La reforma del Tratado empezar¨¢ la pr¨®xima primavera y acabara en 1997
,Lo m¨¢s concreto son las fechas. Italia se apunt¨® un tanto, al ratificarse por todos que la Conferencia Intergubernamental (CIG) que debe reformar el Tratado de la Uni¨®n se har¨¢ no s¨®lo bajo su presidencia, sino en ¨¦poca fija: primavera. Y acabar¨¢ bajo la presidencia holandesa, en el primer semestre de 1997.
?Reforma o ref¨®rmita? Reforma, apost¨® Helmut Kohl. De la conferencia "debe salir una verdadera uni¨®n pol¨ªtica, pues es inaceptable una mera zona de libre cambio de lujo", dijo. Se puso sentimental y alarde¨® de campe¨®n del europe¨ªsmo: "?sa es la ambici¨®n de toda mi carrera", pespunte¨®. Para animar a los incr¨¦dulos sugiri¨® que sin avances pol¨ªticos ser¨¢ muy dif¨ªcil que se llegue a acuerdos en los retos financieros. Los parlamentarios del Bundestag los rechazar¨ªan.
La paz del almanaque, hasta fin de siglo, sobre el futuro de la construcci¨®n europea, fue ratificada por todos. Felipe Gonz¨¢lez insist¨ªa ayer en ello: "No podemos dejarnos arrastrar por el calendario". En 1996-97, la CIG y el estudio del impacto de la ampliaci¨®n. En 1997, acabada la CIG, negociaciones con los candidatos, que deben discutir un c¨®digo normativo ya reformado y no uno viejo: en eso, Gonz¨¢lez -"y una mayor¨ªa de nosotros", dijo- se inclinaba a esperar no s¨®lo el final sino tambi¨¦n la ratificaci¨®n de la reforma, para evitar sorpresas (un eventual refer¨¦ndum negativo) teniendo el pastel de la negociaci¨®n con el Este a medio cocer. En 1998, el momento crucial de la uni¨®n monetaria -la fijaci¨®n de qui¨¦nes cumplen los requisitos de convergencia-, y tambi¨¦n la reforma de la organizaci¨®n defensiva y la preparaci¨®n de la nueva programaci¨®n presupuestaria plurianual que debe regir desde 1999.
Adem¨¢s de aclarar la agenda de deberes, los l¨ªderes de la UE se impusieron otro: discutir libremente sin ayudantes. La cumbre de reflexi¨®n, informal y no decisoria, se repetir¨¢ "todos los semestres", seg¨²n apunt¨® Jacques Chirac, precisando as¨ª lo que acababa de indicar Gonz¨¢lez: "Formentor marcar¨¢ un hito en los h¨¢bitos de la UE". Y es que todos acabaron contentos del doble ejercicio realizado, de la terapia de grupo (sobre el conflicto monetario, surgido y encauzado en pasillos y contactos bilaterales m¨¢s que en la mesa de discusiones) y del intercambio de ideas. Sobre todo Gonz¨¢lez, a quien Chirac y John Major encomiaron por el encuentro. No surgieron en Formentor iniciativas arriesgadas. Pero se ordenaron los deberes y se recuper¨® un cierto m¨ªnimo com¨²n denominador.
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