Grandiosamente lineal

?Qui¨¦n lo iba a decir? ?Alan Parsons llenando La Riviera y saliendo por la puerta grande? ?En 1995? Pues as¨ª fue. Eso da una idea de la inescrutabilidad del p¨²blico hispano, capaz de no retratarse ante propuestas musicales realmente interesantes, innovadoras o de la m¨¢s rabiosa actualidad. Pero tambi¨¦n de caer en las redes de este encantador de sonidos, que empalag¨® al mundo entero hace 20 a?os con unas canciones que destilaban comercialidad. El p¨²blico espa?ol se rindi¨® anteanoche sin reservas a los pies de un hombre que descubri¨®, algo tard¨ªamente, su ocasi¨®n de estrella del espect¨¢culo y su talento para fabricar ¨¦xitos como si fueran churros elaborados a base de alta tecnolog¨ªa.Los primeros acordes de Eye in the sky fueron respondidos por un rugir popular, dando idea de que la plaza estaba totalmente ganada desde el principio. Por si acaso, Alan se hab¨ªa tra¨ªdo una superbanda de m¨²sicos de estudio, capaces de reproducir casi exactamente lo grabado en Ios discos y que mostraban una pulcritud musical pel¨ªn repelente. Los ¨¦xitos de Alan Parsons, trozos de un pasado importante para la mayor parte de los espectadores -se sab¨ªan todas las letras-, fueron sucedi¨¦ndose uno tras otro, dando paso a una especie de necrofilia musical vivida de modo colectivo. Turn it up woultn't wanna be like you, Time, con mucho prestado de los Pink Floyd, o La Sagrada Familia, perteneciente a un disco dedicado a Gaud¨ª, formaron un mosaico musical en tonos pastel e hicieron las delicias del respetable. Es imposible resaltar un momento sobre otros, porque todo era grandioso y tremendamente lineal. Ahora s¨®lo nos queda esperar que vengan a tocar a Espa?a Yes, Genesis o Emerson, Like & Palmer, para esperar que el c¨ªrculo se cierre y vengan despu¨¦s los punkis a redimirnos.