El pelot¨®n se rinde a Jalabert

Todos los, que esperaban al d¨ªa del Tourmalet se rindieron. El Virenque que se jugaba un hueco en el coraz¨®n de sus franceses, el Olano que anunciaba un mano a mano, el Pantani medio loco de estos d¨ªas. Todos agacharon las orejas. Qu¨¦ otra cosa pod¨ªan hacer. No s¨®lo les hundi¨® psicol¨®gicamente la actitud de Jalabert, esa facilidad del l¨ªder franc¨¦s para marchar como si silbara cuando los dem¨¢s desear¨ªan, tener una boca m¨¢s grande para capturar m¨¢s aire, ese aire retador del franc¨¦s, mirando a uno y a otro y dici¨¦ndoles con la mirada que ad¨®nde Van. Eso lo cuentan despu¨¦s cuando se le pregunta que por que no atacan. "?Para recibir m¨¢s de lo mismo?", devuelven la pregunta. Pero no s¨®lo el Jalabert que ayer gan¨® su quinta etapa y dio el portazo definitivo a la Vuelta les desanima. Es que vieron c¨®mo uno de sus compa?eros, Bruyneel, hac¨ªa como el lanzador de un sprinter despu¨¦s de haber dejado en cuadro el grupo selecto. Y eso subiendo Luz Ardiden, uno de los puertos piedra de toque hasta en el Tour. Lo que m¨¢s doli¨® ¨¢yer a los derrotados fue que Jalabert no necesit¨® atacar para hundirlos: uno de sus gregarios lo hizo por ¨¦l.Como la Vuelta ya estaba decidida antes de la etapa reina, hab¨ªa tiempo para estas cosas: superado el plante del avituallamiento, la etapa se plante¨® te¨®rica y t¨¢cticamente como un cruce de duelos personales. Jalabert contra Virenque, a- la conquista del primado franc¨¦s en Francia; Olano contra Jalabert, en, busca de una victoria de prestigio; Bruyneel contra Mauri, por el tercer puesto de la general. Dado que Virenque no tiene gasolina, que Olano lo. vio tan mal, y que Mauri se vio penalizado por las tareas de equipo, ocurri¨® lo cantado y repetido hasta la n¨¢usea esta Vuelta: Jalabert se escap¨® . al, final para ganar la etapa, Olano marc¨® a Bruyneel hasta que le pudo sprintar y Bruyneel aguant¨® en tercer lugar.

Luz Ardiden fue un festival ONCE. Seg¨²n Jalabert, Mauri y Bruyneel hasta se pasaron traba jando. Eso tambi¨¦n lo pueden de cir los resistentes, entr¨¦ los que destac¨® David Garc¨ªa, el agradable joven del Banesto. Y Mauri lo firmar¨ªa. Bruyneel y el catal¨¢n fue ron como midiendo los relevos que daba cada uno: se jugaban un puesto en el podio, Todo culmin¨® con un alarde del belga. Imprimi¨® tal ritmo en los ¨²ltimos kil¨®metros des"ubida que no s¨®lo desanim¨® a Olano -su te¨®rico objetivo- Y prepar¨® la victoria de su jefe. Tambi¨¦n dej¨® a Mauri tirado.