"El Rey ve¨ªa muy verde a Su¨¢rez"
A la espera de unas "memorias imposibles", las del Rey, este equipo de Fern¨¢ndez Miranda, Alfonso, sobrino y f¨ªsicamente clon de Torcuato, y Pilar, hija, ha abierto una brecha hist¨®rica. Su libro Lo que el Rey me, ha pedido (Plaza y Jan¨¦s) arroja nueva luz sobre los meses m¨¢s delicados de la transici¨®n pol¨ªtica. No se trata de un libro oportunista, de usar y tirar, al rebufo de los 20 a?os del cambio de r¨¦gimen, ni tiene el falso morbo de las obras tan abusadas de peIriodismo veros¨ªmil.Constituye una visi¨®n rigurosa, basada en documentos desconocidos hasta ahora, del proceso de cambio que hizo posible el haraquiri de los franquistas conducido por Torcuato Fern¨¢ndez Miranda, presidente de las Cortes y del Consejo del Reino. El que fuera tutor y profesor del pr¨ªncipe Juan Carlos desde los a?os sesenta habla desde sus diarios in¨¦ditos aportados por su hija Pilar y vertidos en su tesis doctoral, con la direcci¨®n y apoyo de su primo Alfonso, catedr¨¢tico de Derecho Pol¨ªtico de la Universidad Complutense, coautor del libro y disc¨ªpulo de Torcuato.
"No es la ni?a cogiendo los papeles de pap¨¢" es la primera y tajante aclaraci¨®n de Pilar, 47 a?os, doctora en Derecho cum laude, precisamente por esta obra. Se defiende de la primera y obvia sospecha. ?C¨®mo contar con credibilidad hist¨®rica lo que realiz¨® tu padre? "Decidimos hacer una tesis doctoral y someternos al juicio acad¨¦mico de gente incluso no afecta ideol¨®gicamente a Torcuato Fern¨¢ndez Miranda".
A su muerte en Londres en 1980, en el ostracismo pol¨ªtico, Fern¨¢ndez Miranda no dej¨® unas memorias propiamente dichas, sino "montones de papeles, cosas sueltas no elaboradas, escritos muchas veces por las noches, a mano y en caliente, en f¨®lios apretados". "Entend¨ªamos que el proceso de reforma pol¨ªtica no estaba contado con suficiente precisi¨®n y que Torcuato fue una figura muy poca comprendida. ?ste fue nuestro m¨®vil inicial".
El resultado es la apasionante relaci¨®n de un Pr¨ªncipe joven e inexperto, pero con una voluntad muy decidida de cambio, con un profesor maduro procedente de las esencias del r¨¦gimen que ambos desmontaron, "desde la ley a la ley" en doce meses.
Torcuato Fern¨¢ndez Miranda ejerci¨® con el Rey "el derecho a la impertinencia, dici¨¦ndole lo que, pensaba en cada momento, sabiendo tambi¨¦n callar y, siempre, por encima de la adulaci¨®n". As¨ª definen los autores del libro la relaci¨®n entre don Juan Carlos y su preceptor. "Mi madre le coment¨® al Rey el libro que est¨¢bamos escribiendo, pero no hemos hablado con ¨¦l", explica Pilar.
"La aprobaci¨®n de la reforma pol¨ªtica le hab¨ªa dado a Su¨¢rez un gran espaldarazo pol¨ªtico que le permite volar por su cuenta. El distanciamiento entre el dise?ador de la reforma y su ejecutor es ya entonces un hecho objetivo". Esto es lo m¨¢ximo que se permiten decir ahora Pilar y Alfonso Fern¨¢ndez Miranda sobre la ruptura de la relaci¨®n pol¨ªtica y personal entre estos dos personajes claves de la transici¨®n. El Rey le agradeci¨® los servicios prestados al profesor que le desbroz¨® el camino hacia la democracia con el Tois¨®n de Oro, la m¨¢xima condecoraci¨®n de la Monarqu¨ªa, y con el ducado de Fern¨¢ndez Miranda.
?Prescindi¨® el Rey de Torcuato cuando ya no le necesitaba? ?Se puede permitir el Rey tener afectos? La hija y el sobrino del ex presidente de las Cortes se limitan a se?alar: "El Rey tiene afectos, pero el cargo lleva consigo la carga: tiene que embridarlos, sacrificarlos al inter¨¦s general".
Los autores de Lo que el Rey me ha pedido definen la relaci¨®n entre Torcuato y Su¨¢rez, revelando los detalles de tina cena privada de los dos matriamonios en la que el presidente de las Cortes sondea la disponibilidad de Su¨¢rez para dar el salto a la jefatura del Gobierno. Sostienen que el Rey volvi¨® a ofrecerle a Torcuato ese puesto en la primavera de 1976, cuando ya est¨¢ decidido a echar a Arias, pero Fern¨¢ndez Miranda lo rechaza y es quien vende el producto Su¨¢rez al Rey.
"A Torcuato le parece que Su¨¢rez es un animal pol¨ªtico. Lo ve como disponible, sin condicionamientos del pasado, sin proyecto pol¨ªtico propio, ejecutor para un proyecto con el que sintoniza", explican los autores de Lo que el Rey me ha pedido. "El Rey se daba cuenta de que Su¨¢rez era uno de los suyos, que pod¨ªa contar con ¨¦l, pero lo ve¨ªa muy verde y es Torcuato quien le convence. Pero antes tiene que valorar, y esto le provoca profundas dudas al presidente de las Cortes, cu¨¢nto de ambici¨®n leg¨ªtima y cu¨¢nto de codicia hay en la figura de Su¨¢rez".
Pilar y Alfonso Fern¨¢ndez Miranda defienden que Su¨¢rez y su Gobierno en un momento de 1976 est¨¢n encallados y no saben c¨®mo hacer la reforma, no encuentran la v¨ªa precisa para realizar la reforma pol¨ªtica; es cuando Torcuato le ofrece a Adolfo la Ley de Reforma llave en mano: "Aqu¨ª tienes esto que no tiene padre", recuerda ahora Pilar Fern¨¢ndez Miranda.Los herederos del ex presidente de las Cortes estiman que las claves de la reforma pol¨ªtica estaban pensadas entre el Rey y Torcuato Fern¨¢ndez. Miranda, "pero no hab¨ªa un dise?o prof¨¦tico". La piedra filosofal de todo el proceso part¨ªa del convencimiento sostenido por Torcuato de que "el franquismo era una profunda realidad y que la historia se hace desde la realidad, no desde los sue?os. La pretensi¨®n legitimista de los defensores de don Juan era por lo tanto una v¨ªa equivocada y disgregadora".
En este sentido, Torcuato pensaba que "era un error creer -como muchos hicieron entonces- que la integraci¨®n de la izquierda vendr¨ªa a trav¨¦s de don Juan; tampoco luego pudo integrarse desde la fuerza en la calle, sino que lo hizo despu¨¦s de su fracaso en el refer¨¦ndum sobre la reforma pol¨ªtica -en el que promovi¨® la abstenci¨®n- y cuando comprob¨® su debilidad. Lo integrador era realizar la evoluci¨®n desde el Estado. El franquismo, como hecho hist¨®rico irrepetible, deb¨ªa ser superado desde el propio Estado, de la ley a la ley. El Pr¨ªncipe, al aceptar en 1969 el presupuesto inicial [el Estado del Dieciocho de Julio], aceptaba tambi¨¦n sus consecuencias: ten¨ªa que respetar la legalidad".
Los autores de Lo que el Rey me ha pedido no tienen dudas cuando se les pregunta sobre el dilema reforma o ruptura, un debate historiogr¨¢fico que cobra fuerza 20 a?os despu¨¦s de la muerte de Franco. "Cada sistema tiene su propio pecado original, pero la ruptura era imposible en 1975 por la relaci¨®n de fuerzas de poder. Si se intent¨® un golpe de Estado militar en febrero de 1981, ?qu¨¦ no hubiera ocurrido entonces con un Gobierno de concentraci¨®n con la izquierda o si se somete a refer¨¦ndum la Monarqu¨ªa?".
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