes de salir de Madrid, hab¨ªa le¨ªdo en una revista que el escritor Mario Vargas Llosa practicaba esta actividad a diario en Hyde Park, pero no lo vi; estar¨ªa de vacaciones).
Desde hace unos a?os, Hyde Park en verano es un punto de reuni¨®n de miles de musulmanes, f¨¢cilmente reconocibles por el chador de las mujeres, que les cubre el rostro. Los m¨¢s son residentes de Londres, con ciudadan¨ªa brit¨¢nica, pero algunos otros son ricos extrajeros procedentes de los Estados del Golfo P¨¦rsico, que van a Inglaterra precisamente para huir del calor en su tierra. Se les ve en sus Mercedes en el elegante barrio de Mayfair, que linda con el parque, donde alquilan apartamentos durante el verano.
Por la constante lluvia en Inglaterra, HydeParke no necesita de riegos; siempre est¨¢ verde; lo que revela una relaci¨®n de los londinenses con sus grandes parques diferente a la de los madrile?os con los suyos. Para un ingl¨¦s, que ha vivido siempre en un pa¨ªs verde, un parque es sencillamente un trozo del campo que se ha dejado en medio de la ciudad. All¨ª se puede practicar cualquier actividad con tal de que, con atenci¨®n al renombrado civismo brit¨¢nico, se respete al pr¨®jimo.
En Cambio, para el espa?ol -o por lo menos para el castellano- un parque es una creaci¨®n artificial, con poca y, delicada hierba (durante el franquismo estaba prohibido sentarse sobre el c¨¦sped) que es preciso regar casi a diario. Contiene setos -una planta extra?a a la meseta- que limitan paseos geom¨¦tricamente dise?ados. De ah¨ª que en el Retiro apenas haya espacio material para jugar al f¨²tbol, ni sitio para ciclistas ni patinadores, que son una sena amenaza a la integridad f¨ªsica de los paseantes. En el duro clima de la meseta, ni se comunica con la naturaleza, que siempre ha sido un enemigo, ni se le permite crecer naturalmente. Recuerdo el reclamo publicitario de una de las primeras colonias en las afueras de Madrid: "La naturaleza urbanizada".
Curiosamente, estas tradiciones fueron parcialmente invertidas durante el pasado verano. Por la intensa sequ¨ªa que padec¨ªa Inglaterra -una de las may9res desde hace d¨¦cadas- Hyde Park y los dem¨¢s parques londinenses estaban de un color marr¨®n, totalmente quemados por el sol: una, gran decepci¨®n para los forasteros venidos desde pa¨ªses c¨¢lidos. En cambio, los parques madrile?os, debido a que se regan, est¨¢n verdes. Me llev¨¦ otra decepci¨®n en Hyde Park: yo supon¨ªa que en el Speaker?s Corner se hablar¨ªa de pol¨ªtica, con algunos ataques duros al capitalismo, (por cuya destrucci¨®n, sigo trabajando, aunque eso s¨ª: desde dentro, del sistema). Pues nada de eso; casi todos los oradores se dedicaban a propagar la religi¨®n, cosa que me sorprendi¨® grandemente en una sociedad, como la inglesa, supuestamente avanzada.
Incluso algunos incidentes en Hyde Park me han hecho cuestionar el famoso civismo de los ingleses. Resulta que durante los ¨²ltimos meses un ciclista fue muerto en el parque y una mujer perdi¨® la visi¨®n de un ojo. Los dos fueron alcanzados por sendos patinadores que viajaban a gran velocidad. Durante mi estancia en Londres, intr¨¦pidos reporteros de un importante peri¨®dico se dedicaron a emplear. un, aparato -de esos que tiene la polic¨ªa para medir la velocidad de los coches- y calcularon que los patinadores alcanzaban velocidades de v¨¦rtigo, aunque ahora no recuerdo exactamente cu¨¢les eran.
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